Estimo interesante citar también aunque sea de pasada los que hoy todavÃa siguen
ejerciendo tan elegante profesión en nuestro pueblo aunque por las referencias
que tengo son bastante pocos. Ser barbero al menos en aquellos tiempos implicaba
una preparación fuera de la común ya que eran innumerables los cortes de pelo
que los clientes demandaban. Los habÃa de origen alemán, francés, americano y
los netamente españoles, cada uno tenÃa su propio estilo en cuanto a su
desarrollo, y la configuración de la cabeza presentaba diferentes formatos, que
cuadraban perfectamente con el pelado solicitado por el cliente.
Los barberos estilistas de aquella época eran muy dados a utilizar la tijera
y la navaja en la mayor parte de cortes que hacÃan, solo usaban la maquinilla
para limpiar el cuello, ya que todo el trabajo lo realizaban con estos dos
artilugios citados, denominándose esta forma de realizar el corte, -a punta de
tijera o navaja-. La realización requerÃa unos conocimientos especiales sobre el
arte de la peluquerÃa, es significativo manifestar que todavÃa muchos
profesionales lo hacen hoy aunque ya no con tanta frecuencia. El uso de la
maquinilla eléctrica se ha impuesto totalmente en detrimento de la tijera y la
navaja que solo se usan para emparejar, hacer los recortes y en algunos casos
aislados para la limpieza del cuello. El desmonte del cuello y la forma tan
bonita que se le daba al mismo denominada disminución –donde la tijera realizaba
una gran labor- ya casi no se utiliza, salvo excepciones el peluquero de hoy lo
basa todo en la maquinilla con sus peines de diferentes calibres, desde el doble
cero hasta el dos. Un peluquero de antaño tardaba en hacer un corte entre
cincuenta minutos y una hora hoy el tiempo se ha reducido a quince o veinte, los
tiempos han variado en función de las herramientas, -antes las maquinillas eran
manuales-, incidiendo también la sencillez de los diferentes cortes que hoy se
hacen, aunque es lógico reconocer que los hay bastante enjundiosos.
Los barberos de antaño, eran muy versátiles y llevaban a cabo labores muy
relacionadas con la salud más elemental, sacaban muelas, ponÃan inyecciones,
curaban heridas y hasta hacÃan sus pinitos en la cirugÃa más elemental, como era
la de curar forúnculos, tabardillos, juanetes etc. En consonancia con esta
praxis tan común de los barberos, recordar que en el año 1957 aproximadamente,
mi padre le abrió un forunculo que tenia en el cuello maestro Benigno RodrÃguez
padre de JoaquÃn RodrÃguez, haciéndole la cura correspondiente tres veces en
semana hasta que la herida cicatrizo y quedo totalmente curado. Posiblemente
como el, estuvo haciendo las practicas para sacar el titulo de practicante,
derechos que cedió a su primo Bernardo, más necesitado en aquellos tiempos,
siempre acredito una innata facilidad para llevar adelante la practica de esta
medicina rudimentaria.
En GuÃa desde principios de los tiempos siempre hubieron bastantes barberÃas,
pero no quiero remontarme a algo tan lejano por eso voy a citar en un principio
la de maestro Pancho Dávila, de finales del siglo XIX, donde ya en pleno siglo
XX ejercieron como tales sus hijos Juan Francisco, Bernardo y Alberto, mi padre
y mi tÃo Antonio, la misma estaba situada al lado de la plaza en la casa de
Salvador Galván, donde estuvo ubicado hasta no hace mucho tiempo el banco de
Bilbao. Más tarde esta peluquerÃa fue adquirida por mi padre, trabajando en la
misma, mi tÃo Antonio, -ya citado-, Fernando Calero y Francisco Estévez conocido
por Paco mano. Con el paso del tiempo fueron apareciendo otras, que conformaron
un numeroso elenco barberistico en GuÃa, asà por ejemplo los hermanos
Sosa Oliva conocido por los pepillillos, que ya habÃan tenido un gran centro de
estas caracterÃsticas en la Habana (Cuba) creo que llamado la Rosa, donde
trabajaban José, Pedro, Vicente, Manuel y mi padre. Al regreso de la isla
caribeña, José y Manuel abrieron sendas barberÃas en GuÃa, el primero en la
calle Canónigo Gordillo y el segundo en la plaza de San Roque, Juan Fernando
Aguiar inauguro la suya en Pérez Galdos y su primo Chano en la misma calle casi
limitando con San Roque, frente a la casa donde vivieron los Corti, Raimundo
DÃaz en Canónigo Gordillo, mi padre inicio su singladura en la casa de Salvador
Galván, -ya citada-, pasando luego a Medico Estévez, primero donde esta hoy
situada la farmacia de Fernando Guerra, más tarde en la casa de Pedro
Castellanos y finalmente en la casa de mis tÃas y en la misma calle más hacia
siete la tenia Francisco Mamea, bastantes años más tarde Carmelo Suárez instalo
la suya en la calle Marques del Muni, frente a la casa de los López, hoy todavÃa
existe pero convertida en unisex que dirige su hijo José Ramón.
Los barberos de GuÃa tuvieron por su forma de practicar la profesión una
reconocida y constatada fama, se de la circunstancia de que muchos personajes
que residÃan en Las Palmas se desplazaban hasta mi pueblo para cortarse el pelo
ya que donde se basaba lo artÃstico de esta profesión radicaba esencialmente en
esta labor ya que el afeitado era menos importante. Recuerdo entre los clientes
de mi padre que al menos cada quince dÃas hacÃan uso de su peluquerÃa viniendo
para ello expresamente de la capital, a AgustÃn Manrique de Lara y Bravo de
Laguna, a los hermanos Molina Vega, Salvador DÃaz, Cayetano Guerra de Aguilar
etc. Por aquel entonces habÃan en GuÃa ocho barberÃas hoy parece ser solo hay
dos.
Ya he tenido el placer de citar a los afamados barberos de la época, ahora
estimo oportuno citar a muchos de los aprendices que estos tuvieron, los cuales
se convirtieron en grandes profesionales y con el paso del tiempo instalaron sus
propias peluquerÃas. AsÃ, tenemos a los Caleros Fernando y Raúl, Paco mano,
Claudio Bautista, Juan Aguiar Moreno, Perico el barbero, José Vega, José
González Sosa, Facundo Santiago, Manolo Román, AgustÃn MartÃn conocido por
Tinito, IsaÃas González Moreno y muchos más.
Si se me permite quiero recordar de manera especial a Paco Montesdeoca
residiendo hoy en Maspalomas donde tiene tres o cuatro peluquerÃas, dado su
extraordinario palmares, consistentes en los grandes y numerosos premios
obtenidos en cuantos concursos ha participado de Ãndole regional, nacional e
internacional donde siempre ha obtenido la tijera de oro máximo galardón
otorgado a un peluquero en su trayectoria profesional además de muchos más
trofeos, consistentes en copas, estatuillas de oro y plata con alegorÃas a la
profesión, etc.
Se han hecho muchos trabajos de personajes de GuÃa, que destacaron por sus
insignes profesiones, herreros, carpinteros, intelectuales, futbolistas,
luchadores, comerciantes, etc., pero jamás se habÃa hecho nada sobre los
barberos o peluqueros, hoy he querido asà hacerlo inducido de manera objetiva
por mi buen y entrañable amigo guÃense Manolo Moreno Miranda. Estimo que estos
profesionales tan relevantes se lo merecÃan