Guía de Gran Canaria

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PERSONAJES POPULARES DE GUÍA (17)

Polo

Por Juan Dávila-García

En la Atalaya de Guía habito un personaje durante muchos años llamado Hipolito, pero al que todos los vecinos de mi pueblo llamaban cariñosamente "Polo". Su complexión física era la de un ser normal, más bien bajo, regordeto y que siempre lucía una risita hasta cierto punto bastante "jodelona" ya que a pesar de sus limitaciones psíquicas solía tener muy mala leche. Era habitual observar en su indumentaria la boinilla que siempre llevaba encasquetada en la cabeza. Mis recuerdos de este ser se iniciaron en los años cuarenta y lo perdí de vista, cuando siendo muy joven me incorpore a mi destino en el Telégrafos del Estado en Las Palmas, allá por los años cincuenta y algo. Era notorio siempre verlo con su cachimba atravesada y jalando y jalando por ella para que no se le apagara.

Cuando se cabreaba por algo que le hicieran era muy mal hablado, una de las palabras mas comunes en su vocabulario, era el de llamar a cualquiera, -h….de…p-.

Cuando iba a darles las quejas a nuestros padres de alguna perrería que le hacíamos lo que solía ocurrir con relativa frecuencia, tocaba en la puerta correspondiente y a quien le abriera la misma fuera hombre o mujer niño o niña, le espetaba, -Vds., son todos unos h….de….p, su hijo me hizo tal cosa-, y posteriormente más calmado les decía que le dieran algo, dinero, comida, etc. Dentro de esa forma de proceder era una buena persona, su problema radicaba en las pocas luces que tenia. Polo represento un icono de enorme importancia entre nuestros personajes, no era brillante y como se podrá suponer nada inteligente todo lo contrario, pero tenia una forma de vivir muy original. Paco Rivero (qepd) lo acredito como modelo en las muchas fotografías que le hizo.

En los años gloriosos del fútbol norteño, donde teníamos en Guía dos extraordinarios equipos, el mítico Tirma en el casco y el Guíense en la Atalaya, la rivalidad era evidente, y cuando se enfrentaban ambos clubes, nuestro Polo se sentaba en la primera fila de las gradas del campo y de manera elocuente le daba ánimo, lo mismo a uno que a otro, su cortedad imaginativa no le permitían discernir a cual de los dos por lógica debía animar más, su cabeza se convertía en un impresionante galimatías al respecto. Cuando finalizaba la contienda se ponía, junto con muchas mujeres gentes, mujeres, -sobre todo-, a increpar a la gente de Guía –pueblo-, que nos habíamos acercado hasta la Atalaya a presenciar la misma, al le daba igual quien hubiese ganado, se limitaba hacer lo que oía y veía, y cuando pasaba el vehiculo donde iban los jugadores del Tirma, imitando a sus compañeras, los insultaba e incluso le arrojaba piedras, empleaba el sistema loristico de repetir cuando veía y oía.

El comportamiento de Polo no emanaba de los malos tratos o abandono que sus familiares tuvieran con el, me consta que sus hermanos y sobrinos todos lo atendían con afecto y cariño, prueba evidente de ello era que siempre estaba limpio y sus ropas en bastante buen estado y muy aseadas. Polo al igual que otras personas disminuidas psíquicamente, era así y nadie lo podía cambiar.

Mi tío Pepe el herrero lo agasajaba mucho, y como el pobre perdía sistemáticamente la noción del tiempo, solo se iba para la casa cuando anochecía, este –mi tío-, le ponía de comer y lo defendía de los abusos que algunos desaprensivos intentaban cometer con el. Recuerdo también que mi madre, sobre todo a horas de la mañana viéndolo pasar por delante de mi casa en la calle Médico Estévez, lo llamaba y le daba café con leche y galletas.

Polo era muy agradecido y jamás olvidaba a las personas que le hacían bien y las recordaba siempre con afecto, al igual que detestaba a los que le hacían daño o lo molestaban. Casi amanecía en el pueblo, y todo su afán era estar entre el bullicio de la gente, con el fin de observar socarronadamente las cosas que hacían para el posteriormente intentar, al menos, hacerlas igual. En su vida nunca hubo mayor protagonismo era sencillo y humilde, pero como personaje pintoresco de mi pueblo estimo debe figurar como tal en la historia del mismo.

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Juan Dávila-García

jocdavila@yahoo.es

Julio 2006.

info@guiadegrancanaria.org

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