LA ORQUESTA MEJÍAS, EN EL
RECUERDO
Por Juan Dávila-García
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Hoy quiero recordar y analizar la singladura de una de
las mejores orquestas que ha habido en Canarias; me refiero a la "Orquesta
Mejías". Surgió aproximadamente al inicio de los años cuarenta del pasado
siglo. En un principio estaba formada por Juan Mejías Suárez, su fundador
y trompeta, Cristóbal García Ossorio, con el saxofón alto, Pepe Pérez, José Pérez
Rodríguez (conocido por Pepe Kiko), trombón y vocalista, los hermanos José
y Manuel Mendoza Ossorio, a la batería y saxo tenor, respectivamente, y
Nicolás Hernández Cruz al piano.
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Juan Mejías |
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Desde un principio y dada su alta preparación interpretativa, adquirió
gran notoriedad en todas las sociedades y salas de la provincia de Las
Palmas, donde intervenía en los bailes más punteros.
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A las maracas, Pepito el de
Maestro Blas |
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Aproximadamente uno dos años después se incorporó como pianista Julio
Ayala Aguiar y uno año más tarde mi padre con el contrabajo. Esta orquesta
tuvo un concepto babeliano de gran trascendencia, ya que por la misma
pasaron durante sus muchos años de existencia una cantidad ingente de los
grandes músicos que conformaban el mosaico musical de la provincia.
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Juan Dávila (padre) |
De izquierda a derecha, Juan Dávila, Cristóbal
García, Juan Mejías, Pepe Pérez Pérez, Vallejo y Pepe Quico. Años 50. |
Fueron muchos lo éxitos alcanzados por tan insigne
orquesta, que hacía que la música fuera fácil y agradable al oído, así
como que los bailarines se sintieran cómodos y entusiasmados por tan
sonoros y acompasados ritmos. Interpretaban toda clase de rítmos, desde el
bullanguero chachachá, pasando por los boleros tan de moda, pasodobles,
swing, fox, etc. Nada se les resistía; la profesionalidad de sus
componentes era tal, que le daban a la música un significado
grandilocuente, y escucharla extasiaba los sentidos. La orquesta de Mejías
paseó su sabiduría por todos los pueblos que conforman las islas de Gran
Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. Instituciones como el Gabinete
Literario, Real Club Náutico, Círculo Mercantil, sociedades como el
Artesano, Hespérides, Club Las Palmas, Ferreras, San José, Club Marino,
Club Victoria, etc., apreciaron en muchas ocasiones la extraordinaria
versatilidad de esta gran orquesta, que con una facilidad inusitada
acercaba a los ciudadanos las mejores interpretaciones del momento.
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En el Estadio Insular, animando
a la UD LAS PALMAS |
Juan Mejías, con la banda, en la
Fiesta del Charco, en la Aldea |
Juan Mejías, en una de sus
características escapadas del escenario |
Más
tarde dio el salto al continente africano y en multitud de ocasiones se
desplazó hasta Sidi Ifni. En este trozo de España, en el entorno del
desierto del Sahara, la orquesta realizó grandes exhibiciones en
sociedades militares y civiles, que fueron alabadas con elocuencia por el
gran desarrollo musical que demostró y por lo extenso de su repertorio.
Por aquella época, la orquesta Mejías rivalizaba con
las grandes orquestas existentes en la isla, que eran bastantes. En Guía la Philips y la Iberia,
en Gáldar la Guaires; éstas eran también orquestas con buenos instrumentistas, pero no tenían el
"caché" y la repercusión de la que estamos analizando.
Por una serie de circunstancias, abandonaron la orquesta allá por
los años cincuenta y algo, José Pérez y Cristóbal García,
incorporándose a la misma como saxofón alto José Oro y con el tenor
Isidro Medina, ya anteriormente lo habían hecho Manolo Mendoza, -por
fallecimiento-, y Pepe Hernández que se incorporó a la orquesta
Ondas. También entró a formar
parte
de la misma Juan Mejías hijo, muy joven,
como
pianista.
Antes ya habían formado parte de la
orquesta como ejecutantes pianísticos, músicos de la talla de
Suárez, José Pérez, José Antonio Ramos Barrionuevo, Rafael Gómez, Santiago
Felipe y otros de una constatada talla musical.
La orquesta siguió
brillando, a pesar de los cambios efectuados, y sus compromisos era cada vez
más numerosos, los contratos le surgían de todos los casinos y sociedades
existentes en la isla, entre otros, como ya he manifestado, los de Lanzarote,
Fuerteventura e Ifni.
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A la derecha, Estrellita Cejas,
gran vocalista. En el centro, su hijo Pepe Mejías |
Instantáneas de los años 60 |
Ensayaban en la relojería que Juan Mejías tenía detrás
de la iglesia de Guía, al menos dos veces por semana. Sistemáticamente,
y no sé por qué razón, era la primera orquesta que interpretaba cuantas
canciones nuevas llegaban al mercado musical, desde el antiquísimo
"Caimán", pasando por el "Bayón" y otros ritmos que todavía hoy se
recuerdan. Cuando se puso de moda la famosa "Plegaria", fue la orquesta
Mejías quien primero la interpretara, siendo Pepe Kiko, con su sabia
maestría como vocalista, quien la cantó en cuantos bailes amenizaban,
recibiendo el agradecimiento del público en forma de sonoros aplausos que
dejaban de bailar para escucharlo.
