domingo, 16 de septiembre de 2012
Crónica de la Rama y de la Romería de Las Marías 2012

LA ROMERÍA
Domingo 16

Celeste Moreno lo tiene claro: la Romería de Las Marías de Guía es diferente, con un componente sentimental que no se ve en ningún lado. Junto s su hija, Claudia que con su tambor participaba en el grupo de Tocadores, aguantaba el sol de justicia que este domingo  caía sobre Santa María de Guía, en espera de ver salir a la virgen.

Como ella, centenares de vecinos, ataviados con nuestro traje típico, esperaban en los aledaños de la  iglesia, ese momento mágico en el que la Virgen traspasa las puertas del templo, las campanas repican sin parar, desde lo alto cae una lluvia de papeles verdes  que simboliza el final de la plaga de cigarras, y los tambores y caracolas intensifican su sonar, en un momento único en el que Guía es puro sentimiento.

Ana no pudo controlar las lágrimas que a raudales caían por la cara, y como el suyo, eran numerosos los rostros embargados por la emoción del reencuentro con la Virgen de Las Marías, que este año vestía su deslumbrante traje verde bordado con doradas espigas.

Y es que el  cantar de caracolas y bucios durante toda la mañana, calentaba el  alma sensible de los guienses, que se desbordó cuando la Virgen salió, en medio de la  hermosa enramada, preparada con amor a base de los frutos de la fértil tierra.

Emoción y devoción se unen en un solo cuerpo en la Romería de Las Marías de Guía. Con devoción y con una contagiosa emoción estaban Flora  y Ángeles, que desde hace siete años, acompañan a la Virgen en su bella procesión, totalmente descalzas, sufriendo el ardor de los adoquines sin quejarse, porque el favor recibido merece la pena de ese sacrificio. Flora además, se acompañaba de un palo, adornado de figuras realizadas con migas de pan completadas con las alpargatas, para embellecer la promesa hecha a la Señora.

Junto al grupo de tocadores del Tambor y Cajas de guerra, iba, con tan solo dos años de edad, el pequeño Gorka con su  diminuto tambor de juguetes,  sin separarse de su padre Borja, tocador desde hace años. Gorka que desde que nació vive Las Marías en primera persona, iba ataviado con el traje canario que lució su padre cuando era niño,  y que ya tiene encima 33 años de Romería.

La hermosa procesión enramada de  la Virgen recorrió las calles del casco guíense, y cuando llegó  al final o al inicio, según se mire, de la calle Marques del Muni, se hizo la parada, para recibir la ofrenda del canto del grupo de Roberto y Bernardo, con el que se ensalza a Las Marías de Guía.

Cuando la Virgen llegó de nuevo a las puertas de la iglesia, comenzó con alegría la Romería. Desde El Lomo Guillén y la calle Alcalde Fernando Alonso de La Guarda, partieron las bellas carretas y calesas engalanadas  con los grupos de romeros.

La comisión de fiestas de Montaña Alta, con los vecinos del pago, no faltó a la cita romera, y en la carreta organizada por Toni Caballero, se desbordaba la alegría festiva, mezclada con los sabores gastronómicos que desprendían las papas arrugadas, los huevos duros, el pan con chorizo, dátiles y el siempre delicioso queso de Guía, regado todo con una fresca sangría.

En la carreta Es Nuestro Molino, porque todo el grupo de amigos participó en su confección, Pedro, atendiendo el brasero, explicaba que cada año se reúnen familia y amigos, llegados desde La Atalaya, Becerril, Sardina y hasta Playa del Inglés, porque la Romería de Las Marías es distinta a las que se celebran en toda la isla, y merece la pena vivirla y sobre todo, disfrutarla, en ese ambiente familiar y de amistad que cada año se forma en torno a la devoción a la Virgen.

Los tambores y caracolas enmudecieron hasta el próximo año, pero en su lugar, guitarras y timples sonaron durante casi toda la tarde, cantando como solo se canta en Santa María de Guía, cuando llega el día de la Romería de Las Marías.

