Por
Amado Moreno (17.01.07)
Hoy se cumple un año del fallecimiento de Santiago Betancort Brito, periodista inolvidable que marcó a más de una generación de jóvenes profesionales recién salidos de la facultad de Ciencias de
La muerte prematura, que se lo llevó con apenas 58 años, no ha impedido que Santiago Betancort perdure en la memoria de todos cuanto le conocieron como ejemplo de honestidad y dedicación, al tiempo que su vasto legado periodístico constituye una referencia de consulta obligada en las hemerotecas locales.
Santiago pareció muchas veces vivir con prisas, trabajar con prisas. Su muerte sobrevino también con cierta prisa; en menos de un mes una enfermedad fulminante truncó sus últimas ilusiones: una jubilación sosegada junto a su querida familia en su residencia de las medianías de Guía, sin renunciar posiblemente a un compromiso de tareas solidarias con su pueblo, del que fue alcalde, aunque en una etapa efímera.
Casi nadie de los que le conocieron se imaginarían a Santiago Betancort Brito en la inactividad, ni siquiera tras una jubilación anticipada. Fue siempre la antítesis de la pasividad o la indiferencia. En el oficio de periodista, que llevaba en las venas desde sus inicios en una vieja cabecera ya desaparecida y en la que se inició con informaciones de la entonces pujante Lucha Canaria, Santiago Betancort derrochaba nervio, pasión, impaciencia, generosidad ilimitada y una atrevida versatilidad. En síntesis, un periodista sobrado de recursos para ser lo que fue, un maestro para muchos, que supo, además, utilizar los resortes didácticos de sus estudios de Magisterio -su otra profesión- para enseñar a los recién llegados la praxis del periodismo.
Hoy, en la iglesia de Guía, a las 19.30 horas, la familia y sus amigos evocarán su fallecimiento con una misa aniversario.
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