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martes, 07 de febrero de 2012 |
ALBERTO CONTADOR
Por Braulio A. García
En uno de mis anteriores viajes a La Península subí con dos de mis nietos, Javier y Macarena (8 y 6 añitos, respectivamente) al Puerto de Navacerrada en la sierra de Madrid. Debió ser un día entre semana y en un mes no frío porque no había un alma. Yo prefiero esos días, a los del tumulto de esquiadores y al espectáculo de los coches sin cadenas varados en los arcenes llenos de nieve de la sinuosa carretera.
Como casi siempre, elegí La Venta Arias para comer y en esas estábamos, solitos los tres en el comedor, ante a chimenea apagada, cuando oímos unas voces aparentemente airadas que provenían de la barra, a la entrada del local...
-"¡Que no Campeón, que le he dicho a usted que no!" y luego, ruido de risas y pasos apresurados... entonces apareció ante nosotros un chico muy delgado embutido en uno de esos trajes de ciclistas de colores estridentes (como para que los vean hasta los conductores más cegatos)... Era Contador quien, con una sonrisa que no le cabía en el rostro, huía de un par de camareros por toda la Venta. Se volvió hasta donde estábamos y nos pidió perdón por irrumpir de aquella manera en el comedor, dribló a los camareros valiéndose de las mesas y salió a la calle gritándoles
-"Gracias muchachos"...
Yo me quedé estupefacto, mis nietos no sabían quién era y estaba tratando de explicárselo, cuando el camarero que nos atendía se acerco preguntándome:
-"¿Sabe Ud. quién era ese chico tan majo?... Contador, el ciclista... ¡es más buena gente!... todo este lío es porque pidió unas botellas de agua para él y otros dos chicos que le acompañan en su entrenamiento y no se las quisimos cobrar... ¡A ver!... ¿cómo le vamos a cobrar unas botellas de agua, con todas las alegrías que nos da?... Pues el muy cabrito nos dejó el dinero en el mostrador y nosotros se lo queríamos devolver... ¡que tipo más salao!... ¡la madre que lo pario!… ¡corre como un conejo!".
No sé nada de ciclismo, pero me parece el más agotador de todos los deportes, el que exige un esfuerzo más constante y precisa de una determinación y una entrega sin fisuras... - y pensar que yo llegaba asfixiadito al Siete de Guía después de subir la cuestecita del Lomo de Guillén en mi BH negra, mientras esos esforzados atletas conquistan el Tourmalet o el Angliru, luchando contra “la pajara,” para al día siguiente meterse otros doscientos kilómetros en el cuerpo a base de pantorrillas y pulmones-.
Hoy me he enterado, con muchísima pena, que un rígido tribunal deportivo ha condenado a Contador y lo ha despojado de todo lo que ha ganado desde que se le detectó una ínfima cantidad de clembuterol en su organismo. Él pobre muchacho ha dado pruebas de que ama a ese esforzado deporte y ha vuelto a ganar otros premios, seguido de cerca por los huelebraguetas recolectores de meadas, … ¿por qué despojarle entonces de lo que ha ganado limpiamente?... Francamente, no lo entiendo.
Sospecho que las pobres mamás de los implacables y despiadados jueces que lo han condenado hoy, no olerán demasiado bien… Pues bien, yo también quiero sumarme, aún a sabiendas de que las pobres señoras no tienen la culpa, y contando, de seguro, con la anuencia del personal de La Venta de Arias, a ese envío continuo de regalitos escatológicos para esas distinguidas damas, y para toda la parentela de tres generaciones previas, de TODOS y cada uno de los rebenques que tan injustamente han juzgado a un muchacho al que ahora no le cabe la tristeza en la cara.
“Pues no faltaba más”- como diría el mítico Pascual Calabuig-.
P. D. Se me olvidaba comentarles que, ya de regreso a Madrid, vi por el retrovisor interior del coche que Macarena estaba algo pensativa sentada en su sillita llena de amarres,
-¿En qué piensas Maca?
y ella me respondió con otra pregunta:
-¿Abuelo, y dónde llevan el dinero los “biciclistas”?... y, siguiendo el ejemplo de su hermano mayor, se quedó frita casi instantáneamente, antes de que yo me pudiera inventarme algo… porque sabido es que un abuelo tiene el DEBER de contestar a todo.
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Modificado el ( mircoles, 08 de febrero de 2012 )
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ESPECIAL
1811-2011 |
En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las Marías"
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O P I N I Ó N |
Luján
Pérez ante la encrucijada de la restauración de la iglesia
de Teror Julio
Sánchez Rodríguez Sacerdote
y escritor
Luján
Pérez es conocido, sobre todo, por su obra escultórica. Pero
también ejerció la arquitectura. A la muerte de Diego Nicolás
Eduardo en 1898, el obispo Verdugo y el cabildo catedralicio
encargaron a Luján la dirección de las obras de la finalización de
la catedral de Santa Ana.
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