martes, 04 de agosto de 2015 | |
El último viaje de Luján Javier Estévez Creo
que tenemos una deuda con Luján. Creo que la producción artÃstica del
imaginero guiense merece hacer el viaje que el escultor no hizo nunca en
vida. Y creo que ya va siendo hora de que desde Canarias se organice
una exposición antológica de Luján en Madrid, epicentro cultural del
paÃs, o en Sevilla, como capital de la imaginerÃa procesional o en
Murcia, región de donde procedÃa Blas Sánchez Ochando, quien vio en el
artista guiense a un potencial Salzillo al descubrir, siendo aún niño
Luján, sus innatas aptitudes como artista.
Gracias al trabajo del cronista Pedro González-Sosa sabemos que Luján Pérez nunca estuvo en la penÃnsula. Ni becado por Carlos III en su niñez como creyó la tradición popular ni en su madurez. Visitó Tenerife varias veces y el único viaje que hizo fuera del archipiélago fue a Cuba. QuerÃa ver una máquina ingeniada para moler caña de azúcar. No viajó más. Hay una anécdota que revela el potencial interés que tendrÃa una exposición de su obra en la penÃnsula. En el verano de 1987, en Madrid, comenzó a circular el rumor entre los restauradores de que en los talleres del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura se estaba restaurando un Cristo de una belleza excepcional. Una efigie tallada en pino canario, con una anatomÃa perfecta, enjuta y maravillosamente dramática, a pesar de la serenidad que arrostraba la cabeza inclinada. Era la talla del Crucificado de la Vera Cruz, de Luján, que tuvo que viajar a Madrid para que arreglaran los desperfectos sufridos como consecuencia de una desgraciada caÃda que tuvo durante la Procesión del Viernes Santo del año referido. Los expertos que desfilaron por el taller pudieron contemplar in situ la obra del artista guiense que gracias a una delicada intervención habÃa podido, al fin, salir del archipiélago y alcanzar la capital cultural y polÃtica del paÃs. Lo que nunca pudo hacer su autor. Creo que saldar esta deuda histórica es un acto de justicia con el artista. Quizás sea justicia poética, pero es de justicia al fin y al cabo. Patrocinar, doscientos años después de muerto, el último viaje de Luján. |
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Modificado el ( miércoles, 05 de agosto de 2015 ) |