lunes, 18 de agosto de 2008
PSICOGRAFÍAS
“Una Olimpiada lleva a otra Olimpiada”

Olímpicos

Santiago Gil

 
Aparecen cada cuatro años como si fueran cometas cíclicos que atravesaran nuestros televisores para recordarnos que siempre termina pasando más o menos lo mismo. Una Olimpiada lleva a otra Olimpiada, lo mismo que un Mundial de fútbol lleva a otro Mundial. Recordamos las gestas, pero realmente eso no es más que una martingala para ubicarnos y reconocernos a nosotros mismos. Cada Olimpiada tiene un lugar de veraneo, unas imágenes de televisión, unos exámenes para septiembre o un día de playa que en el recuerdo siempre parece que duraba más que estos días de playa. Yo creo que Cubertain puso en marcha los Juegos Olímpicos modernos para que pudiéramos agarrarnos a algo cada cierto tiempo y para que no termináramos totalmente desnortados. A veces lo de menos es la prueba atlética o el piragüista que se empeña en agujerear el agua con una pala. Nosotros sólo estamos pendientes de nuestras referencias, del tiempo que ha pasado desde que nos manteníamos despiertos hasta las tantas para ver a Epi, Corbalán y compañía en Los Ángeles o de cuando Nadia Comaneci deslumbraba al planeta teniendo casi la misma edad que nosotros. Y de todo eso, como decía el poeta, hace ya más de veinte años.

Pero lo más paradójico de cada Olimpiada es la importancia que le damos a deportes que durante cuatro años nos importan una higa. El pobre deportista que se entrena cada día lanzando una jabalina o esgrimiendo un florete nos importa lo mismo que la última petardada de la Jesulina o que la musaraña del Cáucaso, siempre y cuando haya musarañas en el Cáucaso. Ya puede batir el récord del mundo o ganarle al Maradona de la esgrima que no nos detendremos en el breve del periódico que recoja la noticia. Tres cuartos de lo mismo pasa con el taekwondo, el judo o la mismísima natación. Debe resultar muy frustrante esforzarte a diario para que sólo te hagan caso cada cuarenta ocho meses. Eso sí, desde que nos encienden el pebetero ya controlamos de nuevo el récord mundial de los cien metros brasa o los equipos favoritos para ganar en hockey hierba o en ping pong. La verdad es que somos unos tipos curiosos, sobre todo cuando nos sentamos delante de la tele a ver cómo se desloman los demás. Pero no te engañes, lo único que haces cuando te paras a ver los lanzamientos de jabalina es pensar en ti y en el paso del tiempo. Si no existieran las Olimpiadas nos faltarían asideros para poder agarrarnos de vez en cuando a nosotros mismos. Reconoce que según se apaga la antorcha a ti lo que haga el piragüista o el saltador de trampolín te importa un pimiento.

CICLOTIMIAS

La madurez consiste en saber que hay batallas que no ganan ni la razón ni la ternura. Consiste en saber perder a tiempo y en plantar ilusiones nuevas lejos de las botas que pisaron nuestras ilusiones anteriores. Quien ha crecido en el mar haciendo castillos de arena entiende perfectamente lo que quiero decir.


Esta direccin de correo electrnico est protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla


PUBLICADO EN CANARIAS7


Modificado el ( domingo, 17 de agosto de 2008 )