martes, 15 de marzo de 2011
Querido Juan...
Homenaje a Juan Santana González

Manuel Mederos

Querido Juan Santana González. Cuando yo nací en Las Boticarias tú ya llevabas ocho años viviendo en Guía y cuando te conocí eras el alma de muchos jóvenes del pueblo. Toda nuestra vida giraba en torno a la residencia San Fernando que tú dirigías. Allí nos concentrábamos para entrenar en el equipo de voleibol, para jugar al fútbol, para saltar los monstruosos aparatos en los que entrenaba el equipo de gimnasia Juaquín Blume que tú creaste. Allí nos concentrábamos cada tarde para jugar al fútbol en el campo del barranco o para nadar en la piscina olímpica que tú ideaste para el pueblo. Allí nos reuníamos con los de Mogán que estudiaban en el Instituto de Guía y allí teníamos nuestros grupos de campamento, con los que aprendimos a caminar, a apreciar esta tierra nuestra y su naturaleza. En el Papona, el pequeño bar de la residencia, convivimos con extranjeros que nos contaban sus aventuras por todo el mundo, tomamos nuestras primeras cervezas, hablamos de las chicas que nos gustaban y fumamos nuestros primeros cigarrillos a escondidas. Era un pequeño universo creado por ti para nosotros, pensado para nuestro futuro.

Aquellos eran momentos de esfuerzo por las personas y su promoción. Fue tu empeño por comprometernos con la vida sana, con la naturaleza, con el deporte, con el estudio y el compromiso con la comunidad el que nos animó a muchos. En cada colegio una cancha, en cada cancha muchos balones, plintos, colchonetas... profesores. Aquellos sí eran tiempo para las personas. Eran momentos de construir, de compromisos, de empeños por abandonar la mediocridad, el olvido y el abandono. Eran tiempos de esperanza, de trabajo para construir una nación, una región y una isla, Gran Canaria. Estuviste en la constitución de esta comunidad como asesor de la Junta de Canarias y apañaste muchos acuerdos para las transferencias de cultura y deportes. Estuviste en el Cabildo de Gran Canaria de consejero y, aunque nadie se acuerda, porque era tu estilo trabajar mucho y no vender nada, conciliaste con Juan Andrés Melián cientos de acuerdos con la oposición y dejaste una huella profunda en su funcionamiento. Pocos lo saben pero fuiste tú el que dirigió desde el Cabildo la mayor manifestación que Gran Canaria haya registrado a lo largo de su historia para reivindicar la Universidad. Recorriste uno a uno los pueblos de la isla y en todos dejaste canchas, colegios, piscinas y polideportivos que podrían llevar tu nombre.

Servicio a la comunidad, consenso entre las fuerzas políticas y mucho trabajo por la gente, son las grandes claves que marcaron aquella forma idealista de hacer política que nos dejó la transición y que tan buenos resultados ha dado. Los políticos engolados de hoy dirían de ti que fuiste un débil, que no supiste jugar tus cartas para ser alcalde o presidente del Cabildo, que te quedaste a medias cuando tenías grandes posibilidades. Yo creo que fuiste un gran político. Mientras tú y muchos como tú trabajaron anónimamente con la gente y para la gente, otros conspiraban para salvar intereses que nada tienen que ver con la gente. Has dado tu vida por nuestra gente, por su futuro. Entiendes la política como un servicio a la comunidad y hoy en política lo que se lleva es morder al adversario y a los propios compañeros. Fíjate cómo hoy, a dos meses de las elecciones, los políticos andan jugando al Monopoli, contando votos sobre un mapa de las islas. En algunos casos los repasos exceden a las propias leyes de la cuántica electoral. En las sobremesas de cada día en los mejores restaurantes se emparanoia el personal analizando la voluntad y el estado de ánimo de los contrincantes, midiendo sus fuerzas e imaginando las derrotas y los pactos posibles. Es curioso que nunca hablan de la gente, sino de su estado de ánimo como masa colectiva. No les importa la gente, les importa más el poder desde el que dicen que van a servir a la gente. Pero querido Juan, algunos de los que eso dicen nunca han hecho nada más que pisar alfombras, estar en manifestaciones y conspirar en los despachos. Dijiste en el homenaje que te rindió Guía el viernes que la política tiene que volver a la gente y pediste a los políticos que le devuelvan su lugar y tienes toda la razón.