Continuando con la singladura por mi tomada, de relatar la elocuencia
de los personajes populares de Guía. Hoy voy a citar uno que tuvo una vida
llena de peripecias de enorme trascendencia que se inicio en la guerra
civil española y que finalizo no hace muchos años en su ciudad natal. Me
refiero a Francisco Bautista Pérez, conocido por Paco el del Parralillo.
Tan elocuente personaje fue famoso principalmente por su condición de
haber sido unos de los mejores luchadores de lucha libre americana de
España en aquellos tiempos, estoy hablando quizás de finales de los años
cuarenta hasta bien entrados los cincuenta cuando se retiro de la
competición pero siguió enseñando a muchos jóvenes guíenses la practica de
tan significativo deporte, donde muchos españoles de la época ostentaban
títulos mundiales en los diferentes pesos.
Lo de Paco del Parralillo, le viene posiblemente por haber habitado
siempre en esa zona de nuestro pueblo, donde tenía una finquita y una
buena casa, -en esta tenia instalado un pequeño gimnasio donde enseñaba a
sus alumnos a acreditarse como insignes luchadores-, y en honor a la
verdad algunos lo fueron.
Era hijo de Dominguito Bautista y de su esposa, que era hermana de los
maestros Lorenzo, Manuel Pérez etc. Sus hermanos eran Domingo, Rufino,
Carlos, Ceíta. Quica, Pepita, -la madre de Braulio-, Carmencito y de otras
que no recuerdo por no residir en Guía en aquella época.
Una vez terminada la contienda nacional, ingreso en la Policía Armada,
-hoy policía nacional-, siendo destinado a Barcelona, se distinguió en
varias acciones llevadas a cabo por este Cuerpo de la Seguridad de Estado
en la ciudad condal y zonas periféricas, cuando la situación en todo el
país pasaba por una situación muy complicada. La existencia de los maquis
refugiados en las montañas y la cantidad de delincuentes existentes de
toda índole hacía muy complicada la labor de tan distinguido Cuerpo.
Sin embargo Paco Bautista supo estar a la altura de las circunstancias
y destaco elocuentemente dentro del mismo.
Por esas fechas se dedico a la practica de la lucha libre, dentro de la
cual hizo una carrera meteórica dada las grandes cualidades físicas que
poseía para desarrollar con elocuencia el ejercicio de la misma.
Residiendo en la península se llego a enfrentar con los mejores luchadores
existentes en esos momentos, -entre estos algunos campeones del mundo-,
con un resultado altamente positivo. La mayor parte de las peleas que
realizó en Barcelona y Madrid, en esta ultima en el recordado circo Price,
derrotó en buena lid por ko, a excelentes luchadores de orden
internacional, americanos, argentinos, mejicanos, canadienses, etc.
Residiendo nuevamente en Guía hizo muchos combates en la gallera del
cine Cuyas, en Las Palmas allí se enfrento a los más "granado" de los
gladiadores combatientes, que se paseaban por los rings del mundo,
combatió, con Oses, Saludes, los hermanos Chandón, que eran campeones del
mundo, el mejicano Rivero, varios argentinos que eran extraordinarios
luchadores, entre los que destacaba en enmascarado de Plata y muchos más,
ni que decir tiene que a casi todos los derrotó haciendo otros combates
nulos.
En su gimnasio del Parralillo, enseño a luchar a José Álamo conocido
por Seito, que compaginaba la lucha libre con la canaria, posiblemente el
mejor alumno que tuvo como quedo demostrado en las muchas peleas que gano,
Jacinto Quesada, Pepe el Viera y otros. Con motivo de las fiestas de la
Virgen hacía exhibiciones, donde intervenía el y sus alumnos más
aventajados.
Años más tarde retirado ya de todos estos aconteceres, monto una
fabrica de lejía, y se dedico a venderla como mayorista por los comercios
de la toda la comarca. Tuve el placer de conocerle bastante bien pues como
era un gran amigo de mi tío Pepe el herrero, solía visitar la casa de mis
tías. Como tal también asistía a los grandes festines que mi tío citado,
hacia en la herrería donde mataban cabras, gallinas, conejos, etc., y
donde la asistencia de féminas de dudoso comportamiento asistían también
con mucha frecuencia.
Paco el del Parralillo, fue un caballero en toda la extensión de la
palabra, educado, servicial, atento, en fin que fue una persona
maravillosa. Cuando le visitábamos en su casa, nos servía de todo, pero a
mi lo que más me gustaba era la leche recién ordeñada con buen gofio de
millo. Paco dado su estimado y elocuente currículum debe figurar con
letras de oro entre los personajes populares de mi pueblo.
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