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lunes, 11 de agosto de 2008 |
PSICOGRAFÃAS “No somos más que unos fingidores†El cubo
Santiago Gil
Vamos a hablar claro de una vez. Muchos de los que tenemos más de treinta y cinco años lo único que sabemos hacer con los ordenadores es fingir que controlamos. Apretamos teclas, ponemos cara de concentración si alguien nos mira y de vez en cuando soltamos alguna palabreja informática de nuevo cuño para que los otros crean que estamos a la última. A veces crees que ya controlas algo y que más o menos te puedes ir defendiendo, pero a los tres dÃas tienes que empezar otra vez de cero. De no ser porque para trabajar, y hasta para coger número en Correos, nos piden controlar las máquinas, en la vida nos habrÃamos acercado a ellas. Y claro, nosotros, erre que erre, hacemos como que sabemos para no quedarnos al margen.
Lo que sà temo es que un dÃa de éstos se terminarán dando cuenta de que casi nadie controla y de que no somos más que unos fingidores. Y es que tampoco te puedes dormir en los laureles. Si lo haces te sacan del juego sobre la marcha y te dejan en la misma esquina en la que ponÃan a los que no aprobaban ni la gimnasia en el colegio. Pero ya no se dice gimnasia sino Educación FÃsica. Tampoco hay una asignatura que se llame PretecnologÃa. Ahà está clave. Qué se puede esperar de una generación a la que sólo se le enseñó pretecnologÃa. Pues posiblemente lo que estamos demostrando. Nuestra única tecnologÃa punta era el cubo de Rubik, y a él le debemos las pocas nociones de razonamiento lógico que se nos ocurren para no parecer analfabetos funcionales. Con el cubo de marras estábamos varias semanas dale que te pego, todo el santo dÃa con los colores para arriba y para abajo tratando de ponerlos en fila india. Descubrimos, eso sÃ, que tenÃa truco; y eso es algo que luego nos ha servido para saber que la vida también se maneja igual, aunque ya a esos trucos no llegamos ni quemándonos las cejas, ni buscando el arjé de la fisis.
Aquel cubo que ahora parece una reliquia tecnológica era nuestra Nintendo y nuestra Wii, y también el único portátil que llevábamos a todas partes junto con el balón de reglamento y el estuche de lápices de colores. Cuento esto para que los que ahora tienen veinte años sepan algo más de nosotros y nos traten con una cierta consideración cuando nos vean penando delante de las pantallas. Nosotros, les recuerdo, sólo estudiamos pretecnologÃa. Los maestros de entonces no fueron capaces de vislumbrar el mundo que venÃa. Es verdad que siempre se está aprendiendo, pero nada es lo mismo y pasa como con los idiomas, que sólo se asientan bien en el cerebro cuando se aprenden de niño. A nosotros que nos dejen mover los cuadrados de colores del cubo de Rubik. Si nos sacan de ahà ya no respondemos.
CICLOTIMIAS
Se recordaba descalza en la orilla frÃa de la tarde frente al océano. Se veÃa niña, feliz, negra y hermosa. La patera se hundió en mitad del Atlántico y sus sueños quedaron flotando entre JandÃa y la costa del Sáhara. Su memoria es ahora la memoria de los peces.
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PUBLICADO EN CANARIAS7
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Modificado el ( domingo, 19 de mayo de 2013 )
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ESPECIAL
1811-2011 |
En 1811 regÃa el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida DomÃnguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en GuÃa tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, GuÃa sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianÃas guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarÃan a la Virgen de GuÃa en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en GuÃa se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las MarÃas"
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reportaje >> |
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O P I N I Ó N |
El nuevo hijo predilecto de Gran Canaria, Pedro Gordillo y Ramos, fue un rompedor del Antiguo Régimen y un dÃscolo ilustrado
Por Juanjo Jiménez
Una
pieza. Un personaje de pelÃcula. Un canónigo revoltoso, dÃscolo, fogoso
y polémico. Un cura, que nació en una Santa MarÃa de GuÃa del siglo
XVIII, y cuyo carácter, parlamento y fuerza lo llevó a presidir las
Cortes de Cádiz en 1813 que fulminaron el Antiguo Régimen, y a enervar a
la curia, a guerrear con Tenerife por la capitalidad de Canarias, por
la sede del obispado regional y por separar Iglesia y Estado.
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