|
sbado, 25 de enero de 2014 |
El reloj mecánico inglés de la iglesia de Guía Se instaló en 1838 comprado con los mil pesos de la manda testamentaria de Luján Pérez Pedro González-Sosa
El catedrático de Matemáticas de la Universidad de La Laguna y ex consejero de Cultura del Gobierno de Canarias con Jerónimo Saavedra, Luis Balbuena Castellano, ha puesto en marcha un proyecto para realizar el catálogo y estudios de los pocos relojes de torre o públicos mecánicos que todavía funcionan en las Islas Canarias, proyecto que se realiza a través de la fundación CICOP (Centro Internacional de Conservación del Patrimonio), para lo que ha requerido la colaboración de los Cronistas Oficiales de los distintos municipios con la intención de recabar los datos necesarios, labor en la que, por supuesto y desde este momento, estamos colaborando proporcionándole aquí los datos que se refieren al reloj de la torre norte de la iglesia parroquial de Guía de Gran Canaria y que fue inaugurado en 1838 con ocasión de la visita pastoral realizada a la iglesia de aquella entonces todavía villa por el obispo Judas José de Romo.
El reloj que cuenta y marca el paso del tiempo en aquella localidad, como es harto conocido, fue una realidad merced a los mil pesos que en su testamento de 1814 dejó el escultor hijo de aquel pueblo José Luján Pérez, manda recogida en el siguientes términos: "Es mi voluntad --declara--se ponga un reloj en una de las torres de aquella iglesia parroquial, a fin de que los vecinos disfruten de este beneficio y puedan arreglar las distribuciones de sus aguas, que es de tanto interés para la agricultura y para no causar disturbios ni desavenencias entre sus participes".
Hasta el momento en que se quiere hacer realidad la manda testamentaria del imaginero --finales de los años 20 y principio de los treinta de 1800--la iglesia de Guía tenía solo una torre, la del sur o campanario por lo que hubo se levantarse una segunda, la del norte, tarea y empeño en que se involucró de forma principal el ayuntamiento de la época, y que consta ya estaba levantada en 1837. Felizmente concluida, se adquirió el reloj en Inglaterra a la firma "W. Valeo" de Londres según aparece signado en el anverso de una de las esferas, y una vez instalado se procedió a la bendición en 1838 por el mentado obispo Romo, acto al que asistió la hija del escultor Francisca Luján Barrera, con cuyo motivo compuso el doctoral que fue de nuestra iglesia catedral Graciliano Afonso, el siguiente soneto, texto que con ocasión del segundo centenario del nacimiento de Luján, en mayo de 1956 el Ayuntamiento de Guía hizo colocar esculpido en placa de mármol en el frontis de aquella torre sur recordando la efemérides de su inauguración:
Con mesurado paso, blanco lento mides el tiempo, oh péndola canora el que insaciable con afán devora tras siglo tanto el volador momento. Tú marcas su vivir al gran talento y en la cima de olvido asoladora también verás rodar el arpa sonora que al héroe enraíza y encadena el viento. ¿Y allí estarás también, Lujan sublime? ¿Hasta de tu cincel no habrá memoria? ¿Tu patria ahogara la voz que gime. perdiendo de su genio la alta gloria?. Guía, no llores, que virtud exime, muera el patriota, y dé su don la historia.
Como complemento de lo anterior nos place añadir una breve historia de los avatares producidos con ocasión de hacer realidad la voluntad de Luján de que aquel templo tuviera un reloj. Por las penurias económicas de la iglesia y del propio ayuntamiento, en sesión celebrada de 10 de junio de 1938 presidido por el alcalde Felipe Valdés se recoge que la municipalidad "convoca al pueblo a la salida de las gentes de misa para confeccionar cuales sean los medios más fáciles de proporcionar una suma equivalente a costear la traída de la máquina del reloj público que ha llegado de Londres a la Ciudad para colocar en la nueva torre para su colocación y pagar los devengos del facultativo que es indispensable traer para ponerlo, que se ha estimado en un cálculo aproximado de 270 pesetas de a quince reales de vellón". Celebrada una reunión con los vecinos "más sobresalientes y después de una discusión bastante detenida los vecinos se prestaron gustosos en contribuir cada cual en proporción de sus haberes, sirviendo de base los libros de contribución para el repartimiento de una peseta por vecino de los 1020 que contiene el último padrón". En el expediente de donde se han tomado las anteriores anotaciones consta una larga relación, por calle, de todos los vecinos y las cantidades que correspondía contribuir a cada uno, de acuerdo con sus disponibilidades económicas, "poniendo por base la riqueza de cada vecino" cuya recaudación alcanzo 597 pesetas de la época.
