El fatídico accidente de 1898
domingo, 08 de abril de 2007
El fatídico accidente de 1898
De cuando un hombre cayó desde la torre de la Iglesia de Guía


Por Alejandro C. Moreno y Marrero.

Desde tiempo inmemorial, entre los vecinos de la ciudad de Santa María de Guía, se ha transmitido de forma oral la noticia de un terrible suceso que conmovió hacia finales del s.XIX a todo el pueblo guiense.

Se trataba de una antigua historia que siempre había escuchado comentar a mi abuela acerca de un señor que cayó en extrañas circunstancias desde una de las torres de la iglesia de Santa María de Guía. Sin embargo, dado que nunca se encontró documento alguno que atestiguara lo ocurrido, se desconocía si se trataba de una página negra de nuestra historia chica (historia de nuestro pueblo y sus gentes) o, por el contrario, simplemente respondía al argumento de una leyenda popular (narración de sucesos fabulosos que se transmiten oralmente como si fuesen históricos).   

Por desgracia, hoy, tras un arduo trabajo de investigación, estoy en disposición de afirmar -con total y absoluta seguridad- que mi querida abuela estaba en lo cierto, pues, según he podido averiguar, el Domingo 20 de marzo del año 1898 D. Rufino Bautista Aguiar caía al vacío desde la torre del Templo Parroquial de la ciudad de Guía de Gran Canaria encontrando la muerte en el acto.

Así, el Diario de Las Palmas del lunes 21 marzo de 1898 expresaba:
 
“En la mañana de ayer ocurrió en la ciudad de Guía una sensible desgracia que hemos sentido vivamente. Después que oyó la misa en la parroquia nuestro infortunado amigo D. Rufino Bautista Aguiar subió a la torre de la iglesia y se asomó a un de las ventanas del segundo cuerpo con objeto de ver una finca que cultivaba, pero habiéndose inclinado más de lo natural, le faltó el apoyo de una de las tablas en la cual se sujetaba con una mano y cayó a la calle desde aquella altura, quedando muerto en el acto. A su angustiada familia en la cual tantas amistades tenemos, y en particular a su hermano político nuestro querido amigo facultativo D. Salvador Monagas, acompañamos en su profundo dolor. D.E.P”.

Ante lo expuesto, poco más habría que añadir. Este fue, sin duda alguna, uno de los sucesos más conmovedores que tuvieron lugar en el municipio de Guía de Gran Canaria. Se dice que “cualquier realidad supera a la mayor de las ficciones” y esta, muy a mi pesar, desafortunadamente se configura como un claro ejemplo de ello. 

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Modificado el ( domingo, 04 de noviembre de 2007 )