Inicio arrow Prosa arrow Reflexiones arrow Perder la cabeza. Erasmo Quintana Ciudad de Guía, 18 de abril de 2024

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miércoles, 14 de noviembre de 2007
PERDER LA CABEZA


Erasmo Quintana


Estos recientes y horrendos casos en que los más indefensos de nuestra sociedad son las víctimas, ¿es un fenómeno propio de nuestros días? ¿Tendrá algo que ver la proliferación de los teléfonos móviles, hoy al alcance también de los niños, o ese monstruo de siete cabezas que es Internet, pues se mete en los hogares y está al alcance de todos? La pederastia -relaciones homosexuales de hombres con niños-, ¿es algo que siempre ha estado ahí, bajo la sutil superficie de una retorcida mente humana, pronto a manifestarse en cuanto alguien puede perder la cabeza? Como el asesinato de las mujeres por sus “queridos†maltratadores, el abuso a los menores se está convirtiendo en una terrible plaga y en una moda lamentable. No hay día en que no nos informen de un nuevo caso de pedofilia; ahora mismo en que les estoy hablando de este tema, el televisor que se encuentra a mi espalda me da la noticia de un nuevo desalmado, esta vez de Ciudad Real, que tenía por costumbre llenar de niños su casa, con los que supuestamente daba rienda suelta a su enfermiza lascivia, y los comentarios de los críos afirmando que tenía por costumbre ponerles “películas guarrasâ€; el pollo está en prisión, pendiente de ser juzgado.  La pasada semana este mismo periódico daba cuenta de dos lamentables sucesos de este jaez bochornoso, ya sancionados por la justicia. A unos parecerá poca la pena que se impone y a otros la adecuada, porque de lo que se trata –piensan- es de hacerles ver que lo hecho es punible y que la sociedad, sentándolos en el banquillo, lo que pretende es mentalizarlos para que jamás vuelvan a su acción transgresora de la libertad de los demás, siendo ésta mucho más grave al tratarse de menores. Es necesario sin embargo perdonar la debilidad humana, ese instante funesto en que personas que nos parecen de lo más serias y respetuosas, pierden la cabeza, y es por lo que, en la línea de Concepción Arenal, repetimos con ella lo de “Odia el delito y compadece al delincuenteâ€. Desde un punto de vista más humano si se quiere, traer aquí lo que ya hemos dicho en otra parte, y es: los posibles errores que hayamos podido cometer en nuestra vida son lo que nos hace ser comprensivos con los errores de los demás.

Erasmo Quintana
Publicado en LA PROVINCIA del 7 de noviembre de 2007.




Modificado el ( miércoles, 14 de noviembre de 2007 )
 

ESPECIAL 1811-2011

En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael Bento y Travieso.

Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre amarilla.

Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la votiva y popular Fiesta de "Las Marías"

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O P I N I Ó N
La ciudad y el municipio

Javier Estévez

No es lo mismo una ciudad que un municipio. Basta asomarse a un diccionario (o al sentido común) para saber que la primera es un conjunto edificado más o menos bien delimitado mientras que el segundo término apela o evoca exclusivamente al ordenamiento jurídico. Digo esto porque creo que hay un error o una confusión que debe aclarase sobre la denominación de la ciudad y del municipio donde vivo.
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