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viernes, 08 de febrero de 2008 |
A mi hermano CEFE en su partida hacia el cielo, no es más que un hasta luego
Por Gloria Betancort Brito
Otra vez el dolor y la pregunta me salen al encuentro; otra vez siento que todo se me viene abajo y que la soledad se sigue plantando en la puerta de mi corazón, a pesar de tanta gente buena y querida que en estos momentos nos acompañan y nos arropan; otra vez, con tu partida, hermano Ceferino, me quedo preguntándole al Señor, a ti mi querido Señor, por qué nos siguen ocurriendo estos hechos tan dolorosos, por qué te quieres llevar tan pronto a nuestros hermanos… por qué Señor… pero en medio del silencio y de la hondura, la fe me sale al encuentro e inevitablemente me obligan a confiar. Primero se fue Blas, después Santiago, ahora tú, Cefe… mis tres hermanos queridos parece que ya no están. ¿Es que el Señor nos ha olvidado para siempre? como reza el salmo. Pero la experiencia fuerte y profunda me obliga a creer y confirmar, como me decÃa mi hermano Consuelito, que ya han cumplido su misión tratando con esmero la viña del Señor.
Si, Ceferino, has trabajado con honestidad y dedicación completa, exigiéndote a ti el primero, en el crecimiento sano y santo de tu familia, y en tu vocación de educador contagiando, a tantos educando que han pasado por tu vida, la honradez, la rectitud, la laboriosidad …el ser personas buenas , en poner a Dios y a su Madre en el primer lugar de tu vida.
Ceferino, junto al gran Maestro, sigue regalándonos esa sabidurÃa divina que nos ayudará a caminar por este valle de lágrimas… con agradecimiento y donación total, hasta que un dÃa el Señor nos reúna a todos en el cielo, porque esto no es sino un hasta luego, un breve adiós.
El Señor te acoja y siga presente en nuestras vidas. Sé que la ESPERANZA no nos va a dejar, aunque el dolor por tu ausencia fìsica, va aparecer en el recuerdo de tantos momentos lindos que compartimos en la familia, en la profesión, en la amistad…en miles de momento felices y también amargos. Tú nos has enseñado a hacer las cosas bien, a la veracidad, a la entrega. ¡GRACIAS!
Sé que no nos vas a olvidar; sé que estos tragos terribles se van a suavizar con tu presencia en nuestras vidas sé que velarás por nosotros; sé que unido a los nuestros que, segu ramente te recibieron con los brazos abiertos, nos acompañarán a cumplir nuestra misión; sé que estarán cuando les necesitemos; sé que estarán siempre. No nos olvides.
Aunque el trazo de nuestras vidas se vaya perdiendo, el SEÑOR nos aguarda en la vereda para recogernos y llevarnos a su CASA. Has dejado un buen ejemplo que imitar, has sabido compartir la alegrÃa y el dolor, has dado sentido a tu vida con la fe y la eperanza. Sabemos que estás en buenas manos y que el SEÑOR y su MADRE querida te guarda rán; porque al fin de la muerte no está la muerte, sino la VIDA.
DifÃcil de aceptar, pero que SE HAGA TU VOLUNTAD y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN DE LA DESESPERACIÓN Y LA REBELDÃA; que nos abracemos fuertemente a la FE EN LA RESURRECCIÓN para poderlo descubrir, junto a los de más seres queridos que ya han pasado a la otra vida, en cada instante de nuestra vida, en los sueños , en la realidad y en las utopÃas. Sé que ustedes estarán pendientes de cada uno de nosotros y que seguiremos encontrándonos.
“MÉTEME, PADRE ETERNO, EN TU SENO, MISTERIOSO HOGAR; DORMIRÉ ALLÃ, PUES VENGO DESHECHO DE DURO BREGAR.†(UNAMUNO)
Tu hermana que nunca te olvidará y que te tendrá bien presente en la oración y en la vida.
GLORIA BETANCORT BRITO
FEBRERO DE 2008
NOTA: FOTO TOMADA POR JOSE MANUEL VEGA EN LA FIESTA DE LAS MARÃAS 2007.
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Modificado el ( lunes, 25 de enero de 2010 )
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ESPECIAL
1811-2011 |
En 1811 regÃa el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida DomÃnguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en GuÃa tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, GuÃa sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianÃas guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarÃan a la Virgen de GuÃa en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en GuÃa se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las MarÃas"
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O P I N I Ó N |
EL VALOR DE LAS COSAS Y EL ESFUERZO DE LAS PERSONAS
Antonio Aguiar
Hoy más que nunca los guienses debemos romper una lanza en favor de lo Público. Corren malos tiempos para la PolÃtica. ¿Serán posibles en el futuro iniciativas públicas como la que ayer hemos presenciado con la reapertura del Teatro-Cine Hespérides? ¿Disfrutarán las futuras generaciones de nuevas infraestructuras colectivas de esta envergadura?
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