Cuando el Regidor de la Corte, al aceptar la propuesta de la Real Audiencia de Canarias, establece en 1813 la vara de Justicia en Guía como cabeza de Partido Judicial, convierte a esta Ciudad en una clara referencia de la comarca norte de Gran Canaria. A este Partido quedan adscritos los municipios que van desde Mogán a Arucas y, entre ellos, el municipio cumbrero de Artenara, que es de donde procedo. Allá arriba, en mi pequeño pueblo, los hombres recios, los labradores y ganaderos que a veces litigan por las propiedades y herencias, por los linderos de las fincas y por las aguas, o por los usos sobre la economía de la tierra, antes de proceder caprichosamente se advertían mirándose a los ojos: "Si no te avienes a razones, nos vemos en Guía". Guía, pues, está alojada en mi primera memoria civil como una ciudad de respeto y asiento de la justicia, y donde se dirimen las conductas y el buen hacer de las gentes de nuestra comarca.

Con esta evocación personal, vengo esta tarde a Guía, que es la ciudad que atesora el título de las cosas bien hechas. Vengo a la vez con respeto y orgullo, a cumplir una tarea honorífica. Y digo con un profundo respeto, casi a levantar un sincero testimonio del honor que la Corporación Municipal le hace a su primer Cronista Oficial, don Pedro González Sosa.

Guía es, como digo, la ciudad de las cosas bien hechas, y prueba de ello es el reconocimiento que le hace a sus hijos ilustres. La conmemoración de las biografías indiscutibles de Luján Pérez y de Néstor Álamo, se vio implementada hace pocos días con la hermosa página escrita en recuerdo de Santiago Betancort Brito. Y esta tarde lo hace con nuestro dilecto amigo y compañero Pedro González - Sosa.

Todos hemos seguido con atención la "laudatio" sobre el homenajeado que se acaba de exponer en este estrado. Como miembro de la Junta Directiva y en representación de la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias, tengo la encomienda de glosar la figura del González - Sosa como Cronista Oficial en el marco de nuestros propósitos.

Creo haber conocido a González - Sosa hace más de cuarenta años, mucho antes de haber imaginado, y sin entonces saberlo a ciencia cierta, que algún día llegáramos a ser compañeros y amigos. Y es que desde nuestra primera juventud, y, al igual que otros muchachos de mi generación, leíamos sus crónicas en la prensa local, entrevistas a personalidades que arribaban a la isla y reportajes periodísticos sobre diversos temas. De la misma manera que al filo de la medianoche escuchábamos su popular crónica radiofónica "La noticia está en la calle" sobre el acontecer de la ciudad y de la isla.

En 1980 fue nombrado Cronista Oficial de su ciudad natal. Con ello adquiere el compromiso de seguir indagando en archivos, hemerotecas, legajos y biografías para desvelar, sobre todo, los múltiples aspectos del pasado del municipio. Pedro González Sosa llega, pues, al desempeño de la cronistía teniendo en su haber una honda vocación y una larga trayectoria en el mundo del periodismo, de la misma manera que otros acceden desde el conocimiento de los archivos municipales y parroquiales, o desde una formación académica en cualquiera de las facultades universitarias. En todo caso, tiene el cronista un perfil en el que destaca la clara sensibilidad por el pasado, la defensa del patrimonio en todas sus vertientes y, en definitiva, un compromiso con los valores y la identidad de la tierra.

En este sentido, creo que la ocasión es propicia para trazar, aunque sea muy someramente, los puentes y deslindes que existen entre lo que es la función del periodista y lo que es tarea del cronista oficial.