En esta ocasión quiero relatar la existencia en Guía de dos personajes
populares, -digo bien dos-, por haber destacado de manera significada en
un mismo cometido, y que jamás nadie ha tenido la gentileza de recordarlos
o citarlos, por los grandes meritos que contrajeron en el desarrollo de
las fiestas de la Virgen de Guía durante muchos años y especialmente y
sobre todo siendo alcaldes Juan García Mateos y Rafael Velázquez García.
Me refiero a Francisco Alonso Álamo y a Gregorio Miranda Santiago,
conocidos ambos en nuestro pueblo por los pseudónimos de cariñoso
contenido, como "Paco tle" y "Gregorio el burro". Ambos trabajaron siempre
a la sombra de los verdaderos responsables de la celebración de la
festividad de nuestra patrona, pero la labor que realizaban tenían unas
connotaciones de extraordinario contenido, dada su dedicación y el buen
hacer en la consecución de las mismas.
Paco Alonso, era el encargado de conseguir el mayor número de regalos
posibles, para agraciar a las señoritas asistentes a la carrera de cintas.
Al efecto y como funcionario municipal que era, lo desplazaban a Las
Palmas dos o tres meses antes de las fiestas con el fin de que obtuviera
de manera graciable regalos y presentes de los comercios más importantes
de la capital para destinarlos al fin citado. Nuestro amigo Paco con la
labia que tenía en ese corto plazo de tiempo que tenía conseguía traerse
para Guía varios camiones con los consabidos regalos, y que el día 15 de
agosto después de la batalla de flores eran entregados públicamente desde
la caseta de la megafonía a las diferentes cintas premiadas. En este
aspecto reconocer la habilidad de este personaje, es hacer justicia por
tan elocuente trabajo realizado durante muchos años. Paco Alonso ya era
perfectamente conocido por los comerciantes e industriales que anualmente
visitaba, con el fin de recabar algún regalo y todos les trataban con
amabilidad y a todos siempre le sacaba más de un presente, dada la gran
simpatía que le revestía y la correcta forma de comportarse ante ellos.
Era el perfecto colaborador en estas lides y siempre se acredito como tal.
Aparte de esta misión, tenía otros cometidos dentro del organigrama
festero, apoyaba con total desinterés a la comisión de fiestas en cuantos
actos se celebraban y siempre estaba dispuesto a desarrollar cuantos
cometidos les fueran encomendados, indiscutiblemente fue un artífice muy
significado en las grandes fiestas de la Virgen que se celebraron en Guía
y que jamás han sido igualadas.
Por su parte Gregorio Miranda, era el todo terreno dentro del contexto
de aquellas inolvidables festividades, su labor brillaba como coordinador
de la carrera de cintas y la batalla de flores. No paraba un solo segundo
mientras se estaban celebrando los eventos citados, calle arriba y abajo
se le veía muy metido en su papel, todo sudoroso no daba por concluida su
actuación hasta la finalización de tan brillantes actos, los cuales han
definido a las fiestas de Guía al menos en este aspecto como las más
entretenidas y brillantes de cuantas se celebran en tierras canarias.
Gregorio comenzaba a planificar todo su acontecer en los cargos que le
otorgaba la comisión bastantes meses antes de la celebración de las
mismas, y lo hacia con un "tino" inconmensurable, era el típico patriota,
que lo anteponía todo por su amor a la tierra que lo vio nacer. Gregorio
Miranda, siempre fue consciente que muchas de las cosas que se llevaban a
cabo en las fiestas eran de su competencia, por ello se implicaba en las
mismas sin poner objeción alguna. En los momentos más críticos dada la
importancia de los eventos, el nunca tenía un momento de descanso.
Mientras las gentes se divertían, el velaba por el orden y la buena marcha
de los mismos.
Ya lo decía al principio, nunca nadie ha tenido para estos dos
personajes un recuerdo, ni nadie jamás ha mencionado el importante y
agotador trabajo de estos dos seres que dedicaron muchos años de su vida,
a darle a las fiestas de la Virgen de Guía un empaque y una categoría de
grandilocuentes connotaciones. Quizás el olvidadizo pueblo, cuna de
grandes y encumbrados personajes, no estime que también fuera de la
intelectualidad existen otras personas que no reuniendo esas condiciones,
se merecen el respeto y la consideración de sus conciudadanos por su
extraordinario quehacer en beneficio de la historia de su querido pueblo.
Paco Alonso y Gregorio Miranda, son merecedores de un reconocimiento por
simple que sea. Recordarlos solamente implica el agradecimiento de la
sociedad guíense a estos dos personajes que sin ser grandes "relumbrones"
le sirvieron a Guía con una enorme dedicación aunque esta fuera simple y
llanamente la de ser ejecutores juntamente con otros vecinos estimados
también, para que el conocimiento festero de nuestro pueblo rebasara
fronteras y fuera conocido en todo el ámbito regional y nacional, y que
desde su constatada humildad es indudable que lo consiguieron.
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