Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

SOBRE LOS FUNCIONARIOS

Pedro FernÃ¡ndez Vicente

Como inicio de mi reflexiÃ³n, tengo que decir que no soy funcionario. Me dedico al periodismo como profesiÃ³n y no estoy en situaciÃ³n de excedencia de ningÃºn ministerio, pero me parece indigno lo que 'algunos', y lo digo en tono despectivo, estÃ¡n haciendo en contra de una profesiÃ³n como la de funcionario, aprovechando la propaganda gubernamental, para crear ese escenario necesario que le permita bajarlos el sueldo sin adhesiones populares, ni solidaridad. Una buena fÃ³rmula para no perder votos, que es lo que realmente le interesa.

Funcionario no se es por casualidad, como trabajador del Corte InglÃ©s, de Philips, de SEAT o de MoviStar. No. Trabajar en estas empresa, puede ser el resultado de una coincidencia o de una oportunidad. El trabajador funcionario, como los jueces, los mÃ©dicos de la SS, Inspectores de Sanidad, de Hacienda, policÃas o bomberos, lo elije, espera a que se convoquen las plazas, las prepara en largas jornadas de estudios durante 2, 3, 4â€¦â€¦o vaya vd. a saber cuantos aÃ±os, y finalmente se enfrenta a unos exÃ¡menes duros, donde lo haya y en competencia con unos cuantos miles de candidatos. No es, por tanto, un trabajo casual. Es elegido y, por cierto, los espaÃ±oles que quieran, ahÃ tienen las oposiciones. No es preciso envidiar a nadie, todos podemos ser funcionarios.

Esos que tanto gritan en contra de quienes mueven la administraciÃ³n, y a quienes debemos agradecer los progresos demostrados en los Ãºltimos aÃ±os y el nivel de engrase en que la mantienen y consiguen que funcione, a pesar de algunos gobiernos, alcaldes, responsables de comunidades autÃ³nomas y polÃticos en general, no chillaban, hace unos aÃ±os, cuando empresarios; pequeÃ±os, medianos y grandes, mantenÃan ingresos que se incrementaban hasta en un 20% cada aÃ±o; estudios de arquitectos que no podÃan atender tantas peticiones como llegaban a sus despachos; vendedores de distintos sectores, que invertÃan en apartamentos en las playas; autÃ³nomos atentos a las bolsas, donde metÃan esos dineros extras que llegaban a sus cuentas, y todo gracias al momento econÃ³mico que vivÃamos. Un momento de alegrÃas de las que los funcionarios no han disfrutado, y que este Presidente del Gobierno se ha encargado de situar tan cerca del precipicio que es preciso rebajar el sueldo a unos trabajadores, como son los de la administraciÃ³n. Y todo, porque el responsable de proteger sus intereses, como empresario que es el Estado, se lo ha gastado en subvenciones, mÃ¡s o menos necesarias. Un Presidente que siendo candidato negÃ³ las necesidades que se avecinaban y no dudÃ³ en regalar aquellos 400 Euros, que le ayudaron a ganar unas elecciones y que, visto lo visto, se los estaba quitando al sagrado sueldo de unos cuantos miles de trabajadores contribuyentes. Â¿QuÃ© pasarÃa si lo hubiese hecho el Corte InglÃ©s y no pudiera pagar a sus trabajadores? o Â¿Sony?, o fuesen los empleados del Banco Santander los que tuvieran que aceptar, como trÃ¡gala, un descenso de los sueldos.

Recordemos que mientras la economÃa se mantuvo en aquellos niveles que tuvimos y que ahora han dilapidado, para los funcionarios, no hubo incrementos del 10%, ni del 7, ni siquiera de ese 5 de media, que ahora les quitan. Si hubo quien lo ganÃ³, pero no los funcionarios. Â¿por quÃ© alguno de esos que tanto jalean la medida no devuelven algo de lo mucho que han ganado?. Se trata de solidaridad Â¿no?. Pues eso afecta a todos.

Y lo dicho: si alguien quiere ser funcionario, por los altos sueldos que ganan, no tiene mÃ¡s que apuntarse y estudiar las oposiciones, pero, creo, que muchos de los chillones de ahora, no podrÃan aprobar jamÃ¡s esos exÃ¡menes. QuizÃ¡ esa es la cuestiÃ³n.