El reloj fue adquirido en abril de 1937 a través de un inglés establecido en Londres llamado Joseph Bishop que lo compró a la citada firma "W. Valeo-London" por importe de 130 libras a cuya cantidad hubo de añadirse en la factura otros gastos por derechos de entrada, corretajes, flete de Londres a Canarias, certificado del cónsul y seguro, lo que totalizó la cifra de 146 libras, sumándose a ésta otras 63 que en la factura se recoge como "gastos de desembarque y conducción a la Aduana, y conducción de la Aduana a mi casa", señala el consignatario en Las Palmas Federido Manly. De la firma constructora del reloj nada hemos podido averiguar a pesar de los esfuerzos realizados.
Su encargo en Londres debió producirse a principios de la década de los años sesenta del siglo XIX porque el tal Bishop lo recogió en la casa constructora el primero de abril de 1837, fecha que tiene la factura, para embarcarlo en el puerto de la capital inglesa en el buque de la misma nacionalidad "Sarah" que navegaba al mando del capitán Jones. Desconocemos más detalles del buque que transportó la maquinaria desde Londres a Gran Canaria porque tampoco ha sido posible hallar otras noticias. La factura de compra está fechada en Londres el 26 de abril de 1838 suponiendo que pudo llegar a la isla algunas semanas más tarde, pues en agosto de ese mismo año se produjo su bendición. Pero el reloj, sin embargo, no estaba completo; le faltaba la campana para los horarios y desde La Habana, donde era canónigo arcediano, el también guiense Pedro José Gordillo y Ramos hizo posible su adquisición mediante un donativo en dinero. El día de su bendición, pocos años después, la campana fue bautizada con los nombres de María, por la patrona y José por el donante y las primeras campanadas que sonaron fueron seguidas, al mediodía, de dobles en recuerdo del imaginero fallecido en 1815.
El reloj de la iglesia guiense es mecánico, uno de los pocos que quedan, me dicen, en las islas y funciona por el clásico mecanismo de las "pesas": una para el horario y otra para la campana. Desde su colocación necesitó de una persona para que cada ocho o diez días elevara las dos "pesas" desde el fondo de la torre hasta lo más alto, maniobra que realizaban personas vinculadas al templo y que en las últimas décadas del siglo pasado ejercitaba el relojero Fabio Alamo Hernández --hermano del historiador Néstor-- que incluso en 1969 pintó las esferas y los números romanos siendo alcalde Ignacio Arencibia, y fallecido aquel siguió haciéndolo el también relojero su hijo Salustiano (que tamibén repintó las esferas) hasta que hace seis u ocho años se incorporó un motor eléctrico que realiza en la actualidad dicha maniobra. Pedro González-Sosa es Cronista Oficial de Guía de Gran Canaria.
|
Modificado el ( mircoles, 16 de abril de 2014 )
|
|
 FUERA DE JUEGOPor Santiago Gil
Me ha pasado muchas veces a lo largo de la vida. Un buen
día te ves en una ciudad extraña o en la sala de embarque de un
aeropuerto y te preguntas qué estás haciendo y hacia dónde estás
conduciendo tus pasos cada vez más apurados y estresantes. Pero también
te pasa al lado de tu casa, o cuando la muerte te golpea de cerca, o en
esos días que amanecen tristes incluso antes de que tú despiertes y
entres a formar parte de la comedia diaria. |
Leer ms...
|
|
ESPECIAL
1811-2011 |
En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las Marías"
Ver
reportaje >> |
|
|
V Í D E O S - D E - 2 0 0 8 |
|
|
CRÓNICAS DEL AYER |
A treinta años del fallecimiento de Mr. Leacock
Por Augusto Álamo Suárez, Ingeniero agrícola, y Sergio Aguiar Castellano, Archivero Municipal de Guía Cuando el empresario agrícola, David J. Leacock, popularmente conocido como Mr. Leacock, fallece el 22 de abril de 1980, hace ahora treinta años, desaparece una de las figuras más destacadas y emblemáticas de la historia de la comarca norte de Gran Canaria en el siglo XX.
|
Leer ms...
|
 LA MUESTRA ESTARÁ ABIERTA HASTA OCTUBRE Leacock, Harris y Douglas, memoria imborrable de la agricultura canaria
Amado Moreno
Con una singular y lograda exposición abierta anoche en la Casa de la Cultura, el ayuntamiento de Guía rinde justo homenaje estos días a tres destacad,os empresarios ingleses del pasado: David J. Leacock, Douglas Charles Fenoulhet y Anthony Harris. Avanzado el siglo XIX y después en el XX, los tres fueron decisivos en el impulso del cultivo y exportación de plátanos y tomates canarios.
|
Leer ms...
|
Centenario del Hospital de San Roque
Pedro González-Sosa Cronista oficial
Se
celebra el lunes 10 de agosto, dentro de los actos del programa preparado
por el ayuntamiento con motivo de sus fiestas patronales, el primer
centenario de la implantación en Guía de Gran Canaria del que constituyó
el también primer hospital allí abierto para el servicio no solo de la
población guiense sino de aquella zona.
|
Leer ms...
|
|
|