Inicio arrow Prosa arrow Reportajes arrow Desconocida reseña topográfica de Gran Canaria fechada en 1851. Pedro González-Sosa Ciudad de Gua, 05 de mayo de 2024

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lunes, 31 de marzo de 2014
Desconocida reseña topográfica de Gran Canaria fechada en 1851
 
* Forma parte de la distribución del Batallón establecido en Guía en 1844
 * "Santa Lucía: "tiene un pago de negros, que no se mezclan con los blancos"
 
Pedro González-Sosa
Cronista Oficial de Guía.


Decíamos en anterior trabajo sobre la historia de las Milicias Provinciales, concretamente la de Guía de Gran Canaria, que aquellas dejaron de existir como tal en 1844 cuando se produce una nueva reorganización militar en las Islas Canarias con una reducción de las tropas milicianas para ser sustituidas por las llamadas unidades "regladas" o de sueldo fijo que se guarnecen en las islas procedentes de la Península.

Como consecuencia de lo anterior, los regimientos hasta entonces establecidos en Gran Canaria  quedaron reducidos a dos batallones, uno en Las Palmas denominado número cuatro con jurisdicción geográfica militar que alcanzaba la zona de la Capital y Sureste   de la isla  --Telde, Valsequillo, Agüimes, Santa Brígida, San Mateo-- y el número cinco en Guía, con una jurisdicción  que abarcaba las tres cuartas partes del perímetro insular pues se extendía hasta en el amplio perímetro en el Noroeste y Suroeste:  Gáldar, Agaete, La Aldea, Tejeda, Mogán, Santa Lucía y San Bartolomé de Tirajana, Moya, Artenara, Valleseco, Teror y Firgas, lugares donde se guarnecían repartidas las siete compañías que se agrupaban en el citado batallón, además de la que se estableció como Estado Mayor en la villa guiense.


En el Museo Militar establecido en el cuartel "Almeida" de Tenerife se conserva un plano con la "Reseña topográfica de la isla  con respecto a la demarcación militar que tienen las ocho compañías del Batallón Ligero Provincial de Guía número 5 de Gran Canaria", que fue elaborado y redactado en noviembre de 1851 por el teniente coronel graduado y Sargento Mayor del Batallón Pedro Laine Sánchez "con las noticias adquiridas y con las que les han proporcionado los naturales de ella", donde figura su firma con la del Visto Bueno del coronel-comandante   Francisco María de León. El curioso   manuscrito-cartel--que mide un metro por 50 centímetro aproximadamente-- se nos antoja valioso no solo por la descripción pormenorizada de la topografía  de la isla (barrios, barrancos, montañas, nacientes de agua, comercios, etc.) sino  porque añade noticias curiosas respecto al número de  habitantes, casas y cuevas de cada una de las localidades afectadas. La reseña  concluye su redacción en  noviembre de 1851, pocos meses después de que (en julio del mismo año) se declarase oficialmente la aparición de la epidemia de cólera morbo que azotó la isla  y provocó que se diezmara  de forma extraordinaria mientras duro la pandemia la población de Gran Canaria.
 
El cartel ilustra grafica y literariamente la distribución de estas ocho compañías establecidas de la siguiente forma, en su distribución geográfica  la isla, todas ellas pertenecientes al ya mentado Batallón número 5 de Gran Canaria, cuyo mando principal y su estado mayor residía en Guía: la  denominada de Carabineros  se guarnecía en aquella todavía entonces villa; la primera se repartía entre Agaete, La Aldea y Artenara; la segunda en Moya; la tercera en Valleseco y Firgas; la cuarta en Teror; la quinta en Tejeda, Mogán y Santa Lucía de Tirajana; la sexta en San Bartolomé de Tirajana y la de Tiradores en Gáldar.
 
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Modificado el ( lunes, 31 de marzo de 2014 )
 

ESPECIAL 1811-2011

En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael Bento y Travieso.

Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre amarilla.

Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la votiva y popular Fiesta de "Las Marías"

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