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viernes, 01 de abril de 2011 |
Mirlos Javier Estévez Cierra los ojos e imagina un paisaje. Ahora ya de vuelta te habrás dado cuenta que la imagen que evocaste era muda. Olvidaste activar en tu memoria un elemento esencial: la banda sonora. Es normal porque a menudo se pasan por alto los sonidos de la naturaleza pero también es un pena porque pueden ser tan estimulantes como las vistas más espectaculares.
Escuchar el sonido de la naturaleza es un placer que está al alcance de todos, aunque a veces hacemos oídos sordos y no somos conscientes de la música que nos rodea. Pueblos, campos, ciudades, barrancos, playas, o pinares, poseen un sonido propio y que, además, va mudando a medida que avanzan las estaciones. Incluso de madrugada, cuando todo parece callado, si afinas el oído, podrás oír el rumor permanente que recorre la ciudad, la música del aire, la sintonía de las estaciones. Cada vez estoy más convencido de que el silencio absoluto es como San Borondón: no existe. Los sonidos de la naturaleza nos hacen percibir el paisaje de forma mucho más rica y plena y nos pueden evocar sensaciones que no se despliegan si nuestra contemplación es únicamente desde un punto de vista visual. Muchos sonidos están en nuestro interior y cuando los escuchamos actúan como un resorte atrayendo recuerdos, sensaciones vividas, paisajes olvidados. Siempre me ha embelesado el canto del mirlo. En estas semanas están en pleno apareamiento y son más vistosos y melódicos que nunca pero sobre todo al amanecer y al atardecer, que por lo general es cuando mejor se escucha la naturaleza. Su canto es tan enérgico que parecen empeñados en acribillar el alisio. Es impresionante. La melodía de un mirlo como canto de amor está muy próxima a nuestra comprensión; desde luego ésta sirve para solicitar a la hembra, pero al mismo tiempo es un alarde hacia otros machos rivales. Finalmente será la hembra quien elija entre varios pretendientes y el elegido será aquel que a través del canto indique su buena salud, un territorio donde alimentar a los polluelos y en definitiva, la mejor garantía para sobrevivir. Al igual que el mirlo, el ser humano comenzó a hablar por la necesidad de expresar a sus congéneres sentimientos apresados en su interior. Precisamente, esta imitación que hizo el hombre de los sonidos emitidos por los animales es una explicación, según los lingüistas, de la génesis del lenguaje: éste evolucionó desde los primitivos sonidos animales hacia las complejas formas lingüísticas actuales. Por eso cuando escuchas el canto de un mirlo no oyes solamente un sonido de la naturaleza. Es también la voz de tus antepasados. San Roque, marzo 2011 |
Modificado el ( mircoles, 06 de abril de 2011 )
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ESPECIAL
1811-2011 |
En 1811 regía el pueblo, en calidad de Alcalde Real, don José
Almeida Domínguez, y destacaban como figuras preeminentes
nacidas en Guía tres nombres propios que han pasado a la
historia de Canarias: el escultor José Lujan Pérez, el canónigo
y diputado Pedro José Gordillo, y el militar y poeta Rafael
Bento y Travieso.
Por otro lado, de todas las epidemias que azotaron las islas
Canarias en el siglo XIX, Guía sufrió especialmente ese mismo
año una de las que causaron mayores estragos, la fiebre
amarilla.
Y por si fuera poco, en pleno padecimiento de los efectos de la
epidemia apareció una nueva plaga, la de langosta, que arrasó
materialmente todo lo que estaba plantado y que hizo
protagonizar a los vecinos de las medianías guienses aquella
famosa promesa de que si les libraba el Cielo de la plaga, cada
año sacarían a la Virgen de Guía en procesión. Cumplióse el
ruego, llovió tanto en la comarca que las aguas acabaron con la
cigarra y desde entonces en Guía se celebra cada septiembre la
votiva y popular Fiesta de "Las Marías"
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O P I N I Ó N |
TEDDY, CACO, JUANJO Y LA VAPULEADA SGAE
Braulio A. García
Primero tengo que decir que Teddy fue mi referente musical cuando él era
el líder de “Los Ídolos” y yo empezaba a hacer mis pinitos con grupos
locales del Noroeste de Gran Canaria. Además, como los especialistas
en genealogía local dicen que somos parientes lejanos - su familia
proviene de La Atalaya de Guía y en nuestros DNI llevamos, aunque
invertidos, los mismos apellidos- su influencia en mí, tenía, si cabe,
aún más peso específico, gracias a esa posible consanguinidad.
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