Revista digital sobre el municipio de Guía de Gran Canaria (ESPAÑA) 

PERSONAJES POPULARES DE GUÍA (8)
Por Juan Dávila-García
 

José González,

"El Lindo"

Un personaje popular más de nuestra querida patria chica, esta vez voy a referirme a José González, conocido por José El Lindo, que vivió siempre en la calle Luís Suárez Galván, casi enfrente de la tienda de Jorgito Castellanos.

Tuvo cinco hijos, Pepe, eminente bandurrista (posiblemente el mejor que haya habido en la isla en los últimos cincuenta años), conocido por Pepe El Rubio, Guillermina, Isaías, Jesús -conocido por Campanera- y Luís, este último funcionario del Servicio de Correos-.

 

José el Lindo debe figurar en los anales de los personajes populares de Guía, dada su elocuente forma de ser, extrovertido, gracioso, al cual conocí bastante bien y puedo decir que jamás le vi enfadado, siempre estaba de cachondeo, emanando de su persona una incuestionable gracia que lo hacia merecedor del respeto y la admiración que todos los que le conocíamos.

Como el decía, "soy como la caja del turrón siempre de fiesta en fiesta". Y le asistía una gran razón para así hacerlo, pues juntamente con Juan Delarte, Domingo el Correlón, Juan el Sabanilla y su hermano Felipe, se les veía en todas las fiestas por lejos que fueran con sus mesas del juego de los cartones, tan prolíferas en aquellos tiempos. Fontanales, Caideros, Juncalillo, Montaña Alta, Firgas, Moya, etc., y los domingos a la entrada del campo de fútbol de la Atalaya. Al igual que casi todos los personajes por mí catalogados, era dado a la bebida, pero era un borracho tranquilo y jamás tuvo problemas con las autoridades, gracias a su comportamiento ejemplar aunque la "turca" fuera de campeonato. Cuanto más borracho, más educado y atento sobre todo con las señoras, a las cuales les cedía el paso con un ligero toque de sombrero.

José el lindo, fue un eminente trabajador de la agricultura, fiel cumplidor en su labor diaria, sus patrones le estimaban y le apreciaban, pues se hacía acreedor de ello por su forma de comportarse. Cuando "soltaba" se le veía siempre delante de la puerta de su casa, y era rara la persona que pasando por allí no tuviera que ver con el alguna conversación aunque su contenido fuera superficial y de orden chistoso, era muy dado a usar este tema como fundamento en sus simpáticas conversaciones. Yo que visitaba su casa con mucha frecuencia, pasaba ratos con el que nunca he podido olvidar, su imagen irradiaba sana alegría que nos contagiaba a todos.

Siempre que me tropezaba con el le decía, -que guapo eres "jodío", por aquello de lindo-, se lo tomaba a guasa y me contestaba "Dávililla, eres igual que tu padre", ya que eran grandes amigos. No en balde su hijo Pepe había sido el alumno preferido de mi padre en temas musicales y folclóricos. Algunas veces cuando ensayábamos en su casa, el grupo rítmico que teníamos llamado Tirma y que lideraba Pepe su hijo, aunque tuviera que madrugar, se estaba con nosotros oyéndonos pues le encantaba la música, hasta altas horas de la noche.

José el lindo, nunca se ofendió por esto de tan simpático apelativo, que la gente usualmente le daba cuando lo requerían para alguna cosa, todo lo contrario, le agradaba y estimo que hasta incluso lo agradecía. Desde su punto de vista, la semántica de tan sonoro pseudónimo le producía más gracia a el que al resto de sus convecinos, y de verdad que tenia a gala presumir del mismo. Era un experto deshijador en el cultivo de la platanera y cuando alguien preguntaba por José González, para encargarle algún trabajo sin utilizar el apelativo del –lindo-, nadie le conocía. Hasta ahí llegaba la importancia de tan cariñoso y afectivo "dichete".

José el lindo, se nos fue hacia el más allá, con su constatada gracia e imperturbable sonrisa, quizás en el infinito siga reluciendo ese gracejo que siempre le identifico en su vida terrenal. No fue un intelectual, solo fue un hombre del pueblo, un espécimen sin igual dada esas connotaciones tan especiales que le revestían, como eran la gracia y la simpatía que emanaban de todo su ser. Fue honrado, trabajador, fiel esposo y padre, todos sus hijos pueden estar orgullosos de cuanto les dio, su honorabilidad fue todo un símbolo en su dilatada vida. Hasta la vista José.

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Juan Dávila-García

jocdavila@yahoo.es

Julio 2006.

info@guiadegrancanaria.org

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