Polo |
domingo, 08 de abril de 2007 | |
Polo
En la Atalaya de GuÃa habito un personaje durante muchos años llamado Hipolito, pero al que todos los vecinos de mi pueblo llamaban cariñosamente "Polo". Por Juan Dávila Su complexión fÃsica era la de un ser normal, más bien bajo, regordeto y que siempre lucÃa una risita hasta cierto punto bastante "jodelona" ya que a pesar de sus limitaciones psÃquicas solÃa tener muy mala leche. Era habitual observar en su indumentaria la boinilla que siempre llevaba encasquetada en la cabeza. Mis recuerdos de este ser se iniciaron en los años cuarenta y lo perdà de vista, cuando siendo muy joven me incorpore a mi destino en el Telégrafos del Estado en Las Palmas, allá por los años cincuenta y algo. Era notorio siempre verlo con su cachimba atravesada y jalando y jalando por ella para que no se le apagara. Cuando se cabreaba por algo que le hicieran era muy mal hablado, una de las palabras mas comunes en su vocabulario, era el de llamar a cualquiera, -h….de…p-. Cuando iba a darles las quejas a nuestros padres de alguna perrerÃa que le hacÃamos lo que solÃa ocurrir con relativa frecuencia, tocaba en la puerta correspondiente y a quien le abriera la misma fuera hombre o mujer niño o niña, le espetaba, -Vds., son todos unos h….de….p, su hijo me hizo tal cosa-, y posteriormente más calmado les decÃa que le dieran algo, dinero, comida, etc. Dentro de esa forma de proceder era una buena persona, su problema radicaba en las pocas luces que tenia. Polo represento un icono de enorme importancia entre nuestros personajes, no era brillante y como se podrá suponer nada inteligente todo lo contrario, pero tenia una forma de vivir muy original. Paco Rivero (qepd) lo acredito como modelo en las muchas fotografÃas que le hizo. En los años gloriosos del fútbol norteño, donde tenÃamos en GuÃa dos extraordinarios equipos, el mÃtico Tirma en el casco y el GuÃense en la Atalaya, la rivalidad era evidente, y cuando se enfrentaban ambos clubes, nuestro Polo se sentaba en la primera fila de las gradas del campo y de manera elocuente le daba ánimo, lo mismo a uno que a otro, su cortedad imaginativa no le permitÃan discernir a cual de los dos por lógica debÃa animar más, su cabeza se convertÃa en un impresionante galimatÃas al respecto. Cuando finalizaba la contienda se ponÃa, junto con muchas mujeres gentes, mujeres, -sobre todo-, a increpar a la gente de GuÃa –pueblo-, que nos habÃamos acercado hasta la Atalaya a presenciar la misma, al le daba igual quien hubiese ganado, se limitaba hacer lo que oÃa y veÃa, y cuando pasaba el vehiculo donde iban los jugadores del Tirma, imitando a sus compañeras, los insultaba e incluso le arrojaba piedras, empleaba el sistema loristico de repetir cuando veÃa y oÃa. El comportamiento de Polo no emanaba de los malos tratos o abandono que sus familiares tuvieran con el, me consta que sus hermanos y sobrinos todos lo atendÃan con afecto y cariño, prueba evidente de ello era que siempre estaba limpio y sus ropas en bastante buen estado y muy aseadas. Polo al igual que otras personas disminuidas psÃquicamente, era asà y nadie lo podÃa cambiar. Mi tÃo Pepe el herrero lo agasajaba mucho, y como el pobre perdÃa sistemáticamente la noción del tiempo, solo se iba para la casa cuando anochecÃa, este –mi tÃo-, le ponÃa de comer y lo defendÃa de los abusos que algunos desaprensivos intentaban cometer con el. Recuerdo también que mi madre, sobre todo a horas de la mañana viéndolo pasar por delante de mi casa en la calle Médico Estévez, lo llamaba y le daba café con leche y galletas. Polo era muy agradecido y jamás olvidaba a las personas que le hacÃan bien y las recordaba siempre con afecto, al igual que detestaba a los que le hacÃan daño o lo molestaban. Casi amanecÃa en el pueblo, y todo su afán era estar entre el bullicio de la gente, con el fin de observar socarronadamente las cosas que hacÃan para el posteriormente intentar, al menos, hacerlas igual. En su vida nunca hubo mayor protagonismo era sencillo y humilde, pero como personaje pintoresco de mi pueblo estimo debe figurar como tal en la historia del mismo. --------------- Juan Dávila-GarcÃa Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla Julio 2006. |
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Modificado el ( lunes, 24 de agosto de 2009 ) |