Guía de Gran Canaria

 Información de especial interés para el municipio de Guía de Gran Canaria (ESPAÑA)    

PORTADA ACTUALIDAD HEMEROTECA NOMBRES PROPIOS CRÓNICA DE GUÍA QUIENES SOMOS WEB AYUNTAMIENTO

 

PERSONAJES POPULARES DE GUÍA (32)

Salvador Vega Díaz

Por Juan Dávila-García

Voy a poner todo mi empeño en hacer de este personaje algo mío, dado el gran afecto y cariño que le profese, y por haber convivido con el muchos años posiblemente los mejores de mi vida. Me refiero a Salvador Vega Díaz, -el telegrafista de Guía por excelencia-. Fueron muchos los lustros que este extraordinario personajes dedico a las comunicaciones en Guía, quizás más de 40 años al frente de una de las oficinas de telégrafos más emblemáticas de las existentes de la provincia de Las Palmas. Recordar a este querido y estimado compañero es para mi todo un honor. Si algo fui en las comunicaciones telegráficas a el se lo debo, me enseño cuanto sabía al respecto, que estimo fue bastante, su sabiduría en esta materia no tenía limites, sus conocimientos de la telegrafía era como un pozo sinfín. El morse era para el una asignatura de grandilocuente significado, -posiblemente haya sido con diferencia el mejor morsista de cuantos he conocido que han sido muchos-, leía los puntos y las rayas en el miliamperímetro aunque la señal fuera débil casi imperceptible, con la misma facilidad que cualquier persona normal lee un libro o un periódico.

Como profesor tenía unas cualidades inigualables. Aprender con el era sumamente fácil y además divertido. No tenia una forma o sistema de enseñanza definido, te iba orientando con una facilidad digna de encomio, y en poco tiempo te convertía en un verdadero experto. Al menos conmigo siempre fue como un hermano mayor. Cuando nos poníamos hacer problemas sacados de un texto denominado –Soluciones Analíticas- los hacíamos juntos, era un gran aficionado a resolver cuanto exponía tan afamado y competente manual, relacionado con la aritmética, matemáticas, geometría, algebra y trigonometría.

Tenía una facilidad innata para enseñar la práctica del morse, -transmisión, recepción en cinta y a oído-, sus cualidades de insigne morsista así hacía que fuera. Nunca tenía prisa y trabajaba con nosotros, -refierome a su yerno Florencio, recientemente fallecido y a mí-, cuantas horas fueran precisas y nunca daba por terminada una clase sin sacar las conclusiones pertinentes de todo lo practicado.

Como funcionario de la Subdirección General Jefatura Principal de Telecomunicación, le revistieron siempre unas características de extraordinario contenido, lo que valió ser felicitado en innumerables ocasiones por sus jefes. Ejerciendo sus funciones de telegrafista era muy metódico, conocía a la perfección cuantos aparatos configuraban la estación telegráfica, desde el rudimentario manipulador hasta el receptor morse de cuerda, donde quedaban imprimidas la señales que constituían los mensajes. Cuando llovía las líneas se derivaban, este fenómeno era observado con toda nitidez en el miliamperímetro, -este era un aparato que medía la señales electromagnéticas, que se enviaban o se recibían en una estación telegráfica-. Dada la derivación citada las comunicaciones telegráficas se interrumpían hasta que los cables conductores se secasen, no obstante Salvador Vega, aprovechaba cualquier aumento de la señal para enviar mensajes, cosa esta que hacía con verdadera maestría, guiado solamente por la amplitud que se reflejaba en el aparato de medida.

Salvador Vega, además de un insigne telegrafista, fue un caballero en toda la extensión de la palabra, como tal era estimado y querido en Guía, fue también un gran esposo y un extraordinario padre. Su esposa Manuelita a quien le deseo lo mejor, sus hijos Inmaculada, Esther Gloria, Mary, Boro y la más pequeña, a quien conocí poco, son ejemplos elocuentes del virtuoso paternalismo de mi entrañable amigo, compañero y profesor. Salvador Vega ya había destacado como eminente telegrafista durante su estancia en Tam Tam –Marruecos- durante la guerra civil, donde estuvo destacado como miembro de una compañía de transmisiones del cuerpo de ingenieros. Más tarde licenciado volvió a Telégrafos, y después de una pequeña estancia en Las Palmas, retorno a Guía, donde siempre destaco por su eficiente labor en todo lo relacionado con la telegrafía y las comunicaciones. Por sus manos pasamos muchos aspirantes a telegrafistas, unos con más suerte y otros con menos, recordar a los que siendo sus alumnos terminamos perteneciendo al grandilocuente cuerpo de Telégrafos hoy desaparecido, motivado por los gatuperios y las envidias de unos seres que siempre despreciaron a tan noble y gloriosa institución: Graciliano Aguiar Abreu, Florencio Mendoza Moreno, -fallecidos- y el que suscribe.

Salvador Vega, fue un telegrafista de concurso, aunque nunca participo en ninguno de los celebrados en el entorno de la Dirección General. Posiblemente muchos participantes que si lo hicieron, no tuvieran la preparación y los conocimientos de nuestro personaje, pero la indolencia de los mandos correspondientes evitaron que así fuera.

Este reconocimiento popular que hago de este personaje, al cual como ya he dicho tuve en gran estima quiero dedicárselo al pueblo de Guía, por lo que represento para el mismo, pero especialmente quiero hacerlo llegar a su esposa e hijos y a su yerno gran amigo de la infancia y de toda la vida Ceferino Betancor Brito.

Salvador Vega Díaz, fue un hombre intachable, con una honorabilidad fuera de lo común, una de las premisas que le revestían era la de siempre atender al prójimo, y desde su prominente puesto de Jefe de Telégrafos así siempre lo acredito, ayudando a muchas gentes que se acercaban hacer uso de tal servicio, siempre con una sonrisa y una amabilidad impecable. Tiene el merito suficiente para constituirse en personaje popular de Guía, dado su talante y gran personalidad. Mi recuerdo más emocionado para tan noble persona.

---------------

Juan Dávila-García

jocdavila@yahoo.es

Agosto 2006.

info@guiadegrancanaria.org

REGRESAR A LA PORTADA