Inicio arrow Reportajes arrow Cronicas del Ayer arrow El primer encuentro entre don Bruno y el Alcalde Juan García Mateos. Por Bruno Quintana Quintana Ciudad de Gua, 10 de mayo de 2024

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lunes, 20 de noviembre de 2006

 

Mi primer encuentro el Alcalde Juan García Mateos

Por Bruno Quintana Quintana*

Mis primeras actuaciones parroquiales y pastorales coinciden, como queda dicho, con el primer domingo de Cuaresma, por lo tanto, tenía que estar muy alerta porque era una mala costumbre, en algunos pueblos, de continuar celebrando bailes carnavalescos, profanando este santo tiempo de penitencia y reconciliación con Nuestro Padre, y pudiera ser que en mi nueva parroquia también los celebrasen en este Santo Tiempo. Y dicho y hecho. En un amplio salón que llamaban "Teatro Viejo", ubicado en la calle "Canónigo Gordillo" nº 20, el cual fue, en tiempos lejanos, templo o capilla del convento llamado el Hospicio y en la actualidad propiedad del Ayuntamiento de Guía, se estaban, con autorización de éste, celebrando bailes de "taifa" los sábados y domingos durante el año y por lo tanto, en la Santa Cuaresma.

Enterado de ello y habiéndolo constatado, me veía obligado, cumpliendo con mi deber, a ponerlo en conocimiento del Sr. Obispo participándole que en un local que fue en un tiempo, templo de un convento de monjas, se estaban celebrando bailes en esta Cuaresma. El Sr. Obispo recibió el oficio que le envié con este motivo, dándole, por lo tanto, cuenta de lo que estaba ocurriendo en la Parroquia con las diversiones, nada coherentes con el Santo Tiempo de penitencia en que ya estábamos inmersos; y, después de enterarse de su contenido, adjuntándolo con un oficio suyo, lo envió al Sr. Gobernador Civil de Las Palmas, participándole la anómala práctica de diversiones en la Parroquia de Santa María de Guía, autorizadas por el Ayuntamiento, durante la santa Cuaresma, que en nada favorecen a las buenas costumbres de un pueblo eminentemente católico, suplicándole hiciese valer su superior autoridad para que esas diversiones, con aires paganos, no hiriesen los hondos sentimientos cristianos a los fieles de aquella Parroquia durante dicho santo tiempo, por lo menos.

La resultante de este oficio fue fulminante, según pude enterarme más tarde, puesto que el Sr. Alcalde de Guía recibió una comunicación del Sr. Gobernador prohibiéndole autorizar bailes durante la Cuaresma, y menos en un local que, por sus características arquitectónicas, fue templo en el que se celebraba el culto divino, en tiempos pasados. Yo creí sinceramente, cumplir con mi deber participando al Sr. Obispo esta ofensas a la moral cristiana y esta profanación al templo penitencial de la Santa Iglesia, y, puedo decir, que me olvidé, en absoluto, de esta comunicación, por lo que no me había enterado de la resultante de la misma, hasta que, un cierto día, sanamente, sin prevención ni malicia alguna, me dirigí al ayuntamiento de esta ciudad de Guía para saludar y ofrecer mis modestos servicios personales y parroquiales al señor Alcalde, a la razón, D. Juan García Mateo, y al Secretario del mismo que era D. Prudencio Estévez Galván, con motivo de haberme hecho cargo, como Cura, de la Parroquia de Santa María de Guía y de San Pedro Apóstol de la Atalaya y de San Francisco de Asís de Tres Palmas.

Fui recibido muy cortés y atentamente por los mismos, y después de cambiar impresiones sobre varios temas, el Secretario, con una sutileza gatuna, insinuó un plan de relaciones entre la Iglesia y las Autoridades locales para la mejor convivencia entre ambos, procurando proceder, teniendo "un ten con ten", en "ciertos y concretos asuntos" para la mejor comprensión y cordiales relaciones entre las dos entidades y el pueblo, en general. Rápidamente, gracias a Dios, me di cuenta que pretendía "echarme" un lazo, "una red" para "atraparme" y poder, así, "manipular" mi acción pastoral en la Parroquia, frenando mi posible labor de intransigencia con la inmoralidad, en toda su variada y diabólica gama, que pudiera resultar de las diversiones que, por su índole mundana, conculcasen los mandamientos de la Ley de Dios y los de la Santa Iglesia.


