Mis conversaciones con Enrique Saavedra Galván, hace algunos años en el
Casino de Guía, tenían una enorme relevancia y de él aprendí mucho. Su
sapiencia en algunas de las cuestiones que tratábamos eran verdaderamente
enriquecedoras y me han servido para recordar y ampliar los conocimientos
de algo tan importante que hoy me permito exponer aquí con la denominación
de la "Influencia guíense en la milicia española". El cómo oficial
provisional que fue, tenía con su verbo fácil la explicación más veraz y
contundente en esta materia. Sus grandes e interesantes exposiciones me
indujeron a investigar sobre algo, que resulto ser tan real y elocuente
como el me decía.
En nuestras entretenidas y largas charlas solíamos hablar sobre muchas
cosas de Guía, pero la que más me impactó fue sin lugar a dudas esta que
expongo, que le dan a mi pueblo notoriedad y una arrogancia infinita,
aunque posiblemente la invocación del tema no sea del agrado de muchas
personas -dadas sus ideologías-, pero mis convecinos que fueron los
verdaderos actores de lo que aquí cito –fallecidos casi todos- tal vez
agradezcan - donde se encuentren o al menos sus familiares-,
mi reconocimiento más efusivo que tal vez muchos guienses compartan
conmigo.
Enrique Saavedra me manifestó muchas veces la grandeza de Guía en estas
lides, y argumentaba que proporcionalmente a su número de habitantes,
nuestro pueblo fue el que más oficiales y suboficiales provisionales
aportó a la cruzada española, por el bando nacional –definición esta
ultima, hoy proscrita por los intereses de los que gobiernan a España-,
pero que no me infunden ningún temor ya que la historia escrita esta y no
se atreverán a cambiarla.
Hacía un recorrido por nuestras calles e iba citando nombres de
nuestros ciudadanos que ostentaron estrellas y galones, correspondientes a
cada una de ellas. Sería muy engorroso para mi así hacerlo, por eso voy a
limitarme a dar sus nombres con mi mayor respeto y consideración. Ya en la
reunión que el General Franco mantuvo con los jefes y oficiales de la
guarnición canaria en el Monte de la Esperanza, días antes del alzamiento,
figuraron paisanos nuestros y otros personajes que no siendo de Guía
estuvieron siempre muy vinculados a nuestro pueblo, por haberse casado y
haber residido hasta su muerte en el noble terruño guiense.
Así por ejemplo, José Samsó Henríquez, que finalizo su carrera militar
como General Auditor Togado en la Capitanía General de Cataluña, Román
León Villaverde, que terminó su singladura como General de División,
Gobernador Militar de Las Palmas, Manuel Fernández-Oliva y Pérez, conocido
por el Capitán Oliva –que incluso fue Alcalde de Guía-, natural de La
Orotava, y Antonio Sarmiento, capitán también natural creo recordar que de
Tejeda. Una vez iniciada la guerra, se fueron incorporando a la misma una
verdadera pleyade de jóvenes estudiantes universitarios debidamente
acreditados y otros con sus carreras ya terminadas, que en la academia de
Dan Rifien, en el Marruecos español, se hicieron oficiales y suboficiales,
partiendo posteriormente hacia el campo de batalla, donde se ejercitaron
mandando diferentes tipos de unidades. Unos siguieron la carrera militar e
hicieron el periodo de transformación, otros no. Recordar a Luís Lodos y
Sainz de Urturiz, que con el grado de sargento al mando de una sección de
ametralladoras termino con la inicua resistencia republicana en Guía, que
culmino su trayectoria militar como General de Brigada y condecorado con
la Medalla Militar Individual de Primera Clase -que le fue otorgada como
consecuencia de una heroica acción de guerra manteniendo el solo una
posición hasta que llegaron las tropas de refuerzo-, mientras que la
patrullera de altura "Arcila" desde el mar bombardeaba la montaña de
Ajodar intimidando a los vecinos de los dos municipios, que aterrados
sacaron banderas blancas.
Citar aquí a tan grandilocuentes paisanos, me produce una gran emoción,
a la vez que me imprime el noble sentimiento de reconocimiento hacia
ellos, y los voy a citar si darles un orden alfabético, sino según los
vaya recordando: Antonio Rodríguez González, Pedro Rodríguez Pérez,
Eugenio Estévez Pérez, Eugenio Guerra Galván, Cayetano Guerra Alemán, José
Aguiar Pérez –conocido por Fefo-, Enrique y Blas Saavedra Galván, Antonio
Mauricio Padrón, José Bolaños Suárez, Isidro Blanco Hernández, Juan Díaz
Moreno, Virgilio Hernández Rodríguez, Justo Vega Díaz, Francisco León
Mauricio, Félix Marcelo, Maximiliano Domínguez García, Francisco Ossorio
Rodríguez, Manuel Hernández Rodríguez, José Baldellón Guerra, Gerardo y
Manuel Estévez, Francisco Álamo, José y Salvador García Alvarado, y otros
jefes, oficiales y suboficiales, que con motivo de disponer Guía, primero
de Regimiento y posteriormente de un Batallón, vinieron destinados a los
mismos y contrayendo nupcias con jóvenes del pueblo se quedaron a vivir en
el mismo, caso de Santiago Bañolas Pasano, Francisco Pisos Echave,
Justiniano Ojeda García, el coronel Baldellón, Vicente Barea Mota, Juan
Márquez, etc.
Actualmente, pero ya en la reserva, tenemos a Jesús Pérez González,
Coronel-Jefe que fue del Regimiento de Infantería Canarias 50, al Alférez
de Navío Raúl Santana, al Capitán de Fragata Julián Regalado Repilado,
-casado en Guía- y todavía en activo, al General de Brigada del Ejercito
del Aire Javier Lodos García, y a tantos otros a los cuales no recuerdo
pero que existieron dotando a Guía de una grandeza e hidalguía de las que
ningún otro pueblo puede presumir.
Mi querido y estimado pueblo tiene en su haber una grandilocuente
historia, como he dicho muchas veces, y remontándonos a su fundación por
el noble Sancho de Vargas y Machuca, en su escudo o blasón se hace patente
el tan elocuente significado de un grandioso pasado que los guienses
deberíamos preservar aunando nuestros esfuerzos para que cada día la
realidad de este pueblo se convierta nuevamente en lo que fue, símbolo y
referencia de todo el norte de Gran Canaria.
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