 DETRÁS DE LAS VENTANASPor Santiago Gil
Las calles de nuestra infancia también estaban pobladas
de sombras. Uno a veces tenía la sensación de estar pisando los mismos
pasos de otros que nunca conocimos, antepasados que también subirían y
bajarían esas mismas cuestas con el ánimo ciclotímico de cada momento.
Ni siquiera a última hora de la noche, con el pueblo vacío y
silencioso, te llegabas a sentir solo en el mundo. A veces tengo la
sensación de que hay ciertas corrientes de aire que mantienen habitadas
cada una de las esquinas del casco histórico guiense, y lo más probable
es que hasta nosotros mismos formemos parte de esas presencias
abstractas y algo fantasmales que casi siempre se acaban confundiendo
con los recuerdos. |
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