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domingo, 31 de enero de 2010 |
TREMEARNE Y MISTER LEACOCK
Por Pedro Gonzáez-Sosa
Newman Ferrers Tremearne -que muchos años después, al convertirse al catolicismo en Las Palmas, se llamó simplemente Vicente Tremearne- fue un curioso personaje nacido en Gran Bretaña que se vinculó a la ciudad y a la isla como consecuencia de la construcción a finales del siglo XIX de la fábrica de azúcar que con el tiempo la voz popular bautizó como "la máquina" levantada en el barrio norteño de Becerril, justo en el límite de los términos municipales de Guía y Gáldar. Llegó a Gran Canaria como apoderado de la empresa inglesa Lathhbury y Cía. que puso en marcha la que sería conocida entonces como Compañía Azucarera de Gran Canaria (que tenía su oficina en una casa de dos plantas de la calle de Triana esquina a la de Domingo J. Navarro, donde luego el Banco de Bilbao levantó su actual edificio), en virtud de la escritura constituida ante el notario Agustín Millares Cubas en 1889 y de la que también formaban parte algunos de los entonces conocidos empresarios canarios, entre otros, los hermanos Francisco y Federico Bethencour Montesdeoca, los también hermanos Juan de Dios y Eugenio Galván González, y Francisco Reyna Pérez. Después de varias vicisitudes, "la máquina" comenzó a moler caña dulce a mediados de 1892 pero funcionó durante un relativamente corto periodo de tiempo pues su actividad fue languideciendo consecuencia de una complicada actividad empresarial llena de conflictos económicos a pesar de los esfuerzos del que en un tiempo fue su administrador general Manuel González Martín que años más tarde llegó a la presidencia del Cabildo insular de Gran Canaria. En 1909 la azucarera fue adquirida por Juan M. Leacod, padre del conocido empresario agrícola David J. Leacod, que siguió moliendo caña hasta 1919 en que éste vende la maquinaria a un portugués residente en Madeira llamado Enrique Figueira da Silva a partir de cuyo momento ignoramos qué fue de aquellos artilugios.
Pero aquí no vamos a referirnos a "la máquina" ni a sus avatares empresariales, sino a Vicente Tremearne que fue uno de los que la pusieron en marcha y que en su ajetreada actividad se convirtió en protagonista de variadas experiencias empresariales, pues también conocemos que con anterioridad había puesto en marcha en la calle Quintana de Puerto de la Cruz, donde se había casado y tenido descendencia, un hotel que llevó su nombre y que fue muy popular en la época pues así aparece publicitado en periódicos y revistas británicos. Tremearne, cuyos actuales descendientes son bisnietos, hijos de su nieto Luis que casó con la agüimense Dominga Domínguez del Río, casó tres veces: la primera en Tenerife con la inglesa Inés Delia Turmbull de cuyo enlace nacieron cinco hijos; fallecida ésta matrimonió en Gáldar con la joven lanzaroteña Inés de Betancurt, en su lecho de muerte a consecuencia de parto, de cuya unión nació una hija, y finalmente en Las Palmas con María Martín Viera.
Pero queremos destacar que Vicente Tremearne fue un hombre de gran imaginación empresarial y emprendedor que planeó negocios antes y después de ejercer su cargo en la azucarera hasta el mismo momento de su fallecimiento, ocurrido en 30 de enero de 1900, en cuya época subsistía dando clases de inglés en el Círculo Mercantil. Negocios referidos a la agricultura unos y otros hasta entonces inéditos en la isla. Por ejemplo, según nos refirió José Miguel Alzola (a quien se lo contó su amigo Jesús Quintana Miranda, que a su vez lo oyó en 1965 por boca de Antonio Tremearne Turmbull, hijo de nuestro personaje), Vicente montó (¿premonitorio de los que luego serían los "coches de hora"?), un negocio de diligencias tiradas por caballos y provistas de asientos, con derecho a desayuno a mitad del camino desde Las Palmas hasta Agaete, negocio que ya había explotado en Puerto de la Cruz, y que por lo visto terminó en bancarrota.
O el que puso en marcha en 1892 sorprendiendo a la ciudad con otra de sus genialidades, pues "inventó" el que se considera primer coche fúnebre de Las Palmas que montado el artilugio a modo de diligencia en la trasera de lo que pudo ser una tartana o quitrín y que tenía forma de gran ataúd, cuya práctica y uso continuó posteriormente, desde luego con otros coches y decoración más moderna, hasta finales de la década de los años cincuenta del pasado siglo y que a diario veíamos desfilar por nuestras calles hasta la plazoletilla de los Reyes donde, como era costumbre, se despedía el duelo, a cuyo invento del inglés no corresponde, porque no existe, la fotografía ilustrativa, que se ha tomado al azar de una vieja publicación.
Pedro Gonzáez-Sosa es Cronista Oficial de Guía de Gran Canaria FUENTE: PUBLICADO EN LAPROVINCIA.ES
INFORMACIÓN RELACIONADA LIBRO "LA MAQUINA", Pedro Gonzáez-Sosa
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Modificado el ( domingo, 31 de enero de 2010 )
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LA MEMORIA SEPIAPor Santiago Gil
Yo me crié entre recortes sepias de periódicos y
noticias caducas. Bajaba a un cuarto trastero que estaba en la casa de
mi abuela y abría cajas antiguas de madera llenas de recortes
amarillentos que hablaban de sucesos lejanos y de protagonistas que
casi siempre estaban muertos o formaban parte de recuerdos ignotos. |
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ESPECIAL
1811-2011 |
En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las Marías"
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V Í D E O S - D E - 2 0 0 8 |
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CRÓNICAS DEL AYER |
A treinta años del fallecimiento de Mr. Leacock
Por Augusto Álamo Suárez, Ingeniero agrícola, y Sergio Aguiar Castellano, Archivero Municipal de Guía Cuando el empresario agrícola, David J. Leacock, popularmente conocido como Mr. Leacock, fallece el 22 de abril de 1980, hace ahora treinta años, desaparece una de las figuras más destacadas y emblemáticas de la historia de la comarca norte de Gran Canaria en el siglo XX.
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LA MUESTRA ESTARÁ ABIERTA HASTA OCTUBRE Leacock, Harris y Douglas, memoria imborrable de la agricultura canaria
Amado Moreno
Con una singular y lograda exposición abierta anoche en la Casa de la Cultura, el ayuntamiento de Guía rinde justo homenaje estos días a tres destacad,os empresarios ingleses del pasado: David J. Leacock, Douglas Charles Fenoulhet y Anthony Harris. Avanzado el siglo XIX y después en el XX, los tres fueron decisivos en el impulso del cultivo y exportación de plátanos y tomates canarios.
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Centenario del Hospital de San Roque
Pedro González-Sosa Cronista oficial
Se
celebra el lunes 10 de agosto, dentro de los actos del programa preparado
por el ayuntamiento con motivo de sus fiestas patronales, el primer
centenario de la implantación en Guía de Gran Canaria del que constituyó
el también primer hospital allí abierto para el servicio no solo de la
población guiense sino de aquella zona.
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