Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

EL CAPITAN QUESADA Y GUÃA

Por Pedro GonzÃ¡lez-Sosa

Rescatada por aquel ayuntamiento, la ciudad de GÃ¡ldar ha restaurado y puesto al servicio de la Cultura de la localidad la vivienda en la que morÃ³ don Esteban Ruiz de Quesada, popularmente conocido como el capitÃ¡n Quesada que rotula con su nombre la calle principal del pueblo y que con anterioridad se la llamÃ³ calle Larga. Este conocido personaje vinculado a la historia de la ciudad de los Guanarteme destacÃ³ en vida no solo por su profesiÃ³n militar sino por su importante contribuciÃ³n para la construcciÃ³n del nuevo templo de Santiago de los Caballeros asÃ como en las reformas urbanÃsticas y arquitectÃ³nicas del lugar a finales del siglo XVIII. A partir de ahora la localidad contarÃ¡ con un importante foco cultural pues, leemos en la reseÃ±a periodÃstica que da cuenta de la inauguraciÃ³n, que serÃ¡ destinado a museo de su historia cuyo papel es innegable desde mucho antes de la conquista de la isla y, por supuesto, despuÃ©s de aquella.

Como complemento del magnifico estudio biogrÃ¡fico-genealÃ³gico escrito por el que fue archivero municipal de GÃ¡ldar y destacado investigador de aquella ciudad, SebastiÃ¡n MonzÃ³n SuÃ¡rez, sirvan estas lÃneas para ampliar unos datos sobre la vida del famoso personaje. Por ello no nos resistimos a resumir la siguiente noticia que se refiere a una faceta concreta y tal vez desconocida de la ajetreada biografÃa de don Esteban Ruiz de Quesada que mucho tiene que ver con la entonces todavÃa villa de GuÃa a la que se vinculÃ³ en 1769 por su matrimonio en aquella iglesia parroquial con su vecina Catalina de Vitoria y de Medina LujÃ¡n, hija del capitÃ¡n Juan AndrÃ©s de Vitoria y de su mujer Ana de Medina LujÃ¡n, y nieta del tambiÃ©n capitÃ¡n don Juan de Vitoria y VÃ©lez y Guevara, que fue alcalde de GuÃa y fundador de la ermita de San Juan de La MontaÃ±eta, y de su mujer MarÃa del Pino Acosta y LujÃ¡n.

El capitÃ¡n Quesada contrajo a lo largo de los 96 aÃ±os de su existencia -vino al mundo en 1698 y falleciÃ³ en 1794- tres matrimonios: el primero en 1732 con Ana Verde de Aguilar Quintana; el segundo en 1752 con Francisca Isabel de Quintana Aguilar y el Ãºltimo cuando contaba con 71 aÃ±os con la guiense Catalina de Vitoria (treinta aÃ±os mÃ¡s joven que Ã©l, pues habÃa nacido en 1738) a consecuencia de cuyo enlace se produjo la vinculaciÃ³n social y econÃ³mica del ilustre galdense con la villa fundada por Sancho de Vargas porque se convirtiÃ³ en patrono de la ermita de La MontaÃ±eta erigida por el abuelo de su esposa y heredada por Ã©sta, en calidad de lo cual recibiÃ³, en 1793, acaso por los achaques propios de sus 95 aÃ±os, una reprimenda del obispo Antonio Tavira por el impago de sus obligaciones econÃ³micas, razÃ³n por la que en uno de sus mandatos en la visita pastoral ordena que se oficien en la parroquia y no en la ermita las misas impuestas por los fundadores quienes en la escritura fundacional de 1687 manda que "en cada aÃ±o, el dÃa de la DegollaciÃ³n del Santo se diga en dicha ermita una misa por nuestra intenciÃ³n, y otras dos misas rezadas, una el dÃa de San JosÃ© y la otra el dÃa de Nuestra SeÃ±ora". Para el pago de aquellas ofrendas el fundador seÃ±ala de limosna "al beneficiado treinta reales en cada un aÃ±o, de los cuales el beneficiado ha de satisfacer de limosna y trabajo de los diÃ¡conos, sacristÃ¡n mayor y menor y monaguillos y lo demÃ¡s serÃ¡ para el dicho beneficiado".

Desconocemos en quÃ© quedarÃan, ademÃ¡s de la reprimenda del obispo, las consecuencias del mandado episcopal porque nada sabemos al respecto y si don Esteban se pondrÃa al corriente del pago de las limosnas impuestas por el fundador de la pequeÃ±a ermita. Lo que sÃ sabemos es que todavÃa en 1793, un aÃ±o antes de su fallecimiento, la pequeÃ±a iglesia seguÃa perteneciendo a su tercera esposa, Catalina de Vitoria. TambiÃ©n conocemos que en 1829 era patrono de la misma Juan Gregorio Jaques de Mesa, marido de Estebana Merino Ruiz de Quesada, nieta de don Esteban y de su tercera esposa, aquella mujer que por su gran carÃ¡cter era conocida en la zona como la coronela. A partir de aquÃ la ermita y los terrenos que la circundaban tuvieron otros propietarios que no es el caso referirnos en esta ocasiÃ³n. La foto que ilustra esta croniquilla corresponde al cuadro, fechado en 1793 y atribuido segÃºn MonzÃ³n SuÃ¡rez a CristÃ³bal Afonso, que estaba en la capilla de San Miguel donde fue sepultado (hoy en su Museo Sacro parroquial), en el que en junto a la Virgen del Pino aparecen don Esteban y su Ãºltima esposa, Catalina.

Pedro GonzÃ¡lez-Sosa es Cronista Oficial de GuÃa

FUENTE: PUBLICADO EN LAPROVINCIA.ES (19.12.09)