Bernardo Dávila |
domingo, 25 de marzo de 2007 | |
Bernardo Dávila
Por Juan Dávila-GarcÃa Bernardo Dávila Ossorio, conocido por todos como "Bernardito el practicante", tuvo para GuÃa un comportamiento ejemplar. Su profesionalidad y su caballerosa forma de comportarse hizo que siempre fuera admirado y estimado por todos los guienses. Hijo del maestro Pancho Dávila Suárez y de Lele Ossorio, desde muy joven comenzó a trabajar en la barberÃa que su padre tenÃa en la casa de Salvador Galván, donde más tarde residió el Banco de Bilbao; junto con él trabajaban en la misma sus hermanos, Juan Francisco, Alberto y los primos Juan –mi padre- y mi tÃo Antonio. A mi padre siempre le "molo" lo de ser practicante, y a tal efecto curso la documentación pertinente para asà serlo, debiendo hacer las practicas en el Hospital de San Roque. Un dÃa visitaron la peluquerÃa los doctores Don Salustiano Estévez y don José Blanco, para comunicarle a mi padre que habÃa sido aceptado para iniciar las practicas. Mi padre viendo el gran interés que su primo Bernardo sentÃa por tal profesión, gustosamente le cedió todos los beneficios que les habÃan sido otorgados al respecto, renunciando asà a la ilusión de su vida. Estimo que Bernardo se lo agradecerÃa, asegurarlo serÃa mentir, pues nunca tuve constancia de ello, pero siempre se llevaron más como hermanos que como primos.
A Bernardo Dávila, le adornaron otras facetas durante su vida además de la practicante, -ATS, DUE, como se le denomina hoy a esta carrera-, fue un insigne músico, y un elogiado peluquero, como tal destaco brillantemente en su tierra natal, GuÃa. Formo parte de la banda Municipal, destacando en la misma como un buen interprete con la trompeta, fliscornio, etc., pero donde lucio con elocuente relevancia fue con el cornetÃn, instrumento este, de la tesitura de la "trompeta", pero más pequeño y con un sonido mucho más agudo, con los cuales hacÃa unos solos de la diferentes obras que la banda interpretaba. Me comentaba mi padre que con motivo de las fiestas de la Virgen, arribo a GuÃa la extraordinaria banda Militar del Regimiento de InfanterÃa 50 de Las Palmas, aproximadamente en el año 1926, para dar un concierto juntamente con la de mi pueblo, que estaba formada en esa época por una grandilocuente pléyade de insignes músicos. De manera alternativa fueron actuando pero le toco cerrar el ciclo de conciertos a la de GuÃa, que interpretando el "Sitio de Zaragoza", hizo que Bernardo con su cornetÃn surgiera desde lo alto de viejo edificio del casino, haciendo el solo del toque de la "genérala", con una brillantez extraordinaria, lo que motivo que los "bigotudos" componentes de la militar, lo mantearan y lo pasearan a hombros por toda la plaza, en olor de multitudes. Bernardo, también fue un buen tocador de la guitarra, y formo en varias parrandas juntamente con sus hermanos Juan Francisco, Alberto, su primo Juan Dávila, Juan Jiménez, Eduardo Aguiar y otros. Una vez dedicado a su profesión de practicante obvio totalmente la faceta musical que le habÃa adornado, jamás le oà tocar instrumento alguno, no se que pasarÃa por su mente, pero ni en sus ratos de ocio tomo una guitarra o el cornetÃn aunque fuera solo para distraerse, dio la sensación como si algo traumatizante le hubiera ocurrido al respecto borrando de su mente su afición y prestigio musical. Me comentaron que como practicante que fue durante toda su vida del Hospital de San Roque, compartÃa faenas sanitarias con el médico Cayetano Guerra Alemán. Estando ambos en el casino un dÃa jugando al domino o a la baraja, el conserje del mismo, creo recordar que se llamaba maestro Vidal y que tenÃa como ayudante a su hijo Juan, este hubo de llamarlos para que asistieran una urgencia en el citado hospital, a uno le llamo don Cayetano y al otro Bernardito, esto le valió a Juanillo, -como le llamaban todos en la institución-, una somanta de palos que le propino el padre, el cual le indico "que dentro del recinto del casino todos tenÃan el tratamiento de don, fuera cual fuera la condición social que revistiera al personaje en cuestión". A Bernardo Dávila, siempre le tuve un gran respeto y una gran estima, pero siempre le critiqué que cuando las elecciones de 1945 se arrimara a los caciques del pueblo en contra de la candidatura de Juan GarcÃa Mateos, siendo como habÃan sido siempre amigos; esta forma de proceder se la criticaron muchos ciudadanos de GuÃa, recuerdo que mi padre lo comentaba en mi casa con verdadero pesar y tristeza. Le cupo el honor de ser uno de los primeros que trajeron a GuÃa, su propio coche, un Fiat, creo recordar, con unas lÃneas modernas, que nada tenÃan que ver con los antiguos taxis y piratas existentes, además de otros con unas estructuras muy antiguas, era un vehiculo de cuatro puertas, cómodo y muy versátil, hacer constar que le ayudo mucho en el ejercicio de su profesión, pues diariamente se tenÃa que recorrer todo el pueblo, mañana y tarde para llevarla adelante. Bernardo Dávila, o Bernardito el practicante como le llamaban cariñosamente la gente de mi pueblo, siempre se manifestó como un personaje caritativo, siendo muy proclive ayudar a sus convecinos, y esto le valió el reconocimiento y el cariño que la gente de GuÃa siempre le tuvo, su entierro constituyo un acto multitudinario, muchas personas les despidieron con lagrimas en los ojos, se habÃa hecho merecedor de ello. Llego a ser Presidente del Colegio Oficial de Practicantes y ATS de la provincia de Las Palmas. Juan Dávila-GarcÃa Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla Agosto 2006. |
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Modificado el ( lunes, 24 de agosto de 2009 ) |