Con el vocalista Miguel Coruña
Recuerdo que Pepe Trujillo, el del bar Trujillo,
siempre que llegaba a un baile donde estuviese actuando la orquesta de
referencia, le pedía a Juan Mejías que interpretara el pasodoble "en Er
mundo", pieza muy complicada de interpretar dado que tenía un pasaje que
consistía en un solo de saxofón alto o de trompeta, cuyas medidas
-musicalmente hablando- requerían una alta preparación por parte del interprete; el solista siempre era Cristóbal García
Ossorio, el cual se especializó en tan brillante interpretación,
suscitando siempre los mejores elogios por parte de cuanto les oían. Cuando Bonet de San Pedro vino a Las Palmas en los años cuarenta se lo
quiso llevar como saxofón principal de su afamada orquesta. Cristóbal,
haciendo gala una vez más de la gran humildad que le revestía, no aceptó el
contrato ofrecido, el cual -según me comentaba mi padre- era muy apetecible,
fundamentalmente por dos cosas, la primera, ser miembro de una orquesta de
renombre mundial, y segundo, los importantes emolumentos que Bonet le
ofreció.
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La orquesta Mejías era una asidua amenizadora de la
extraordinaria verbena del Carmen que celebraba el Real Club Náutico de
Las Palmas todos los años, amen de los festejos de fin de año que
celebraba el Gabinete Literario.
Era como un icono, dada su elogiable forma de comportarse tanto en lo
personal como en lo profesional, y era envidiada por muchas agrupaciones
de las mismas características existentes en la isla. |
Con uno de los mejores pianistas que pasaron por la
Orquesta, Rafael Gómez (en el centro, de pie). Años 50 |
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Amenizaba las grandes fiestas que
se daban en las residencias de los tres ejércitos, sus actuaciones no
tenía fronteras, lo mismo actuaba en una institución de connotaciones
rimbombantes como lo hacia en una pequeña sociedad de barrio.
Otro atributo que le daba a la orquesta Mejías un
ensamblaje perfecto era su variopinta vestimenta, que abarcaba desde el
aristocrático smoking hasta la más sencilla camisola de colorines. Su
director Juan Mejías era muy exigente en este aspecto y hacía que los
ropajes que la orquesta luciera en sus diferentes actuaciones fueran lo más
armoniosos posible; así, desde los zapatos hasta el último detalle en su
forma de vestirse, tenía un elocuente desarrollo. Hasta los porta atriles
estaban configurados con un gusto exquisito y lucían hermosos durante todo
el tiempo que duraba el evento bailable. Tenía sus propios equipos de
megafonía, lo que le daba a la sala y zonas colindantes una sonoridad
extraordinaria, pulcra y limpia que hacían las delicias de los asistentes.
Cuando se celebró en Guía el concurso de orquestas, allá
por los primeros años de los cincuenta, donde participaron grandes
orquestas tales como Casablanca, California, de Las Palmas, los
Falcones de Telde, con un jovencísimo Juan José Falcón Sanabria al
piano, Iberia y la de Mejías, ésta ganó el
premio a la popularidad; obtuvo el primer premio Casablanca, liderada por el Luri y Quelo, ambos virtuosos trompetistas.
En el apartado de vocalistas, la orquesta de Mejías
siempre contó con las mejores que había en la isla. Así, recordar a
Carmencita Abdel, Maruca Ramos Barrionuevo, que, además de afamada vocalista de orquestas, era una prima donna de la música clásica, Lydía
Guillen -conocida luego por Lea Zafrani-, Margot Sánchez y muchas más que
harían esta lista interminable. Todas ellas arropadas por la inigualable
forma de cantar de Pepe Kiko, a quien comparaban en aquellos tiempos con Lorenzo Santamaría, Jorge Sepúlveda, José Guardiola y otros que estaban
entre los primeros del ranking nacional e internacional. También actuó de
vocalista Diego, el guardia municipal de las Palmas.
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Foto de la izquierda: baile en el Circulo Mercantil, años 60. De derecha a
izquierda: agachados, Juan Mejías hijo y Mario. De pie, y de izquierda a
derecha, Cristóbal, Isidro Medina, un socio, el hijo Pepe, Puche -jugador
de la UD LAS PALMAS- y Juan Mejías
ANÉCDOTA: Ese día, se rifó
una caja de coñac. Se la ganaría el que supiese el segundo nombre de Juan
Mejías (Hermógenes). Nadie lo sabía, pero el hijo Pepe se lo sopló a un
extranjero a cambio de compartir el premio. Seis botellas de coñac fueron
pa´Gáldar. |
Las fiestas de los Carnavales, San Ginés y las de los Chalanistas -por San Pedro-, que se celebraban en Arrecife hacían que la
orquesta Mejías se desplazara con bastante frecuencia a la isla de
Lanzarote, para actuar en el casino, Círculo Mercantil (también conocido
por La Democracia), la sociedad del Torrelavega, y a otros pueblos de isla,
(Haría, San Bartolomé, Tinajo, la Tiñosa hoy Puerto del Carmen, etc.).
