sbado, 11 de julio de 2009
PSICOGRAFÍAS
“No dejamos de ser unos personajes que se interpretan a sí mismos”

Autobiografías

Santiago Gil

 
Si nos viéramos de lejos, también nos reconoceríamos en la ficción. En el fondo no dejamos de ser unos personajes que se interpretan a sí mismos; a veces en hilarantes comedias, y otras en tragedias que nos tienen todo el santo día llorando por las esquinas. Nosotros creamos personajes y les damos vida en un libro, en una película o en una obra de teatro, y muchas de esas creaciones, al paso del tiempo, acaban siendo más reales y más recordadas que las vidas de sus coetáneos de carne y hueso. Podría poner muchos ejemplos, pero ahí están Don Quijote o Madame Bovary, más reconocibles que la mayor parte de los que asistieron a su nacimiento literario, y, en muchos casos, más reconocidos incluso que Cervantes o que Flaubert. Si lleváramos al papel o al celuloide nuestras propias vidas, probablemente seríamos más recordados que por hacer la declaración de la renta o por cumplir con nuestra jornada laboral. Al leernos también formaríamos parte de esa ficción que comentaba al principio: no puedes olvidar nunca que en las autobiografías hay mucho de recreación interesada, tantas mentiras y tantas recreaciones interesadas como requiere cualquier argumento para resultar creíble.

No forma parte de nuestra tradición literaria la lectura de biografías o de autobiografías, pero en el mundo anglosajón son lo más fetén y lo más solicitado por los lectores. Recuerdo pocos libros tan fascinantes como las memorias de Mark Twain o como los diarios de John Cheever, por citar dos de los grandes escritores, en este caso norteamericanos, de todos los tiempos. En castellano también recuerdo autobiografías memorables, aunque casi siempre han pasado desapercibidas. Ahí están, por nombrar un par de ellas, las de Neruda, Fernán Gómez o Caballero Bonald. O las impagables entregas anuales que nos regala Andrés Trapiello con su Salón de pasos perdidos. Todos ellos se miraron o se miran a sí mismos como personajes, y como tales bucean en sus recuerdos y en sus momentos más trascendentales. Cada uno de nosotros también ha ido escribiendo su propia novela a medida que ha ido viviendo. Las habrá más aventureras y más comedidas, más alocadas y más responsables, y con mayor o menor suerte a la hora de elegir los amores, los amigos y hasta los lugares donde ir pergeñando las vivencias cotidianas. Lo que sí que tendrán todas es una autenticidad reconocible y trascendental. Al fin y al cabo contarán las peripecias de personajes irrepetibles, mortales y casi milagreros. Siempre será grandioso ese libro, como mismo lo es cada día que te escribes desde que sales de la cama. Si te miraran desde lejos también tú serías una recreación inolvidable.

CICLOTIMIAS

Nunca te alejarás. Incluso cuando ya no estés seguirás quedándote en el eco de todas las palabras que fuiste pronunciando.



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PUBLICADO EN CANARIAS7


Modificado el ( sbado, 11 de julio de 2009 )