Puedes ver una amplia galería fotográfica de la Romería de las Marías en este enlace >>

FUENTE: INFONORTEDIGITAL.COM



LA RAMA
Sábado 15



Los vecinos y vecinas de Guía, acompañados por cientos de canarios llegados de  distintos puntos geográficos de este archipiélago, hicieron el sábado 15 de septiembre el Camino Enramado que llega hasta la Virgen de Las Marías, renovando la promesa a la Señora.

Los devotos romeros subieron en guaguas desde el casco,  y sobre las cinco de la tarde, los tambores  se oyeron a lo lejos,  mientras las caracolas, sonaban claras y rotundas en la calurosa tarde, como respuesta al Tam Tam, que anunciaba la llegada de los vecinos de la Montaña Alta.

Desde Vergara se partió un año más llevando las promesas de frondosas ramas, como la de Francisco, que portaba un enorme ramo  confeccionado con plantas aromáticas y medicinales, y que no llegaría entero hasta los pies de la virgen, ya que  nunca niega el regalar las olorosas ramas a quien se lo pide a lo largo del trayecto.

Ernesto Bolaños, con cuatro añitos, afrontaba su segunda rama de Las Marías, partiendo también desde Vergara, algo molesto con el continuo explotar de los voladores  que resonaban con fuerza en el cielo azul de las medianías guienses.

Desde la montaña que  hace ya dos siglos acogió el voto perpetuo de agradecimiento a la Virgen, partía también María Eugenia Torrens, con unos 67 años casi recién estrenados y con el corazón emocionado, ya que cada año  hace el camino, en memoria de los seres queridos que ya se fueron. Devota de la Virgen de Las Marías, el esfuerzo del camino le servía también para pagar la promesa del bienestar de los nietos que nacieron hace pocos meses, prematuros, y que ahora están creciendo sanos y fuertes.

Con el corazón pletórico andaba Rosi Díaz, que desde hace quince años, desde La Orotava viene  con los amigos que se autodenominan, “ Grupo Vino Ron”, por lo del vino chicharero y el ron canarión, a  vivir y sentir las Fiestas de Las Marías. Con ella también venía su hijo Saúl, de siete años,  que vivió su primera Rama en la barriga de la madre, y desde entonces no se pierde una convocatoria de esta fiesta.

De soltero, Ramón Sosa, hacía el camino  y  de casado lo siguió haciendo, por lo que él solito acumula más de 45 años en La Rama de Las Marías. Este año fue acompañado de su mujer Sabina, su hija Verónica que la lleva unos diez años participando, otro hijo y su nieto. Toda la familia mostraba el firme propósito de llegar hasta los pies de la Virgen.

Demostrando la experiencia en senderismo, bastón en mano,  Ana y Saro, también se mostraban más que dispuestas a caminar las más de dos horas de trayecto, ya que llevan cuatro años participando en La Rama. Este año, no estaban del todo contentas, ya que se notó cierto descontrol en algunos jóvenes, que en su opinión, empaña la pureza de Las Marías de Guía.

Caracola en una mano y rama en la otra, Ricarda,caminaba con la alegría que da la devoción a la Virgen.

Y desde Vergara, con el sonido único que tiene la Rama de Las Marías, en ese cantar constante de tambores y caracolas, se llegó al Hospital de San Roque, donde la Banda  Vitamina Band, y los papagüevos,  se encargaron de amenizar el baile de la enramada

El cansancio del camino no impidió llegar hasta la iglesia, y cuando la Virgen traspasó la puerta de su templo, sonaron los aplausos, tambores y caracolas intensificaron su canto, y las frondosas ramas se agitaron con fuerza en el aire, simulando  el azote de las cigarras, para  que así  la Señora volviera a  bendecir a Santa María de Guía.

Ver galería fotográfica de la Rama en este enlace (INFONORTEDIGITAL.COM


FUENTE: INFONORTEDIGITAL.COM


Modificado el ( domingo, 30 de septiembre de 2012 )