lunes, 24 de noviembre de 2008
PSICOGRAFÍAS
“Desde que el hombre pone la mano sobre un objeto transforma su materia”

El pintor

Santiago Gil


Cada despertar lleva consigo un renacer. Nos levantamos, nos lavamos la cara, preparamos un té o un café y salimos a la calle sin darnos cuenta de que estamos formando parte de un gran milagro. La vida, como tal, cada vez cotiza menos. Lo que manda es el papanatismo y trabajar de sol a sol para pagar hipotecas y poder financiar planes de pensiones. Llegamos a la cama y nos refugiamos en la radio para no pensar en nada. Pero en medio de todo ese proceso de despilfarro diario también nos podemos encontrar con la magia de unos colores que hace que brillen nuestros ojos y que parezca que esto consiste en algo más que en una sucesión interminable de días insulsos y casi siempre repetidos.

El arte puede servirnos para ganarle la partida a esa competición cainita y absurda en que se ha convertido nuestra existencia. Cada cuadro que se pinta, cada poema que se escribe, cada melodía que toca la fibra sensible de alguien que andaba medio muerto es un triunfo contra la mentira y los falsos cantos de sirena. La salvación comienza por la creación y por la revolución de los sentidos. Sólo recuperando la esencia de nuestra vida podremos salvarnos. Nuestra mortalidad inevitable y azarosa no se merece un argumento tan prosaico y tan poco hedonista como el que estamos protagonizando en estos tiempos. No perdamos un solo día más regalando tiempo a la estulticia.

No sé si se pinta por amor o desamor, con ganas o con desgana, con la mente concentrada en lo que se está haciendo o con la imaginación perdida en otros sueños y otros mundos alejados de este mundo. Supongo que sólo quien traza los contornos y elige los colores sabe lo que está haciendo, y si no lo sabe lo imagina, o lo presiente. Asomarnos a las formas que nos regala el artista es asomarnos a otra dimensión, a otra forma de interpretar y de ver la realidad. No creo que todos veamos lo mismo mirando el mismo objeto o la misma composición pictórica. Tampoco creo que veamos lo que vio el pintor cuando fue creando su obra. Dentro queda la magia, el proceso creativo que fue generando las formas, la urdimbre que no se ve y que sin embargo es lo que diferencia cualquiera de esos cuadros de una calculadora fabricada en serie. Desde que el hombre pone la mano sobre un objeto, tanteando, buscando o rehaciendo, transforma su materia. Ya nada es lo mismo que había antes. Cada paso que damos sobre la arena va dejando nuestra huella dibujada por la orilla. Da lo mismo que luego venga la marea a borrarla haciendo olvidar todos nuestros pasos. También el artista sabe de antemano que todo es olvido y que más tarde o más temprano el arte también será vencido por el tiempo; pero cada huella y cada trazo que va dejando se convierte en un motivo para seguir sobreviviendo. Por eso pinta; gracias a eso sobrevive.

CICLOTIMIAS

Las olas iban y venían, pero jamás cometían la torpeza humana de salir del agua.



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PUBLICADO EN CANARIAS7


Modificado el ( lunes, 24 de noviembre de 2008 )