Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

El poeta Domingo Rivero y GuÃa

El padre del poeta fijÃ³ su residencia en Las Palmas de Gran Canaria, en la vieja casa de la calle Torres donde se acaba de abrir el museo.

Por Pedro GonzÃ¡lez-Sosa

Inconscientemente, queremos creerlo asÃ, se ha obviado de forma reiterada en algunas biografÃas -salvo en el caso de uno de sus estudiosos, Manuel GonzÃ¡lez Sosa- la vinculaciÃ³n del poeta Domingo Rivero con la que fue hasta 1870 villa de GuÃa, cuestiÃ³n que, a propÃ³sito de la inauguraciÃ³n de su Museo nacido por el entusiasta empeÃ±o de su nieto Pepe Rivero, no nos resistimos a recordar. Porque con Domingo Rivero sucediÃ³ lo mismo que con NÃ©stor Ãlamo sobre el que la hoy ciudad de GuÃa ha inaugurado una casa museo en el lugar donde vino al mundo de forma circunstancial porque allÃ vivÃa su abuela -pues el domicilio familiar de sus padres estaba en la llamada calle del Agua- y era costumbre entonces que la parturienta fuera a parir a la casa de su progenitora.

Con Domingo Rivero ocurriÃ³ otro tanto. Sus padres eran vecinos de GuÃa -su progenitor natural de aquella localidad y su madre de Arucas- y cuando se presentÃ³ el parto para el nacimiento del poeta en marzo de 1852 la isla padecÃa los efectos de una epidemia de cÃ³lera, causa, no la principal sino una mÃ¡s, por la que su madre decidiera trasladarse a Arucas para el alumbramiento, porque la pandemia invadÃa la casi totalidad de la isla. La razÃ³n principal de su traslado fue tambiÃ©n que aquella prefiriÃ³ como era costumbre tradicional parir en la casa de su progenitora. Fue asÃ como ocurriÃ³ la vinculaciÃ³n de Rivero con aquella otra localidad norteÃ±a donde reciÃ©n nacido solo permaneciÃ³ allÃ escasos dÃas, a la que le uniÃ³, simplemente, la partida o certificado de nacimiento, porque pocas semanas despuÃ©s regresÃ³ a GuÃa para habitar la casa familiar en la calle de la Carrera, (a la que corresponde la fotografÃa), viejo edificio todavÃa en pie y en la que hace unos aÃ±os el Ayuntamiento y su concejal de Cultura Erasmo Quintana decidieron, a sugerencia de Manuel GonzÃ¡lez Sosa, colocar en su frontis una placa cuyo texto recuerda "que allÃ viviÃ³ desde el aÃ±o en que naciÃ³ hasta que en 1864 se trasladÃ³ a Las Palmas" para ingresar en el Colegio de San AgustÃn, a cuya villa retornarÃa de ordinario en las vacaciones hasta 1881 en que fijÃ³ su residencia en la ciudad.

En GuÃa, pues, transcurriÃ³, la infancia y primera juventud de Domingo Rivero, al punto de que al aÃ±o siguiente de su nacimiento, el 8 de mayo de 1853, fue confirmado en su iglesia por el entonces obispo Buenaventura Codina en cuya ceremonia actuÃ³ de padrino su tÃo materno Manuel GonzÃ¡lez Castellano. Y en GuÃa se produce su inicial etapa escolar acaso, como recordaba Manuel GonzÃ¡lez Sosa, fuera su maestro de primeras letras Santiago HernÃ¡ndez que aÃ±os atrÃ¡s, en la misma escuela, habÃa sido condiscÃpulo de JuliÃ¡n Cirilo Moreno, y que mÃ¡s tarde pudo recibir otro tipo de enseÃ±anza del que era entonces secretario municipal Carlos Grandy, sustituido de forma accidental a su fallecimiento por el nieto del escultor Amaranto MartÃnez de Escobar y LujÃ¡n.

La familia Rivero estaba incrustada en GuÃa desde tiempo inmemorial; su abuelo JosÃ© Rivero Morales (1798-1866) emigrÃ³ a Cuba de donde regresÃ³ con "algunas perras" para convertirse en propietario de estimadas propiedades (que heredarÃa luego el padre del poeta, Juan Rivero BolaÃ±os), como la localizada en "Llano de Parras", de la que vendiÃ³ un trozo de terreno al francÃ©s Juan Lavedeze para construir la Villa MelpÃ³mene donde se hospedÃ³ a finales del s. XIX el mÃºsico Camilo Saint-SaÃ«ns, que segÃºn la tradiciÃ³n escribiÃ³ allÃ parte de su SansÃ³n y Dalila. En 1885, el padre del poeta fijÃ³ su residencia en Las Palmas en la vieja casa de la calle Torres falleciendo allÃ en 1894, el mismo solar donde a finales del pasado siglo se levantÃ³ la actual y moderna construcciÃ³n donde acaba de inaugurarse el Museo Poeta Domingo Rivero.

REMITIDO POR EL AUTOR.