Sobre el Cenobio de Valer贸nSiempre he
mantenido el criterio que las denominadas Cuevas Canarias de Gu铆a de Gran
Canaria -uno de los vestigios guanches m谩s importantes de Canarias-, han sido
mal catalogadas por los historiadores y estudiosos, ya que siempre han dicho
que se trataba de un granero o silo, de lo cual discrepo, y para ello me baso
en que la estructura o formaci贸n de las mismas, no guarda relaci贸n con un gran
sal贸n o almac茅n donde se pudiera guardar granos o piensos a modo de los silos
que hoy conocemos. Por Juan
D谩vila-Garc铆a.
Llamado tambi茅n Cenobio de Valer贸n, estimo que tal
denominaci贸n es la m谩s acertada, ya que cenobio 鈥搗alga la redundancia-, del
lat铆n 鈥渃oenobium鈥 y este de griego 鈥渒oinobion鈥 de koinos com煤n y bios vida. Si
hacemos la correspondiente interpretaci贸n de ambas palabras tendr铆amos como
resultado la posible expresi贸n de 鈥渧ida en com煤n鈥 y donde se practica esta
forma de convivencia principalmente en los conventos, de ah铆 que siempre me
haya inclinado 鈥揷omo razonamiento m谩s cre铆ble- pensar que las cuevas canarias
fueran un templo o lugar de recogimiento donde las vestales, sacerdotisas y
princesas se recluyesen para purificarse o para desarrollar or谩culos o
sacrificios. Las 鈥渃enobitas鈥 como as铆 se denominan a las que habitan en un
cenobio podr铆an ser las habitantes oficiales de este lugar reservado
exclusivamente para miembros femeninos de la nobleza.
Cuando era un
joven aventurero mis visitas a las cuevas canarias acompa帽ado por mis amigos
fueron innumerables 鈥揷iento de veces o quiz谩s mas-, all铆 nos concentr谩bamos
para jugar, hacer comilonas o simplemente para recorrer una a una aquellas
cuevachas de impresionante construcci贸n. Incluso algunos miembros de la
pandilla les dieron nombres a muchas de ellas, tales como el campanario,
confesionarios, celdas, etc茅tera. Recuerdo que un d铆a mirando y rebuscando por
toda la zona, nos encontramos con una gran cueva la cual constitu铆a una gran
planicie 鈥揺n su interior-, pudimos observar que la misma estaba muy bien conservada
que y al fondo de la misma a modo de un ara (altar) hab铆a una piedra plana de
grandes dimensiones, aquellas enorme cueva de dif铆cil acceso ya que esta
ubicada en la parte m谩s alta de todo el recinto, y a donde se acced铆a por un
peque帽o hueco de aproximadamente de 1,50x1,50 cent铆metros, nos impresiono
bastante y nos dio que pensar 鈥搒e sabe que los j贸venes son muy atrevidos- sin
amilanarnos con hachones de tea encendidos recorrimos todo el habit谩culo y al
ver las caracter铆sticas del mismo le pusimos el nombre de sala de oraci贸n o de
reuni贸n e incluso pensamos que pod铆a tratarse de un refugio para resguardarse
de los peligros que pudieran venir de fuera.
Por otra parte
se dice que la Princesa Guayarmina,
se arrojo desde el morro hac铆a el barranco de San Felipe huyendo de un
caballero castellano. El citado morro en aquellos tiempos formaba una planicie
que estaba unida al Cenobio de Valer贸n, por consiguiente es l贸gico pensar que
la tal princesa habitara en el cenobio por alguna circunstancia especial o que
all铆 tuviera su residencia oficial. Muchos investigadores eluden hablar de este
tema tan controvertido, mientras que otros siguen empecinados en darle a las
cuevas canarias la denominaci贸n de granero o silo, cuando realmente su contorno
tiene m谩s similitud con un convento o templo.
Mis amigos y yo
鈥揷omo ya he manifestado-, fuimos testigos de excepci贸n a finales de los a帽os
40, de la imponente realidad del cenobio que a nuestro modo de entender
conservaba con bastante originalidad la ancestralidad de tan elocuente estructura,
en aquellos tiempos el rusticismo del lugar era evidente, hoy posiblemente dada
la intervenci贸n de la mano del hombre le haya restado la belleza natural de
entonces cosa que me parece muy l贸gica, ya que acceder desde la carretera hasta
el entorno de las cuevas era harto dif铆cil ya que el camino existente, era un vericueto
casi intransitable. Hoy el turismo ha hecho que el acondicionamiento de la
subida a las mismas revista unas condiciones totalmente distintas. En nuestra
juventud todo el entorno de las cuevas ten铆a un aspecto salvaje y ah铆 radicaba
para nosotros el encanto del lugar lo que hac铆a que nuestras visitas a las
mismas fuera todo un episodio por todo cuanto hac铆amos en el interior de tan
noble recinto, donde sent铆amos el morar de nuestros antepasados.
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