Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

GuÃa de Gran Canaria a travÃ©s del semanario La Voz del Norte. 1931-1932

Por Javier EstÃ©vez

Por sentido comÃºn, siempre me he sentido republicano. He llegado a entender las derivadas, las integrales, la tabla periÃ³dica de los elementos y hasta ciertos problemas de fÃsica cotidiana. Sin embargo, a la monarquÃa, por mucho que me esfuerce, no la entenderÃ© jamÃ¡s. Cuando cursÃ© el bachiller, uno de los pocos episodios de la historia nacional que mÃ¡s llamaron mi atenciÃ³n fue, sin duda, la II RepÃºblica. No tengo dudas de que el 14 de abril de 1931, el nacimiento de la EspaÃ±a republicana, fue un acontecimiento histÃ³rico irrepetible. La proclamaciÃ³n de la II RepÃºblica EspaÃ±ola encarnÃ³ el sueÃ±o de un paÃs capaz de ser mejor que sÃ mismo, y reuniÃ³ en un solo esfuerzo a todos los espaÃ±oles que aspiraban a un porvenir de democracia y de modernidad, de libertad y de justicia, de educaciÃ³n y de progreso, de igualdad y de derechos universales para todos sus conciudadanos.

Pese a la brevedad de su vida, la II RepÃºblica desarrollÃ³ en mÃºltiples campos de la vida pÃºblica una labor ingente, que asombrÃ³ al mundo y situÃ³ a EspaÃ±a en la vanguardia social y cultural. Entre sus inquietudes, bastarÃa citar la reforma agraria, el sufragio femenino, los avances en materia legislativa de toda Ãndole, la separaciÃ³n efectiva de poderes, las constantes y modernÃsimas iniciativas destinadas a difundir la cultura hasta en las comarcas mÃ¡s remotas, el decidido impulso de la investigaciÃ³n cientÃfica o el florecimiento ejemplar no sÃ³lo de la educaciÃ³n, sino tambiÃ©n de la asistencia sanitaria pÃºblica; aquel bello propÃ³sito generÃ³ insospechadas realidades, que habrÃan sido capaces de cambiar la vida de un pueblo condenado a la pobreza, la sumisiÃ³n y la ignorancia por los mismos poderes -los grandes propietarios, la facciÃ³n mÃ¡s reaccionaria del EjÃ©rcito y la jerarquÃa de la Iglesia CatÃ³lica- que se apresuraron a mutilarlo de toda esperanza.

Los intelectuales tuvieron un protagonismo especial durante la Segunda RepÃºblica. La gran mayorÃa apoyÃ³ sin fisuras la polÃtica reformista del gobierno de AzaÃ±a y colaborÃ³ en la acciÃ³n de extensiÃ³n cultural del Gobierno republicano. Algunas compaÃ±Ãas teatrales, integradas por actores profesionales y estudiantes, visitaron pueblos apartados del paÃs llevando las principales obras del repertorio teatral espaÃ±ol. La mÃ¡s conocida de ellas fue La Barraca, un proyecto personal del poeta GarcÃa Lorca.

Las Misiones PedagÃ³gicas, germen de las actuales Universidades Populares, tuvieron un objetivo similar: la difusiÃ³n de la cultura entre una poblaciÃ³n mayoritariamente analfabeta: bibliotecas ambulantes, conferencias, charlas, recitales de poesÃa, proyecciones de pelÃculas, exposiciones con reproducciones de obras del Museo del Prado, y un afortunado etcÃ©tera.

La generaciÃ³n del 27 pasÃ³ al primer plano durante el periodo republicano. El grupo de poetas fue excepcional. Basta simplemente con mencionar a sus integrantes: DÃ¡maso Alonso, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Jorge GuillÃ©n, Gerardo Diego, Miguel HernÃ¡ndez y GarcÃa Lorca. A veces siento que sus letras alimentan mucho mÃ¡s que el pan.

Siempre me he preguntado si mi pueblo, GuÃa de Gran Canaria, fue impermeable a esos anhelos de cambio y de prosperidad, a esa deflagraciÃ³n cultural sin precedentes que se extendÃa por toda la geografÃa nacional.

Afortunadamente, la publicaciÃ³n del semanario guiense La Voz del Norte, entre enero de 1931 y octubre de 1932 permite acercarse y fotografiar la realidad municipal y comarcal durante el nacimiento y los primeros pasos de este periodo republicano.

Gracias a la labor impagable de Sergio Aguiar Castellano y MarÃa del Carmen Mendoza HernÃ¡ndez, hemos podido reunir, seleccionar y exponer muchas pÃ¡ginas de este semanario. De este modo, la exposiciÃ³n â€œGuÃa de Gran Canaria a travÃ©s del semanario La Voz del Norte: 1931-1932â€, que se inaugura el prÃ³ximo lunes 15 de octubre a las 19:30 en la Casa de la Cultura, trata de ilustrar las inquietudes culturales, polÃticas, sociales de muchos guienses, encabezados por los prÃ³ceres Juan GarcÃa Mateos, NÃ©stor Ãlamo y Miguel Santiago, que lejos de mostrarse impenetrables a las nuevas expectativas que se abrÃan en el horizonte polÃtico, cultural, social y econÃ³mico, extendieron e ilustraron sus inquietudes a travÃ©s de esta publicaciÃ³n.

Temas tan actuales como las necesarias reformas educativa y agraria, el papel de la mujer en polÃtica y en la sociedad, la perenne crisis del plÃ¡tano o los hÃ¡bitos alimenticios de la poblaciÃ³n, colmaban, hace setenta y seis aÃ±os, los editoriales y muchas columnas de esta publicaciÃ³n. TambiÃ©n se hacÃan hueco entre las portadas y artÃculos expuestos en pÃ¡ginas interiores, reflexiones sobre polÃticas forestales, la preocupaciÃ³n por el estado de las arboledas y cavilaciones en torno a la evoluciÃ³n urbanÃstica de la entonces GuÃa republicana. Todo aderezado con apasionados poemas, sugerentes anuncios publicitarios e interesantes curiosidades de la vida cotidiana municipal, que muestran , a travÃ©s de las letras, las quimeras y las legÃtimas aspiraciones de un pueblo que, como otros muchos, una noche se acostÃ³ monÃ¡rquico y despertÃ³, con la alborada, republicano y soÃ±ador.