Estoy observando desde hace algunos días, -y que conste que no lo digo
por ganas de criticar cada cual puede hacer lo que le parezca, pero
observo una cierta cognación, en las publicaciones de las semblanzas que
esta llevando a cabo Infonorte, donde se puede observar un cierto grado de
ignominioso plagió de mis personajes populares de Guía, ya que tales
publicaciones se están haciendo con posterioridad a las por mí realizadas
en la pagina web del ayuntamiento de mí pueblo. Quiero hacer la siguiente
reflexión al respecto, solo se salva de este comentario mío Alejandro
Moreno Marrero, por la cierta y real conformación que hace de la su
bisabuelo maestro Agustín, honorable e intachable personaje que destaco
con verdadera relevancia y caballerosidad toda su vida, y que el joven
Alejandro retrata con una evidente claridad, todo lo demás tiene unas
connotaciones de enorme dubitabilidad. Solo es una aclaración puntual sin
ganas de entrar en polémicas-.
Hoy voy a tratar de repasar la elocuente trayectoria futbolística de un
gran amigo, y no menos extraordinario practicante de tan relevante deporte
al menos en aquella época. Dada las connotaciones que le revistieron,
estimo debe figurar por derecho propio entre los personajes populares de
Guía. Se trata de Rogelio Calero Aguiar.
Comenzó muy joven a practicar diferentes deportes, fútbol, baloncesto,
balonmano, etc., y rápidamente comenzó a destacar en todos ellos, sin
embargo su inclinación hacia los temas futboleros le hicieron que
solamente con 17 o 18 años ya fuera un "crack" indiscutible en tan
elocuente deporte. Debuto en el Tirma C.F., plagado por aquellos tiempos
de grandes figuras de balompié. Su velocidad y su facilidad regateadora
hizo temblar a grandes defensas, como los de Galdense, José y Miguel
Delgado conocidos por los "milleros".
Un 18 de julio -posiblemente del año 1948- se enfrentaron en el campo
de la Atalaya, los equipos citados, la parafernalia que suscito tan
enconado encuentro rebaso todos los limites, relacionados con la
publicidad y los enfrentamientos callejeros de las dos aficiones. Llegado
el momento de la celebración del mismo, el campo lucía un lleno hasta la
bandera, incluso se habilitaron unas gradas supletorias aparte de las
tradicionales, con el fin de dar más aforo a tan histórico estadio. Según
se inicio la contienda, Rogelio empezó hacer verdaderas diabluras por la
banda izquierda, driblando y rebasando a su marcador por velocidad y
técnica. Hace algunos años José Delgado ya citado que era el defensa
derecho que tenia que tapar las incursiones de Rogelio, me comentaba
–nunca me explique como pudo irse este chiquillo de mi marcaje, y cuando
mire hacia atrás vi recogiendo a Juan Antonio, -tradicional guardameta del
equipo de Gáldar-, la pelota que Rogelio con suma facilidad había
introducido en su portería-. Observe en José después de haber pasado
tantos años cierto resquemor y desilusión por aquella aciaga jugada, desde
su punto de vista, que tuvo como protagonista al inconmensurable Rogelio y
a el como el defenestrado defensor. Esta conversación que mantuve con mi
buen amigo José Delgado ocurrió posiblemente en el año 1988, o sea 40
después de haberse celebrado tan insigne partido y sin embargo la
recordaba con total nitidez. El citado encuentro termino con el empate de
1 a 1.
Rogelio Calero, fue posteriormente fichado por el Gran Canaria de Las
Palmas, equipo puntero de la primera regional -donde ya figuraba otro
ilustre jugador guíense como fue Pepe Caballero-, y que juntamente con el
Victoria, Marino, Atletic, Arenas y Unión Marina, jugaban todos los años
la liguilla interregional con los de la isla de Tenerife.
Desde siempre conocí a sus hermanos, Alberto, Fernando, Suso, -gran
jugador también-, Azucena, Raúl, Sigfrido, -extraordinario atleta, quizás
el más completo de cuantos hayan existido en el archipiélago-, Cesar y
Rubén, y por supuesto a sus padres Rogelio Calero Vidal –funcionario del
Ayuntamiento- y a Ursula Aguiar.
En pleno apogeo de su vida futbolística, Zacarías entrenador a la sazón
del Tirma, y que había sido portero del Hércules de Alicante, se lo llevo
hasta aquellas tierras para que probara suerte en el citado equipo, la
cosa no cuajo, debido a una serie de circunstancias que me reservo citar.
Más tarde se intereso por el la U.D. Las Palmas, y fue probado en el
estadio de Barrial compitiendo con el Melilla en el que figuraba Pepillo,
-joven y extraordinario jugador-, que posteriormente seria jugador del
Real Madrid y más tarde triunfador en el fútbol argentino. Rogelio hizo
una primera parte muy brillante pero en la segunda se desfondo y nunca
llego a ser jugador del primer equipo por historia de Canarias y por
consiguiente nunca llego a debutar en la primera división del fútbol
nacional.
Contrajo matrimonio con una gran cantante de la época, Margot Sánchez,
y creo que tuvieron varios hijos.
Rogelio pudo haber tocado la gloria de la fama como futbolista pero
posiblemente y debido a las circunstancias de haber triunfado tan joven,
hizo de él una persona algo libertina, que no se ajustaba a las reglas del
juego, de ahí, -aunque triunfando en categorías insulares y regionales-,
no alcanzara la meta de ser lo que todos esperamos que hubiera sido, un
"crack" a nivel nacional e internacional. Era muy agradable estar con él,
simpático, dicharachero y gran amigo de sus amigos. La última vez que
estuvimos juntos fue en un amanecer del 15 de agosto de 1970, día de la
Virgen de Guía, que después de una noche de gran juerga nos cogió en la
calle las primeras luces de tan brillante mañana. Rogelio fue sin lugar a
dudas un ilustre personaje que debe figurar como tal en los anales de la
historia guiense.
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