Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

EL HIJO EMIGRANTE DEL POETA BENTO

Por Pedro GonzÃ¡lez-Sosa

La muy conocida y complicada biografÃa de Rafael Bento y Travieso, en la que destaca por encima de todas su faceta de poeta, aunque discutido muchas veces (que fue inicialmente seminarista, mÃ¡s tarde militar, alcalde de GuÃa y secretario de su ayuntamiento y del de GÃ¡ldar, incluso sometido a proceso por el Santo Oficio de la InquisiciÃ³n por sus ideas liberales), soportÃ³ la ausencia de uno de sus hijos que emigrÃ³ a Cuba bastante joven de donde nunca mÃ¡s regresÃ³. Bento casÃ³ en GuÃa con Fermina FernÃ¡ndez MartÃnez, hija del en aquel entonces escribano de la localidad Diego Antonio FernÃ¡ndez del Campo, de cuyo matrimonio nacieron, entre otros vÃ¡stagos porque algunos no sobrevivieron, Petra, Amalia, Lorenzo y Rafael, falleciendo su esposa vÃctima de la epidemia de fiebre amarilla que azotÃ³ la isla en 1811.

Lorenzo Bento FernÃ¡ndez, que habÃa nacido en 1806 emigrÃ³ a Cuba en 1828 cuando contaba escasos 22 aÃ±os, segÃºn consta en el testamento del poeta hecho en 1829, de cuya isla caribeÃ±a no regresÃ³ a su GuÃa natal y sin que nunca mÃ¡s se tuviera noticias sobre su paradero segÃºn manifestaron sus sobrinos Rafael, Francisco, Baldomero y MarÃa de GuÃa Bento PÃ©rez, hijos de la hermana del poeta Amalia casada con Juan PÃ©rez, quienes en 1897 iniciaron procedimiento judicial para reclamar los bienes que el vate habÃa legado en su carta testamentaria al hijo ausente en AmÃ©rica. De los datos recogidos por el procurador Serapio GalvÃ¡n PÃ©rez que actÃºa en nombre de los reclamantes de la herencia conocemos que, efectivamente, consta que se conoce ciertamente que el citado Lorenzo vivÃa en La Habana porque de 1865 otorga un poder en aquella ciudad ante el escribano JosÃ© NicolÃ¡s Ortega a favor de PantaleÃ³n RodrÃguez HernÃ¡ndez (que ya habÃa fallecido en diciembre de 1872), vecino de Las Palmas para dar en arrendamiento los bienes que en la isla poseÃa el ausente. Sus sobrinos alegaron en el expediente que pudieron averiguar, careciendo de certeza documental, que Lorenzo Bento FernÃ¡ndez casÃ³ en La Habana pero que ignoraron con quien y que tampoco habÃan podido averiguar con certeza si de ese matrimonio nacieron hijos porque "no existe fundamento alguno racional en que basar tal aseveraciÃ³n". Lo que sÃ sabÃan es que en la fecha de la reclamaciÃ³n judicial, 1897, si viviera podrÃa tener unos noventa aÃ±os. Los sobrinos aÃ±adieron los bienes que correspondieron al hijo del vate emigrado a Cuba y que se encontraban en aquel momento en "el mayor abandono y a cargo de personas extraÃ±as a la familia".

Para acreditar el derecho que tenÃan para hacerse cargo de los bienes de su pariente recurren al entonces vigente artÃculo 191 del cÃ³digo civil segÃºn el cual "pasados 30 aÃ±os de la desapariciÃ³n del ausente desde la Ãºltima noticia recibida y los 90 desde su nacimiento el juez, a instancia de la parte interesada debÃa declarar la presunciÃ³n de muerte". Los bienes heredados del poeta por su hijo Lorenzo fueron una hacienda de tierra labradÃa donde llaman Llano de Parras conocida como El Laurel, topÃ³nimos aun vigentes en GuÃa y un trozo de terreno donde llaman el para nosotros desconocido topÃ³nimo las Rosas de Valladares. Nada conocemos del resultado de la peticiÃ³n de los nietos del poeta para recuperar los bienes de su transmarino tÃo Lorenzo.

Por mera curiosidad agreguemos que nuestro Lorenzo Bento FernÃ¡ndez del Campo fue a su vez sobrino de AndrÃ©s FernÃ¡ndez del Campo casado con BÃ¡rbara de Medina de cuyo matrimonio vino al mundo, entre otros, Saturnina, matrimoniada con Bruno GonzÃ¡lez Castellano, padres a su vez de MarÃa del Rosario GonzÃ¡lez FernÃ¡ndez del Campo, primera marquesa consorte de Arucas por su matrimonio con RamÃ³n MadÃ¡n, el primero en ostentar el tÃtulo. A la muerte de Ã©stos sin descendencia heredÃ³ el marquesado su sobrina MarÃa del Carmen FernÃ¡ndez del Campo, esposa de Felipe Massieu, padres de la reciÃ©n fallecida MarÃa del Rosario Massieu y FernÃ¡ndez del Campo, esposa que fue del marquÃ©s de La Florida, que lo ostentaba por herencia de sus progenitores.

Pedro GonzÃ¡lez-Sosa es Cronista Oficial de GuÃa

FUENTE: PUBLICADO EN LAPROVINCIA.ES (19.09.09)