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mircoles, 05 de septiembre de 2007
LA ASIGNATURA PENDIENTE DE SAINT-SAËNS

José Manuel Balbuena Castellano

El desarrollo de una comarca o una ciudad no solamente tiene que ver con su economía, sus encantos paisajísticos o sus atractivos turísticos, sino también con su cultura o su facilidad para promoverla. De ahí que un día le comentara a Erasmo Quintana, que era concejal de Cultura del ayuntamiento de Guía, que porqué no intentaba sacarle provecho, desde el punto de vista cultural, al hecho de que el compositor, concertista de piano y de órgano francés, Camilo Saint-Saëns (1835-1921) pasase una temporada en esa localidad del norte de Gran Canaria, concretamente en la Villa Melpómene. En aquella ocasión, Erasmo me contestó que lo pensarían. Hace pocos días, en el acto del libro de Santiago Gil Música de papagüevos, volví a recordárselo y me dijo que “eso era una asignatura pendiente en Guía”. Bueno, la semilla está plantada. Esperemos que germine. Imagínense los beneficios que recibiría la ciudad de Guía de Gran Canaria si cada año se celebrase allí un Festival de Saint-Saëns, con concursos, conciertos, publicaciones, etc. que diesen a conocer en el mundo entero el nombre de esta localidad y, por supuesto, la vida y obra de este músico galo, así como detalles y anécdotas de su paso por la isla. Y de paso, que se popularicen sus más conocidas composiciones: El Carnaval de los Animales (y su conocido andante del Cisne), La danza macabra, la Sinfonía número 3 para órgano, su Sansón y Dalila, o el Oratorio de Navidad, entre otras.

Una iniciativa similar se produjo en la pintoresca villa de la Tramuntana mallorquina, Valldemosa, que tuvo como huéspedes notables a Federico Chopin y a su amante George Sand, en los años 1838 y 1839. El músico intentaba recuperarse de la tuberculosis que padecía. Se hospedaron en la antigua cartuja construida en 1399, algunas de cuyas dependencias fueron reconstruidas en el siglo XVIII. Allí tienen hoy una especie de museo donde, además de la vista a la iglesia, a la vieja farmacia y otras interesantes dependencias, se guarda el piano donde el polaco tocaba o componía; se ofrece información sobre su estancia, se muestran muebles que utilizaron, etc. En definitiva, supone un atractivo turístico cultural de gran interés. Por cierto, que George Sand (seudónimo de la escritora y periodista francesa Aurore Dupin) escribió en 1.842 una obra titulada Un invierno en Mallorca donde evocaba su estancia en la isla. En ella, la autora no reflejaba precisamente mucha simpatía por los habitantes de Mallorca. Pero, claro se trataba de otros tiempos, en los que vivía una población rural, bastante cerrada que chocaba con las ideas progresistas de la escritora. El montaje de una actividad como esta en la ciudad de Guía me supongo que no será una tarea nada fácil, y contará con dificultades de tipo económico. No se trata de emular un Festival de Salzburgo o el wagneriano de Bayreuth, sino de algo más modesto, pero de calidad. Ahora bien, con imaginación y voluntad política y empresarial podría buscarse la financiación, bien a través de ayudas del Cabildo de Gran Canaria, del Gobierno Autónomo (que para eso tiene una consejería de Cultura), de la misma Unión Europea, del Ministerio español correspondiente, y la aportación de empresas guienses, o grancanarias, en general, que deseen ejercer su mecenazgo en esta cuestión.

FUENTE: LA PROVINCIA. 30 de agosto de 2007


Modificado el ( mircoles, 05 de septiembre de 2007 )