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viernes, 07 de noviembre de 2008
CANARIAS PIERDE A UN PERIODISTA DE RAZA
Fallece el periodista guiense Luis García Jiménez

El periodista guiense Luis García Jiménez ha muerto durante la madrugada de este lunes (05.01.09) en Las Palmas de Gran Canaria. El Archipiélago se despide así de una de las grandes figuras del periodismo canario.

García Jiménez (Guía de Gran Canaria, 1928) comenzó su larga trayectoria periodística en 1951 en el periódico Falange como colaborador de baloncesto con el seudónimo Tres Segundos. Ese mismo año pasó a ser redactor del semanario Canarias Deportiva hasta 1957. Pero su brillante carrera como periodista fue en Diario de Las Palmas, donde ingresó en la sección deportiva como redactor en 1953 a las órdenes de Antonio Lemus. No obstante, la labor periodística de García Jiménez no se limita al deporte y comienza a ejercer información general y reportajes.

Su conocimiento del inglés le facilita su trabajo en el aeropuerto de Gando, cuando casi a diario hacían escala personalidades políticas internacionales.

En 1970 es nombrado redactor jefe de Diario de Las Palmas y en 1979 asciende al cargo de subdirector. En 1984, coincidiendo con la expansión del grupo Prensa Ibérica en la Península, es nombrado subdirector del periódico Levante de Valencia y posteriormente de Información de Alicante hasta su jubilación.

Posee, entre otros reconocimientos, la Insignia de Oro y Brillantes de la UD Las Palmas, concedida por su dedicación a la información sobre el equipo amarillo durante décadas.

Fue un periodista de raza, como se decía antes en el gremio. En el Diario de Las Palmas cultivó géneros periodísticos como la Opinión en una época tan controvertida como el franquismo.

Se especializó también en la entrevista y los reportajes, lo que le acarreó grandes satisfacciones. Entre otros grandes personajes, llegó a entrevistar a Winston Churchill, Eva Perón, Rafael Caldera, Rómulo Bethencourt, etc.

Para quienes quieran acompañar a la familia y dar su último adiós a Luis García Jiménez, podrán hacerlo en el Tanatorio de Las Torres. Será incinerado este martes, Día de Reyes, a las 12:00 horas. Desde la Web CIUDADDEGUIA.COM se quiere enviar el más sincero pésame a todos sus familiares y amigos.

No debemos dejar que su nombre caiga en el olvido
SANTIAGO GIL

En todos los años que estuve en Diario de Las Palmas, el nombre de Luis García Jiménez estaba en boca de todos los veteranos como ejemplo de periodista de raza y de alguien vocacionalmente entregado a su profesión. Escuchaba las anécdotas que contaban Juan Santana, Amado Moreno o González Morera. Con el tiempo, el amigo Pepe Rivero le dedicó una crónica en esta web. Hablé con Pepe y decidimos impulsar un homenaje en Guía. Ya no puede ser; por lo menos en vida. Pero creo que García Jiménez merece un reconocimiento póstumo de sus ancestros. Su hija Luisa paraba con mis primas en casa de mi abuela. Mamá Baby le contaba a Luisa las correrías del padre de Luis García Jiménez y de mi abuelo Zenobio García, al parecer amigos del alma y de buenas farras. La muerte de Luis García Jiménez me ha dejado con la magua de no haberle conocido personalmente. Pepe Rivero tenía previsto presentarnos en breve. Son cosas que pasan; pero creo que los guienses, los que están en el pueblo y los que andamos dispersos por otros lugares, no debemos dejar que su nombre caiga en el olvido. Santiago Gil. 5 de enero de 2009.


En la muerte de Luis García Jiménez
Rafael González Morera (CANARIASAHORA.ES)

Cuando recibí la noticia de la muerte de Luis García Jiménez me puse a escribir esta nota y la primera reacción fue utilizar el epígrafe In Memorian. Rápidamente me di cuenta que estaba cometiendo un error, y por eso decidí encabezarla como un Corolario de opinión. Y es que a Luis García Jiménez le hubiese gustado que lo hiciese así, que siguiera la estela infinita del periodismo. Porque eso era Luis García, un periodista, quizá el más completo, diverso, que he conocido. Luis García Jiménez llegó a escribir cuatro secciones de opinión en el entrañable Diario de Las Palmas, de local, nacional, internacional y deportes. Pero aparte de eso fue un gran reportero, con entrevistas de gran alcance, y a finales de los años 60 estableció una gran competencia con Pedro González Sosa, otro excelente periodista “de calle”. Si en el Diario José Ferrera Jiménez dominaba la sección del Puerto de la Luz, Luis García controlaba muy de cerca todo lo que acontecía en el aeropuerto de Gran Canaria (Gando en aquel entonces), y con ese dominio consiguió buenas exclusivas de personalidades de todo el mundo que llegaban por esa ventana de la isla. 5 de enero de 2009.

