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lunes, 23 de julio de 2007
AZUL

Relatos cortos (2)

Erasmo Quintana

Esta mañana me he tropezado –como es costumbre- con el ciego que vende cupones en la esquina de la calle de mi casa. Todos los días que voy de camino al trabajo paso a su lado y me saluda porque conoce el taconeo de mis zapatos. Un buen día el ciego, Zacarías es su nombre, parándome en seco me pidió que le describiera el color azul del cielo, a él, que es ciego de nacimiento. Ante tan extraña solicitud me armé de valor y, sentándome a su lado, empecé diciéndole que el azul del cielo infinito es uno de mis colores preferidos porque me infunde profunda alegría en mis momentos bajos de ánimo. El color azul –seguí diciéndole- es un estado de paz en el alma: conduce los buenos sentimientos y embriaga de felicidad las relaciones humanas. Contrariamente al color rojo, que te irrita y te incita a la inquietud y al malestar sintiéndote incómodo, lo contrario del amarillo, que te enerva, el azul da tranquilidad y un bienestar prolongado y remansado.

Azul es la mano amistosa que se posa en tu hombro para expresarte el aprecio del amigo que te quiere bien. Azul es el cumplido que te hace el caminante, y azul es el fresco aire que acaricia tu semblante con la pureza de la brisa.

El color azul es esos momentos en que te sientes pletórico porque, no sabiendo muy bien por qué, estás rebosando alegría, sobrado de bienestar y felicidad.

Erasmo Quintana Ruiz   
Las Palmas de Gran Canaria     -    julio/2007




Modificado el ( miércoles, 31 de diciembre de 2008 )
 

ESPECIAL 1811-2011

En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael Bento y Travieso.

Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre amarilla.

Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la votiva y popular Fiesta de "Las Marías"

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O P I N I Ó N
La ciudad y el municipio

Javier Estévez

No es lo mismo una ciudad que un municipio. Basta asomarse a un diccionario (o al sentido común) para saber que la primera es un conjunto edificado más o menos bien delimitado mientras que el segundo término apela o evoca exclusivamente al ordenamiento jurídico. Digo esto porque creo que hay un error o una confusión que debe aclarase sobre la denominación de la ciudad y del municipio donde vivo.
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