jueves, 18 de junio de 2009 | |
La Fiesta del Corpus en Guía Cuando el verano se nos echa encima, los estudios están a punto de acabar y los planes de vacaciones se amontonan por todas partes, hay una fiesta que nos convoca a todos,(mayores y pequeños), es la fiesta del Corpus o de las alfombras, una fiesta de entrañable tradición en el corazón y en la vida del pueblo guiense. A ella le quiero dedicar este escrito que, más bien, es un reclamo que me sale del alma y que necesito manifestar, gritar, proclamar en defensa de los sentimientos vecinales en los que se mezclan la nostalgia, la fidelidad, la fraternidad y la identidad de un pueblo que siempre se distinguió en estas fiestas del Corpus. Volvemos a ser convocados para la confección de las alfombras dedicadas a Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, otra vez algunas asociaciones de nuestro pueblo se esmeran para que las alfombras tengan el esplendor; pero esta vez, en el Corpus del año 2009, sólo cinco intentan cubrir el tramo que recorrerá por la tarde la solemne procesión. Los vecinos se dan su vuelta, como siempre, para recrearse en las alfombras hechas con mucho afán y cariño desde la noche anterior. Intento retornar al pasado y en los recuerdos se amontonan aquellas fiestas del Corpus que a todos los que las vivimos dejaron una huella profunda, una marca en la que se quedaron los colores del entusiasmo, la alegría, la familiaridad, la devoción de los queridos hijos de Santa María de Guía. En una tierna mirada al pasado veo tantas cosas, tantos detalles de estas fiestas que no, los puedo callar. Necesito hacer un recorrido por nuestras calles, por nuestros vecinos, por las instituciones, por los acontecimientos; necesito porque es de justicia devolver al pueblo lo suyo, sus costumbres, sus esfuerzos, su identidad. En nuestro pasado recuerdo, veo y siento, el ardor, el afán, la colaboración y la mirada hacia adelante de un pueblo unido, de unos vecinos que se querían, que buscaban, proyectaban y conseguían lo que se proponían porque “allí estaban todos”; con que ilusión preparaban las alfombras y demás detalles para dar el esplendor que la fiesta merecía, llevando a la práctica aquel famoso dicho que en las familias los mayores repetían y que dice así: “Hay tres jueves en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Cristi y el día de la Ascensión” En la mirada al pasado veo todas las calles principales de Guía, desde el Siete hasta San Roque, adornadas de flores, de coloridos, de un olor especial a salvia; eran aquellas alfombras que se proyectaban con bastante antelación, en las que todos los colectivos, ( vecinos, colegios, asociaciones religiosas y culturales…), preparaban con serrín y flores que los vecinos y los colegios se encargaban de recoger el viernes anterior para quedar el sábado hasta las tantas de la noche deshojándolas en aquellas cestas enormes que ilusionados llenábamos entre cuentos, cantos, algarabía y, sobre todo, amistad, encuentro, acogida, colaboración y unión…en casa de Susita la acogedora costurera, en las catacumbas, en la casa de Fernando Guerra, o en cualquier otro lugar donde la acogida y la fiesta era una agradable realidad. Recuerdo aquel grupo de muchachos de nuestro pueblo, nuestros hermanos, nuestros amigos… que ilusionados salían en un camión al mando de D. José Moreno Molina, desde muy temprano hacia nuestras cumbres para buscar la salvia que daría el colorido y el típico olor a nuestras alfombras. Desde luego, ese domingo, nadie se quedaba en casa, mayores y pequeños estaban haciendo las alfombras, o buscando el serrín y las flores, o regándolas hasta bien entrada la tarde para que no se secaran. Todo un ejemplo de pueblo, de fraternidad, de fe y adoración al Cuerpo y la Sangre de Cristo, algo que se hacía más palpable en la procesión. Hoy siento, entre pena y desconcierto, la gran apatía que existe respecto a estas fiestas, incluso se posponen a otros eventos efímeros, materialistas y consumistas. No sé ni quiero culpar a nadie, pero sí es momento de devolverle a estas fiestas su categoría y esplendor, o no celebrar nada, porque la tibieza, lo que se queda a medias, no conduce a nada. Entre todos: parroquia, ayuntamiento, vecinos podremos lograrlo. Que realmente la fiesta del Corpus sea de todos, sin protagonismos, sin divisiones, sencillamente un movimiento vecinal que nos devuelva nuestra identidad y ese domingo, por la mañana se sienta esa unión y alegría en todo el pueblo y que esto nos haga adorar al Señor en los más pobres, en los más abandonados, en los más solos, en aquellos que han perdido su dignidad para que la recuperen, en una mesa común donde nadie sea extraño de nadie, sino que todos no llamemos hijos de la paz.. Vecinos, Guía se lo merece y nuestra madre Santa María de Guía se alegrará. Que las bendiciones de Dios caigan sobre todas las personas. Apostemos y soñemos con un futuro mejor. GLORIA BETANCORT BRITO Junio de 2008 |
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Modificado el ( mircoles, 24 de junio de 2009 ) |