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Adiós a un maestro del oficio
AMADO MORENO

Uno de los profesionales más versátiles en la historia del periodismo canario, Luis García Jiménez, se ha ido definitivamente, tras fallecer ayer en la capital grancanaria. Era tan versátil que su afilada pluma firmaba cada día cuatro artículos de opinión en el Diario de Las Palmas de los años 60 y principios de los 70: uno en la sección de Internacional, otro en Nacional, un tercero en Local y un cuarto en Deportes. Cada uno de aquellos textos era una muestra de agudeza crítica, ingenio y análisis de la realidad, que llevaba al lector una interpretación atinada y muy cercana de la noticia dominante. Esta tarea era afrontada por Luis García Jiménez cada día sin menoscabo de sus otras obligaciones, primero como redactor jefe y luego como subdirector, responsabilidades que conllevaban de manera simultánea la planificación del trabajo de los redactores y solventar la portada con el entonces director Andrés Ruiz Delgado.

Se "bebía" prácticamente todas las informaciones que escupían los teletipos de moda y aún le quedaba tiempo para "colgarse" del teléfono en la misma mañana y despachar con el presidente del Cabildo de aquel tiempo (Juan Pulido Castro) y el alcalde de la capital (Jesús Pérez Alonso), dos políticos valorados por su independencia y gestión, que le tenían al corriente sobre los progresos y dificultades de ambas instituciones con sus proyectos respectivos.

Como redactor jefe, primero, y subdirector, después, Luis García Jiménez dio ejemplo de periodista vocacional con su entrega total, despectiva con el reloj que debía marcar el final de la jornada. Era periodista las 24 horas del día. Ya lo había demostrado con anterioridad como reportero, cronista y entrevistador, logrando algunas de las exclusivas más importantes de la época, cuando los aviones que cubrían las líneas transoceánicas, carentes de la autonomía de las aeronaves de hoy, quedaban obligados a hacer escala en Gando para repostar, y su pasaje -entre los que descubría casi siempre algún VIP- descendía a tierra.

Su dominio del inglés, además de la taquigrafía, sumado a sus otras cualidades, entre las cuales sobresalía su prosa ágil, fluida e incisiva, le convirtieron en maestro del oficio para muchos periodistas de una generación.

Aunque el periódico le exigía mayor concentración en otras parcelas de la información, nunca quiso dejar del todo la deportiva, en especial la relacionada con el devenir de la UD Las Palmas. Su amor y pasión por el club amarillo le superaban en muchas ocasiones en la crónica o análisis de alguna derrota.

No es fácil prescindir del pudor en estas líneas para poner de manifiesto la proximidad a Luis García Jiménez en los comienzos profesionales del que suscribe. La anécdota sucedió en el túnel de vestuarios del estadio Santiago Bernabéu, minutos antes de un Real Madrid-UD Las Palmas. "Luis (Molowny) saluda a Amado Moreno, periodista y 'delfín' de Luis García Jiménez", espetó Jesús García Panasco al entonces director deportivo del club blanco.

El dirigente de la UD recurrió a la ironía para aquella 'tarjeta' de presentación, conocedor de la confianza y plena sintonía que durante muchos años me unió a este gran profesional del periodismo, cuya desaparición lamentamos hoy la mayoría de los que le conocimos y trabajamos codo con codo con él. 6 de enero de 2009.





 
La pasión de un reportero
DIEGO TALAVERA

Hay periodistas que están imbuidos por la mística de una profesión que rechazan que entre la entrega total al periódico y la rutina se pueda admitir un término medio. O eres o no eres, aquí no valen las medias tintas. Luis García Jiménez pertenecía a esa raza de periodistas pasionales que se han ido extinguiendo de los medios escritos con la misma rapidez con la que desaparecieron las linotipias, el plomo y el télex de cinta perforada. Hubo un día en que un joven que no llegaba a los veinte años y con una timidez enfermiza llegó a la redacción de un periódico.

