domingo, 20 de diciembre de 2009
EL CAPITAN QUESADA Y GUÍA

Por Pedro González-Sosa

Rescatada por aquel ayuntamiento, la ciudad de Gáldar ha restaurado y puesto al servicio de la Cultura de la localidad la vivienda en la que moró don Esteban Ruiz de Quesada, popularmente conocido como el capitán Quesada que rotula con su nombre la calle principal del pueblo y que con anterioridad se la llamó calle Larga. Este conocido personaje vinculado a la historia de la ciudad de los Guanarteme destacó en vida no solo por su profesión militar sino por su importante contribución para la construcción del nuevo templo de Santiago de los Caballeros así como en las reformas urbanísticas y arquitectónicas del lugar a finales del siglo XVIII. A partir de ahora la localidad contará con un importante foco cultural pues, leemos en la reseña periodística que da cuenta de la inauguración, que será destinado a museo de su historia cuyo papel es innegable desde mucho antes de la conquista de la isla y, por supuesto, después de aquella.

Como complemento del magnifico estudio biográfico-genealógico escrito por el que fue archivero municipal de Gáldar y destacado investigador de aquella ciudad, Sebastián Monzón Suárez, sirvan estas líneas para ampliar unos datos sobre la vida del famoso personaje. Por ello no nos resistimos a resumir la siguiente noticia que se refiere a una faceta concreta y tal vez desconocida de la ajetreada biografía de don Esteban Ruiz de Quesada que mucho tiene que ver con la entonces todavía villa de Guía a la que se vinculó en 1769 por su matrimonio en aquella iglesia parroquial con su vecina Catalina de Vitoria y de Medina Luján, hija del capitán Juan Andrés de Vitoria y de su mujer Ana de Medina Luján, y nieta del también capitán don Juan de Vitoria y Vélez y Guevara, que fue alcalde de Guía y fundador de la ermita de San Juan de La Montañeta, y de su mujer María del Pino Acosta y Luján.


El capitán Quesada contrajo a lo largo de los 96 años de su existencia -vino al mundo en 1698 y falleció en 1794- tres matrimonios: el primero en 1732 con Ana Verde de Aguilar Quintana; el segundo en 1752 con Francisca Isabel de Quintana Aguilar y el último cuando contaba con 71 años con la guiense Catalina de Vitoria (treinta años más joven que él, pues había nacido en 1738) a consecuencia de cuyo enlace se produjo la vinculación social y económica del ilustre galdense con la villa fundada por Sancho de Vargas porque se convirtió en patrono de la ermita de La Montañeta erigida por el abuelo de su esposa y heredada por ésta, en calidad de lo cual recibió, en 1793, acaso por los achaques propios de sus 95 años, una reprimenda del obispo Antonio Tavira por el impago de sus obligaciones económicas, razón por la que en uno de sus mandatos en la visita pastoral ordena que se oficien en la parroquia y no en la ermita las misas impuestas por los fundadores quienes en la escritura fundacional de 1687 manda que "en cada año, el día de la Degollación del Santo se diga en dicha ermita una misa por nuestra intención, y otras dos misas rezadas, una el día de San José y la otra el día de Nuestra Señora". Para el pago de aquellas ofrendas el fundador señala de limosna "al beneficiado treinta reales en cada un año, de los cuales el beneficiado ha de satisfacer de limosna y trabajo de los diáconos, sacristán mayor y menor y monaguillos y lo demás será para el dicho beneficiado".

Desconocemos en qué quedarían, además de la reprimenda del obispo, las consecuencias del mandado episcopal porque nada sabemos al respecto y si don Esteban se pondría al corriente del pago de las limosnas impuestas por el fundador de la pequeña ermita. Lo que sí sabemos es que todavía en 1793, un año antes de su fallecimiento, la pequeña iglesia seguía perteneciendo a su tercera esposa, Catalina de Vitoria. También conocemos que en 1829 era patrono de la misma Juan Gregorio Jaques de Mesa, marido de Estebana Merino Ruiz de Quesada, nieta de don Esteban y de su tercera esposa, aquella mujer que por su gran carácter era conocida en la zona como la coronela. A partir de aquí la ermita y los terrenos que la circundaban tuvieron otros propietarios que no es el caso referirnos en esta ocasión. La foto que ilustra esta croniquilla corresponde al cuadro, fechado en 1793 y atribuido según Monzón Suárez a Cristóbal Afonso, que estaba en la capilla de San Miguel donde fue sepultado (hoy en su Museo Sacro parroquial), en el que en junto a la Virgen del Pino aparecen don Esteban y su última esposa, Catalina.
 
Pedro González-Sosa es Cronista Oficial de Guía

FUENTE: PUBLICADO EN LAPROVINCIA.ES (19.12.09)

Modificado el ( viernes, 25 de diciembre de 2009 )