Ante tal "plan" caí en la cuenta, al instante, que era un "plan" trazado, concebido, como consecuencia de mi oficio al Sr. Obispo sobre los bailes de "taifas" que se estaban celebrando en el pueblo los sábados y domingos de Cuaresma, y, seguramente de alguna disposición u orden, recibida del Sr. Gobernador Civil sobre los mismos. Entonces reaccioné enérgicamente y, con toda cortesía, les dije:

- "señores, yo he venido como Cura de esta Parroquia de Santa María de Guía, nombrado y enviado por mi superior, el Sr. Obispo, no "pedido ni traído" por nadie, para atender, religiosa y pastoralmente, a sus fieles hijos y velar por la moralidad cristiana, de sus costumbres y diversiones. Y si yo por corregir las inmoralidades, y llamar la atención sobre las diversiones pecaminosa, etc., tuviese que salir de esta parroquia, sería para mi una victoria, y, con santo orgullo, por los pueblos a los que fuese destinado, iría tremolando la bandera de mi triunfo en la que se leyera: por corregir las inmoralidades y por procurar que las diversiones no fuesen escandalosas, salí, o me echaron de Guía.


Ellos al ver mi actitud de firma decisión en cumplir con mi deber como Cura de esta Parroquia, sin dejarme "sobornar" por "diplomáticas palabras", ni intimidar por nada, ni por nadie, callaron respetuosamente, y después de algunos comentarios sobre diversos asuntos, sin la menor trascendencia, con toda amabilidad y cortesía, y mutuamente deseándonos las mejores venturas, nos despedimos; y nuestras relaciones, en adelante, fueron siempre muy cordiales, sin que me molestasen en lo más mínimo. Bien es verdad que la situación política y social, en aquellos tiempos, en España, favorecía grandemente, las buenas relaciones entre la Iglesia y las autoridades civiles; pero, por lo tanto esta actitud mía, en mis primeros momentos en Guía, resultó para mi labor parroquial y social, de un efecto decisivo y eficaz durante los treinta y nueve años en que la regenté con plena libertad en mi acción pastoral en todos los niveles y también porque no me dejé "subyugar" por un sutil "reto caciquil", de ambos sexos, que todavía pervivían en la culta e hidalga Ciudad de Guía de Gran Canaria...
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*NOTA.- Texto extraído de las MEMORIAS DE DON BRUNO QUINTANA QUINTANA, párroco que fue de Guía entre 1943 y 1982.

Modificado el ( martes, 06 de noviembre de 2007 )
 

ESPECIAL 1811-2011

En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael Bento y Travieso.

Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre amarilla.

Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la votiva y popular Fiesta de "Las Marías"

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V Í D E O S - D E - 2 0 0 8
 
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Datos para la historia de la Atalaya de Guía


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Señala el profesor Lobo Cabrera en su estudio “Atalayas en Gran Canaria en el siglo XVI” (Revista El Museo Canario nº LX, 2005), que la figura del atalaya o atalayero está recogido en las Partidas de Alfonso X el Sabio, donde es descrito como: “[…] atalaya son llamados aquellos hombres que son puestos para guardar […]
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CABALGATA DE CARROZAS 2012

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Guía cumple en 2013 dos siglos de partido judicial con el temor a su desaparición

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Ni un operador ve beneficio alguno a su anexión por la capital de la isla - Solo un "ahorro de cinco sueldos" y muchos gastos a la hora de trasladarse a LPGC. Santa María de Guía es uno de los partidos judiciales del Reino de España con la soga al cuello. La reestructuración del territorio anunciada y posteriormente matizada por el Poder Judicial español (CGPJ) coloca a la cabecera histórica de la Administración de Justicia en el Noroeste de Gran Canaria en primera línea de fuego para ser anexionada por la capital de la isla.
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