Luis García Jiménez era el redactor jefe y tenía fama de duro, de muy duro. No llevaba ni un mes cuando ese aprendiz de periodista comprobó que lo que algunos calificaban de dureza extrema era, sencillamente, dedicación y exigencia de calidad. Y comprobó también que era el primero en llegar a la redacción y el último en marcharse. Y que no se le caían los anillos a la hora de abordar las informaciones, se tratara de política o deportes, de sucesos o cultura. Y comprobó también el instinto que tenía para el reporterismo moderno y agresivo, hasta ese momento inédito en la prensa escrita de las Islas.

Y se felicitó cuando logró una exclusiva nacional gracias a una entrevista con el ex ministro del Interior de Bolivia, Antonio Arguedas, que huyó de su país tras entregar una copia del diario de campaña del guerrillero Ernesto Che Guevara a Cuba e hizo escala en el aeropuerto de Gran Canaria casi de forma clandestina. Y no dejó de leer sus certeros análisis de la guerra del Yom Kippur entre árabes e israelíes en 1973, que provocó una debacle internacional con tantas consecuencias económicas como las que estamos padeciendo ahora. Y aprendió de él que hay que ser periodista las veinticuatro horas del día, y si no lo crees así es mejor que te busques un trabajo burocrático de ocho a tres. Pero el periódico es otra cosa, es como un sacerdocio, laico por supuesto, que no admite más que la entrega total. Todo eso y mucha cosas más enseñó hace años Luis García Jiménez al joven aprendiz de periodista sin que él lo supiera. Ahora nos queda su recuerdo porque nadie muere del todo mientras haya quien lo recuerde, o porque la memoria es el paraíso de quienes no creemos en el paraíso.

6 de enero de 2009.


El crítico mas temido por el plantel amarillo

Por Javier Dominguez

Descanse en paz un gran periodista y mejor persona. Crítico certero y audaz con sus crónicas sobre la Union Deportiva, a la que quiso siempre en lo mas alto. Defensor de la calidad del fútbol canario y de sus jugadores y así lo expresaba maravillosamente en el viejo Diario de Las Palmas con sus reportajes y crónicas. Llegó a ser el crítico mas temido por el plantel amarillo..... Sus opiniones generaron "conocimiento " futbolístico entre los seguidores canarios. Entre sus miles de crónicas recordamos como a Germán Dévora, Luis García Jiménez le ponía el listón muy alto, pues consideraba que "el maestro" debía esforzarse mas, o pudo hacer esto o aquello en tal o cual partido....y esa opinión arrastraba a muchos aficionados lo que, a veces, indignaba al 10 amarillo. Leer más ...

 


UN REFERENTE DE NUESTRO PERIODISMO
Andrés Ruiz Delgado

Por circunstancias personales -simplemente, un proceso gripal- no he podido estar presente en los luctuosos momentos del fallecimiento de Luis García Jiménez, quien durante los once años en que fui director DIARIO DE LAS PALMAS -1964-1975- estuvo a mi lado, primero como redactor y jefe de deportes y después, de 1970 a 1975, redactor jefe, aportando inestimable concurso al periódico y a mí como director. Por ello y por íntimo sentimiento, no puedo sustraerme a lo que considero al deber y la obligación de recordarle, ya que después de cesar por mi parte en la dirección del periódico continuamos disfrutando de una sincera amistad.

Desde esta perspectiva pretendo adentrarme, procurando hacerlo dentro de la objetividad posible teniendo en cuenta los lazos del corazón y la profesionalidad. Cuando llegamos a la dirección de DIARIO DE LAS PALMAS,1964, LGJ llevaba la jefatura de Deportes, en la que le confirmamos. Pero aparte de ello y de su labor como reportero de primera fila, le encomendamos una nueva sección, con un resumen puntual, cada día, de los comentarios más relevantes de la Prensa extranjera. Así, todas las mañanas, después de haber ultimado durante la noche precedente las páginas deportivas, llegaba con un manojo de periódicos británicos y centroeuropeos que, con su dominio del inglés, extractaba para conocimiento puntual de los lectores, como un aporte sustancioso e ilustrativo en instantes en que los límites informativos eran harto estrechos y constreñidos.

