Inicio arrow Portada arrow Personajes populares arrow Perico "El Barbero". Por Clemente Reyes Ciudad de Guía, 29 de marzo de 2024

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domingo, 11 de noviembre de 2007
PEDRO MENDOZA ARMAS, PERICO


Por Clemente Reyes Santana

Aunque le había visto tocar desde siempre en Estrella y Guía, realmente le conocí cuando llegué al grupo de la mano de Misael Jordán en el año 2002. Al principio me costaba trabajo entenderle cuando me hablaba, había sufrido una severa intervención quirúrgica que le afectó media cara y le impedía expresarse con soltura. Pero la bonhomía de aquel hombre entrado en años irradiaba un enorme cariño a todo el que se le acercaba. Con el tiempo y la necesaria convivencia a que obliga militar en un grupo como éste, fui conociendo a la persona que día tras día se sentaba con su inseparable bandurria, obra del constructor galdense Juan Aguiar, para desgranar las partituras que Misael le pasaba. Era madrugador, laborioso, disciplinado, cumplidor, afable, servicial y cariñoso con sus amigos, por los que estaba siempre dispuesto a darlo todo. Se enfrascaba desde muy temprano en el cuidado de las plantas que él mismo había sembrado en el jardín de la agrupación (algo que hacía con absoluta devoción) y luego comenzaba su particular vía crucis visitando a los amigos convalecientes. Al encamado le llevaba su medicación, al doliente le inyectaba calmantes, a otros les medía la tensión arterial, a los imposibilitados les pelaba y afeitaba, ponía su coche a disposición de los más viejos y así pasaba la mayor parte del día. Le encantaba tener atenciones con los conocidos y amigos y era imposible que supiese de alguien necesitado sin que él no se ofreciese altruistamente a echarle una mano.

Fueron muchos los ratos que pasamos juntos, su compañía era cálida y acogedora y, siempre que podía, me sentaba a conversar con él y con sus inseparables compañeros José González, Maestro Pino y Paquito Hernández, quienes no le dejaban ni a sol ni a sombra.

Fueron muchos los ratos que pasamos juntos, su compañía era cálida y acogedora y, siempre que podía, me sentaba a conversar con él y con sus inseparables compañeros José González, Maestro Pino y Paquito Hernández, quienes no le dejaban ni a sol ni a sombra.

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NOTA: PUBLICADO EN INFONORTEDIGITAL.COM


Modificado el ( domingo, 11 de noviembre de 2007 )