Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

ALFARERÃA ISLEÃ‘A

JosÃ© Antonio LujÃ¡n

En una misma semana y con sÃ³lo cinco dÃas de diferencia, se han presentado dos libros sobre la historia de sendos focos alfareros de la Isla. El primero relativo a Hoya de Pineda (GÃ¡ldar-GuÃa), escrito en coautorÃa por Juan Zamora y Antonio JimÃ©nez, y el segundo sobre La Atalaya de Santa BrÃgida (ediciones Anroart), de Carmen Ascanio SÃ¡nchez. Si a estas monografÃas aÃ±adimos las publicadas en los Ãºltimos aÃ±os sobre el centro locero de Tunte-Tirajana (Zamora y JimÃ©nez, 2004) y la del barrio artenarense de Lugarejos (LujÃ¡n, 2006), podemos constatar que los principales focos histÃ³ricos de esta manifestaciÃ³n etnogrÃ¡fica han sido abordados con solvencia metodolÃ³gica en un momento crucial en que se clama e impone su decidida preservaciÃ³n. Estas obras, siendo diferentes en su fundamentaciÃ³n teÃ³rica, tienen en comÃºn aspectos propios de la investigaciÃ³n socio-etnogrÃ¡fica y antropolÃ³gica, a la vez que ofrecen valiosos testimonios a partir de insoslayables trabajos de campo y, sobre todo, mediante la apoyatura en fuentes orales a travÃ©s de inestimables aportaciones de los informantes que sirven de contraste a la documentaciÃ³n escrita y a la observaciÃ³n directa de sus autores. La alfarerÃa es una actividad cuya lectura ofrece mÃºltiples vertientes (etnogrÃ¡fica, social, econÃ³mica, funcional, arqueolÃ³gicaâ€¦) y que posibilita el acercamiento a la interpretaciÃ³n histÃ³rica de una microcomunidad. Si observamos con mirada socioeconÃ³mica lo que con el tiempo ha devenido en ser una evidencia artesana a caballo entre la estÃ©tica ornamental y la nostalgia de una tradiciÃ³n periclitada, podemos constatar que la actividad locera en los Ã¡mbitos isleÃ±os estÃ¡ vinculada a la pobreza y a la marginalidad social, siendo soporte de una endeble economÃa de subsistencia que logra un pilar protagonista en el regazo familiar de la mujer. Aparte de la morfologÃa de las piezas, su evoluciÃ³n histÃ³rica, comercializaciÃ³n, trasiego e influencias mutuas en los caminos de la Isla, o ciertas actitudes sentimentales desde el presente, el denominador comÃºn que no podemos obviar es el rol desempeÃ±ado por la alfarera en el seno de su pequeÃ±a comunidad. Desvelar con nombres y apellidos esta vertiente es poner en valor a la mujer rural que siempre ha permanecido anÃ³nima en el marco de las profesiones histÃ³ricas. Este es el mÃ©rito aÃ±adido de estas publicaciones.
JosÃ© Antonio LujÃ¡n HenrÃquez es Cronista Oficial de Artenara y Secretario de la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias

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