La siguiente etapa de Luis, en el transcurso de mi permanencia como director, fue como jefe de una redacción muy reducida -de cuya labor me enorgullezco- que supo llevar con eficacia y sin estridencias, como quien ara pacientemente jornada a jornada, abriendo los surcos precisos en unas calendas en que no era fácil soslayar los rigores solares de la información. De ese DIARIO DE LAS PALMAS de entonces, nunca podré olvidarme. Con un cuerpo de redacción, increíble por su extrema reducción, comparándolo con las nutridísimas configuraciones actuales, se hacía el milagro de cada tarde. Y es más: el DIARIO no sólo era indispensable para uno lectores que no podía vivir sin sus páginas, sino que pasó a ser el de más tirada en todo el Archipiélago (según control de la OJD), por encima incluso de los de la mañana, de las dos provincias, y a nivel nacional, en publicaciones de la tarde, sólo superado por “Diario de Barcelona”. Gracias a su pujanza reapareció y pudo salir adelante en las vicisitudes de su nueva andadura LA PROVINCIA, hasta que finalmente pudo consolidarse bajo la dirección de Juan Francisco Sardaña y Guillermo García-Alcalde.

¿Por qué, ahora, estas matizaciones? Muy sencillo: porque Luis García Jiménez formó parte sustancial de una práctica periodística que yo me atrevo a calificar de enciclopédica y multifuncional, en la que todos hacían de todo, aparte de sus capacidades específicas. De ahí -y no hace falta personificar en nadie, por su evidencia- los integrantes de la Redacción de entonces que hoy descuellan en puestos de responsabilidad, y no únicamente en el campo del periodismo, sino en otras ramas, como, por ejemplo, en las de la historia y eso tan complejo, siempre fundamental, que se llama cultura.

Ése periodista a quien lloramos constituye, sin dudarlo, uno de los referentes del periodismo insular, del periodismo grancanario, tan rico y prolijo desde épocas remotas. Un periodismo que por su carácter periférico -somos isla, tierra y mar- tiene sus propias connotaciones, sin que la lejanía del horizonte sea capaz de encorsetarlo, dada su traza de inagotable universalidad.

El lapso, el tránsito de la vida, es tan breve -en el espacio del tiempo- como una estrella fugaz. Pero detrás, y configurada permanentemente, queda la estela imborrable de la obra hecha. Luis ha sido y es parte de esa notable cepa del periodismo norteño, que así me he permitido calificar desde la desaparición más reciente de periodistas inolvidables, como Néstor Álamo, Francisco Pérez García (Martín Moreno) y Santiago Betancort Brito.

PUBLICADO EN LA PROVINCIA / DLP EL 10.01.09

En casa oíamos los disparos del cañonero Arcila
Un relato del periodista guiense Luís García Jiménez

Por José Rivero Gómez

“En nuestra casa, en Guía,  se oían  los cañonazos del Arcila. Para que me entiendas, la oficialidad de este barco se había alineado el 17 de julio con los golpistas comandados desde el Gobierno Militar por Franco. Por eso, pocas horas más tarde, este cañonero recorría las aguas de la zona norte de nuestra isla. Y lo hacía para colaborar en la persecución de aquellos grupos de civiles, defensores de la Republica,  liderados  por Fernando Egea y Eduardo Suárez, que luego serían fusilados”. on estas evocaciones comenzaba sus recuerdos sobre lo acontecido el  18 de julio y los días siguientes, el hoy jubilado periodista –natural de Guía-  Luís García Jiménez. En sus palabras -fruto de un reciente encuentro con quien esto escribe por la zona comercial de Triana-, observé que no traslucía rencor alguno sobre lo acontecido hace ya tantos años. De tal manera que, con breves pausas en sus narraciones, no utilizaba adjetivos descalificativos hacia quienes tomaron parte a favor del bando golpista. Simplemente se ciñó a contar, con sus vivencias  de aquellos días -y con la veteranía de su oficio de periodista- la verdad de lo ocurrido en Gran Canaria.
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Luís García Jiménez (izquierda), en una fotografía con su familia en 2008.











NOTA: el relato que precede fue remitido por José Rivero a la web CIUDADDEGUIA.COM en noviembre de 2008. 


Modificado el ( lunes, 12 de enero de 2009 )