Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

El triunfo del verso sereno

Por Luis Antonio GonzÃ¡lez

Una Noche de Junio es la nueva obra poÃ©tica de Santiago Gil, con la que obtuvo el AccÃ©sit del Premio Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria 2009. El escritor y periodista canario, del que Ãºltimamente tenemos la oportunidad de leer un buen nÃºmero de tÃtulos de narrativa, nunca ha dejado de lado el verso. Tiempo de Caleila (AccÃ©sit del Premio Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria 2005) y El Color del tiempo (Premio Esperanza EspÃnola 2006) forman parte de su producciÃ³n poÃ©tica, ademÃ¡s de engrosar su nÃ³mina de premios literarios.

Santiago Gil no es un poeta desbordado por los sentimientos extremos o la poÃ©tica de bocanadas, la serenidad y pausa de sus versos nos hacen partÃcipes de una experiencia reflexiva tras cada pÃ¡gina pasada. No pretende incorporar grandes sentencias o dogmas, destrona la cadencia de las palabras gruesas y los ritmos barrocos, y descubre en las derrotas cotidianas, como titula una de sus Ãºltimas novelas, pequeÃ±as verdades universales.

Si te vas
vuelven las ensaladas sin aliÃ±o,
los almuerzos solitarios
con la televisiÃ³n sin volumen,
el vino triste de Ãºltima hora de la noche, [â€¦]

S. Gil no teme que encontremos en sus versos dosis de narraciÃ³n, de descripciÃ³n del escenario vital, pero los tiÃ±e sutilmente con adjetivaciones de gran calado poÃ©tico. Tratando el abandono y la soledad, nos descubre una realidad comÃºn y compartida; los momentos en los que identificamos la ausencia asumida.

El tÃtulo no resulta casual. Nuevamente Santiago Gil nos demuestra que no pretende un libro de poemas con ecos y adornos excesivos. Pretende que identifiquemos la obra con un casual grupo de poemas escritos en cualquier momento de meditaciÃ³n sin grandezas ni solemnidades. Como buen narrador, es de trabajo diario y continuado, por lo que sus versos, de igual forma, no buscan ser una explosiÃ³n circunstancial, sino un mesurado encuentro con sus propios pensamientos ya reposados por la experiencia.

El poeta retoma en algunos poemas su geografÃa personal, recorriendo aquellas ciudades que habitÃ³ y que hoy le sirven para deshacer imÃ¡genes perfectas.

El eco de un bolero cantado en un bulevar de ParÃs.
El equipaje de los cabizbajos poetas solitarios.
Una maÃ±ana de otoÃ±o en el RÃo de la Plata.
Praga, Venecia, Lisboa.
La CÃcer cuando llueve y es invierno.
Las Calles de Amberes al caer la tarde.

RetornarÃ¡ varias veces a la lluvia para expresar, desde distintas Ã³pticas, una calmada tristeza y melancolÃa. Unas veces nos relata la lluvia sobre la playa, como culmen del desconsuelo otoÃ±al, y otras, la lluvia urbana que deja calles desoladas. El mar tambiÃ©n da cobijo a momentos de tristeza, a duras despedidas, al recuerdo imperecedero.

La mar va borrando tu huella,
la ceniza luminosa de tu cuerpo.

Se permite en este libro juegos poÃ©ticos, algunas composiciones de tinte humorÃstico, sin perder un fin trascendente. La poesÃa no es sÃ³lo un divertimento, aunque pueda ser esto un modo de comunicar un mensaje mayor. Vuelven las ciudades en algunos poemas mÃ¡s, colocando la memoria S. Gil en su barrio madrileÃ±o de MalasaÃ±a, u otros lugares que fueron espacio y hoy son recuerdos o recursos literarios, para finalizar el poemario con dos grandes versos que reducen toda la poÃ©tica de Santiago Gil a un buen principio.

Yo siempre me quedarÃ© con la derrota de los pecios,
Con todos esos barcos hundidos con palabras olvidadas.

El poeta sabe de la poca importancia que tiene para el mundo su trabajo, su obra, como la de otros tantos escritores. Pero ni en este momento, que necesita quizÃ¡s un grito o una llamada a la revoluciÃ³n del arte, Santiago Gil pierde la plenitud de los ritmos, y rielan sus versos, nuevamente, en el triunfo del verso sereno.

Sin duda dejar de leer Una Noche de Junio de Santiago Gil, es una derrota.