Inicio arrow Prosa arrow Relatos arrow El agua. Erasmo Quintana Ciudad de Guía, 19 de abril de 2024

PDF Imprimir E-Mail
Calificación del usuario: / 0
MaloBueno 
lunes, 23 de julio de 2007
EL AGUA
Relatos cortos (4)

Erasmo Quintana

El médico se pone pesado con nosotros cuando nos vamos haciendo mayores, y debe ser por eso que el mío me aconsejó hace tan sólo unos días que tomara mucha agua por los incipientes problemas –no muy graves- de mis pobres riñones. Bebo agua como un poseso desde entonces, y debo describir el tracto interior de este maravilloso líquido conectándolo con un estado de conciencia. El agua llega a mi garganta fresca y cristalina como una bendición de la naturaleza, y si es precipitada de lo alto, como un regalo de frescor, y pasa al estómago cual bálsamo reconfortante. En efecto, el  refrescante líquido llega al tracto digestivo proporcionándome un estado de pleno bienestar; limpia las vísceras y pasa a los riñones donde hace de reparadora limpieza consiguiendo que en esos precisos momentos sienta un estado de alivio inconmensurable.

 El agua pues como líquido indispensable para que haya vida me produce un doble bien, cual es la sensación gratificante de frescor en mi calenturienta garganta y como medida de limpieza de mi organismo por su acción de arrastre de todas las excrecencias que un cuerpo saludable debe desechar. Produce mi sudor, que es un mecanismo natural de refrigerarse nuestro cuerpo, y conducto –ya señalado- de eliminación también de toxinas.

 La cada vez más escasa agua que me alimenta asimismo es mi consuelo, pues cuando me vienen momentos de profunda tristeza acude en mi ayuda en forma de lágrimas como el mejor de los desahogos y hace que al final acabe sintiéndome mejor.

Y quién lo duda, el agua es un bálsamo, es la vida misma y sin ella el milagro sería imposible: mantiene verdes los llanos y praderas y es un don inestimable de la naturaleza. Todo campo resucita y vive, estacionalmente, con su benefactor y mágico efecto.

Erasmo Quintana Ruiz    

 Las Palmas de Gran Canaria - julio 2007 



Modificado el ( miércoles, 31 de diciembre de 2008 )
 

ESPECIAL 1811-2011

En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael Bento y Travieso.

Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre amarilla.

Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la votiva y popular Fiesta de "Las Marías"

Ver reportaje >>


O P I N I Ó N


Tradición y folclore se dan la mano en la Fiesta de Las Marías de Guía
por Luis Miguel Arencibia

El tercer fin de semana de septiembre, el pueblo de Santa María de Guía celebra una de fiesta declarada en Canarias como Bien de Interés Cultural: La Rama en Las Marías. Es una “fiesta de agradecimiento†a la Virgen de Guía, que cumple más de dos siglos de vida. Allá, en el año 1811, los agricultores, ganaderos y campesinos de los municipios de Guía, Gáldar y Moya, tras sufrir un sinfín de calamidades (plagas de langosta, la fiebre amarilla, sequía…) subieron a la Montaña de Vergara y prometieron a su Virgen que, si daba fin a todas estas penurias, cada año celebraría una fiesta de agradecimiento por el milagro otorgado. Y, así, generación tras generación, Santa María de Guía celebra estas fiestas en honor a Las Marías, de la mano de los Mayordomos, los responsables de cumplir la tradición, así como de organizar, conservar la pureza y la devoción de este acontecimiento festivo y religioso.

Leer más...