Hace
unos días, rastreando en el Google Earth latrayectoria de un viejo camino de herradura que cruzaba una parte
significativa de las medianías guienses, me encontré sobrevolando una masa
arbórea inédita y significativa en extensión que me era totalmente desconocida.
Emplazada entre feroces terrenos de cultivo, sobrevivía una extensión de
árboles equivalente a dos fanegadas que, a tenor de los diferentes tonos de
verde que exhibían sus copas, encerraba una diversidad de especies cuanto menos
interesante. En ese momento, aún no sabía que había encontrado el jardín más hermoso y desconocido de Guía.
José
Agustín Álamo Molina, matemático de profesión y botánico de corazón, fue mi
compañero en esta expedición. Si bien él conocía el topónimo y el lugar con
anterioridad a la visita, no tenía constancia, al igual que yo, de la
existencia de ese rodal hacia el que nos dirigíamos con juvenil expectación la tarde del viernes pasado.
Tan
sólo unos minutos después de apearnos del jeep y caminar por un encharcado
camino de impronta netamente invernal, aparecía tras un recodo del mismo, la buscada
arboleda. Desde el primer golpe de vista sentimos conjuntamente que estábamos
ante un espacio singular por el formidable volumen de la floresta. Inmediatamente
hicimos el primer inventario desde la lejanía: tres araucarias
considerables,varios pinos piñoneros de
copa hermosamente aparasolada, unas encinas que nos sorprendieron por su
presencia y unos barbusanos que, debido la escasez de ejemplares de esta
especie en la isla y por la aparente altura que mostraron ante nuestra inspección,
fueron los primeros ejemplares en recibir nuestros elogios.
En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las Marías"
María
del Carmen Pérez es una guapa y adorable criatura de 22 años, la cual
padece una de esas enfermedades llamadas “raras” y que, para su mayor
desgracia, por este mismo motivo, los organismos oficiales hacen poco
caso, no solo en remediarla o evitando hacerla más llevadera a su
familia, sino incluso en la investigación para erradicarla. Síndrome de
Dani Walker es el mal que la atenaza, con una gran dependencia en grado
III Nivel 1. Un propósito solidario con su pesada losa, es lo que me ha
llevado a dedicarle el siguiente comentario.