También solía actuar con gran frecuencia en la isla de Fuerteventura,
especialmente en Puerto del Rosario y en Gran Tarajal, con motivo de sus
fiestas patronales. La efervescencia turística todavía no había llegado a
las islas.
En la isla de Gran Canaria amenizaban los bailes más
importantes de Guía -en el casino y en las sociedades de la
Tirma Guíense y de la Princesa Guayarmina-, en Gáldar en el casino, y con
bastante mayor profusión en los grandes eventos bailables que se
celebraban en la Sociedad de la Montaña, bailes éstos de un enorme
prestigio en aquella época y que atraían a gentes de todos casi los pueblos
(Ingenio, Agüimes, Carrizal, Telde), en los afamados y atrayentes
espectáculos de esta índole que se celebraban en la Aldea, Agaete, Bañaderos, etc.
En todas las efemérides que celebraban los militares en
Sidi Ifni, allí iba la orquesta a amenizarlos. Era normal que se desplazaran
hasta la ciudad africana tres o cuatro veces al año; solían hacerlo en
aviones militares de las características de los afamados Junkers que eran de origen alemán. A las islas se desplazaban
en los barcos de la Transmediterránea que eran verdaderas bañeras, tales
como el León y Castillo, Viera y Clavijo, La Palma y los gemelos
Fuerteventura, Lanzarote y Gomera.
Ya decía al principio que por la orquesta de Mejías
pasaron los músicos más importantes y reconocidos a nivel insular y quizás
algunos a nivel nacional, por su sabiduría interpretativa. Estimo que es
de bien nacido recodarlos y lo voy hacer a modo de homenaje por cuanto
aportaron a la tan estimada orquesta y por su desarrollo profesional.
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Así tenemos entre otros, a Enrique Terkan (holandés residente en Las
Palmas), magnífico intérprete con el acordeón-piano, Ventura Araujo,
pianista natural de la Aldea, a los baterías José Vallejo, Manolo
Alonso, Chano el tocino, Manolo el Negro, Pepe el rubio, Manolo
Cordero, Juanito el conserje,
Luis el maño y Mario Aguiar, saxofonistas
como
Alberto Ramos Barrionuevo, Manolo Mederos, de Gáldar,
Ignacio
Álamo, de Guía, Antonio Sosa, de la Aldea,
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y los pianistas ya citados, Pepe Pérez Suárez,
José Pérez, José Antonio Ramos Barrionuevo, Rafael Gómez, Santiago Felipe,
su hijo Juan,
y algunos más que ya no recuerdo.
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En la plaza de Guía, año 1961 |
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La conjunción armónica de la orquesta Mejías siempre
tuvo un relevante comportamiento, también tenía como premisa fundamental
el afinamiento y todo esto la convertía en un grandilocuente símbolo en
los estamentos musicales de la provincia de Las Palmas. La brillantez de
sus instrumentistas la convirtieron en aquella época en la orquesta más
solicitada por todas las instituciones existentes, como ya ha quedado
acreditado. Juan Mejías era un excelente relaciones públicas y jamás -que yo
recuerde- su orquesta estuvo en paro, siempre estaba en la cresta de la
ola. Recuerdo que cuando los músicos isleños pusieron de moda la música de Glenn Miller, la orquesta Mejías se subió al carro he hizo grandes interpretaciones de las obras de este eminente músico
americano, especialmente de los fox-swing "En Forma", Jarrita Marrón, Sant
Louis Blue, Serenata a la luz de la luna, Pensylvania 65000 y de otras
menos conocidas.
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La orquesta Mejías fue en la práctica de la música un
gran conjunto, nadie podrá negarlo, y los que recordamos sus actuaciones
lo hacemos con nostalgia; nunca más las verbenas de los diferentes pueblos
de la isla, y para mí las de Guía y Gáldar, han tenido ese contenido tan
paradigmático y que tanto ilusionó a la juventud de entonces.
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Con Pablo al bajo y Diego el vocalista, en los 60 |
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Sus hijos Juan, Luis y Pepe, aunque luego se dedicarían a otras
profesiones, heredaron el virtuosismo musical de su padre.
Pepe Mejías, en su debut en la radio (sociedad El Marino)
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Su hijo Luis, al piano, Braulio, a la guitarra, Mario Aguiar
(batería), y su hijo Pepe (voz) |
Su hijo Pepe, con 18 años, en la casa de sus padres, donde, junto
con Braulio, ensayaban las canciones que luego tocaban en los
descansos de la orquesta
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AUTOR DEL TEXTO: Juan
Dávila-García - jocdavila@yahoo.es
PROPIETARIOS DE LAS
FOTOGRAFÍAS: José Mejías Ruiz, salvo la de Juan Dávila padre
(propiedad de su hijo Juan).
EDITOR: Antonio Aguiar
Septiembre 2006
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