|
lunes, 15 de septiembre de 2008 |
PSICOGRAFÃAS “No tiene reglas el recuerdo†Sonidos
Santiago Gil
Suele tener razón el poeta cuando dice que sólo se canta lo que se pierde, pero también nos valen los reencuentros de los sonidos olvidados para retomar historias que fuimos dejando en los márgenes de nuestra propia biografÃa. Vale tanto lo sublime como lo pueril, lo casual y lo pactado, y también todo lo que nos coloque sobre la marcha en el mismo lugar en el que estábamos escuchando la misma canción, el mismo canto del pájaro mañanero o el sonido de un océano que siempre es y no es el mismo. Lo que se escucha tiene un poder evocador que nos permite recuperar de vez en cuando algunas de las muchas vivencias que vamos olvidando para poder seguir viviendo. Y cada nuevo dÃa que vivimos nos regala sonidos que, la mayorÃa de las veces, ni siquiera nos enteramos que estamos escuchando. Sólo mucho tiempo después, al redescubrirlos o al recordarlos, los acabaremos reconociendo. Y entonces vendrán con ellos las caras, los paisajes y hasta los estados de ánimo de los muchos dÃas que fuimos viviendo sin ser conscientes de que lo estábamos haciendo.
Puede ser el sonido de los goles que salen de una radio el domingo por la tarde. Cada uno de esos goles que hoy pueden marcar Jorge Llarena o el Kun Agüero nos llevarán a los tantos lejanos de Morete o de Gárate, e incluso harán un viaje aún más largo hasta los épicos goles que nunca vimos de Silva o de Mujica. Y en cada uno de esos pitidos que preceden al gol irán apareciendo los domingos de la infancia, los amigos que no vemos hace años y hasta algún primer amor que nunca entendÃa tanta pasión futbolera. Ya digo que partimos de lo sublime o de lo trivial. No tiene reglas el recuerdo, y lo mismo te hace viajar con Chopin que con la banda de Agaete. Hay sonidos que nos ponen en situación inmediatamente, y casi todos ellos, por lo menos para la gente de mi generación, venÃan de la radio o de aquella televisión que nos colocaba a todos las mismas vivencias desde un solo canal. Muchos de ustedes seguro que viajarán conmigo si les invito a recordar la sintonÃa de La Ronda o del Loco de la colina, o las que aún se repiten de Tenderete o de Informe Semanal. Y no les digo nada si nos acercamos a la cantinela en pesetas de los niños de San Ildefonso, o a cualquiera de los anuncios navideños del Almendro o de aquellas muñecas de Famosa que se dirigÃan al portal la noche antes de que se cumplieran muchos de nuestros sueños. Y todo este panegÃrico del sonido viene tras el reencuentro de los partidos radiados y la fiesta de goles, anuncios de bebidas espirituosas y comentarios de actuaciones arbitrales. Somos asà de previsibles. Pero no podemos olvidar que todos esos pecios que están hundidos en el océano de nuestros propios recuerdos sólo esperan una canción, un olor o unas cuantas palabras para volver a salir a flote. Da lo mismo que luego sea todo mentira. CICLOTIMIAS
Los pies frÃos a esta hora de la tarde nos avisan de que ya está a punto de llegar el otoño.
Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
PUBLICADO EN CANARIAS7
|
Modificado el ( sábado, 06 de septiembre de 2008 )
|
|
ESPECIAL
1811-2011 |
En 1811 regÃa el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida DomÃnguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en GuÃa tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, GuÃa sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianÃas guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarÃan a la Virgen de GuÃa en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en GuÃa se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las MarÃas"
Ver
reportaje >> |
|
|
|
O P I N I Ó N |
EL ESTADIO DE GRAN CANARIA Y LAS PISTAS
Diego TalaveraNo hay que hacer ningún esfuerzo para comprobar que el Estadio de Gran Canaria no es un campo de fútbol; es un recinto deportivo con pistas de atletismo que también se utiliza para la práctica del fútbol. Basta con visitarlo y asistir a un encuentro para encontrar la diferencia con cualquier campo de fútbol español de reciente construcción.
|
Leer más...
|
|
|