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domingo, 15 de enero de 2012
La llamada ´Casa de Clavijo´

Por Pedro González-Sosa

En un artículo publicado en 1946, Néstor Álamo hace una recreación literaria del relato que insinúa le contó alguien alguna vez sobre el hallazgo en la llamada "Casa de Clavijo" referido a un libro de la famosa escritora del s. XVIII Madame de Sevigné. Dejó escrito Néstor que, según su interlocutor, "aquella casa encerraba la biblioteca familiar de Clavijo con libros que habían pertenecido a José Clavijo y Fajardo, entre otros", y alguna vez hemos leído que la mansión había pertenecido al ilustre lanzaroteño cuya fama intelectual y literaria traspasó las islas y es de todos conocida. La todavía hoy conocida y llamada "Casa de Clavijo" se encuentra perfectamente conservada por el cuidado que le dedica su actual propietario. La mansión de una sola planta rectangular está enclavada en el viejo camino real que desde el Albercón de la Virgen conduce a la Atalaya de Guía en medio de una zona que conserva, también hoy, dos viejos topónimos: "la montaña del Calvario" y "El Bardo".

Pero la casa aquí historiada nunca perteneció a Clavijo y Fajardo porque fue construida a mediados del siglo XIX por el tinerfeño Rafael Clavijo y Pló, militar de profesión con el grado de general que había casado con Virginia Jaques de Mesa y Merino, hija de Juan G. Jaques de Mesa Pacheco-Solis y de Estebana Merino Ruiz de Quesada, de un solar de las casi nueve fanegadas de tierra que le habían correspondido en aquellos contornos en 1850 por herencia de sus padres. Y en aquellas tierras construyó Clavijo y Pló la mansión a partir de cuya época se la conoce hasta nuestros días como la "Casa de Clavijo" sobre la que se dice que nunca llegó a habitarla y difícilmente podría cobijar su biblioteca, El matrimonio vivía en la Ciudad en la calle Santa Clara, aledaños de la Alameda de Colón.

 Conocemos la evolución de la propiedad de esta casa desde la época de su construcción hasta nuestros días. Fallecida su mujer, Rafael Clavijo heredó sus bienes y llegado posteriormente el óbito del militar éste dejó aquellas tierras y casa en usufructo a sus hermanas Carmen, Magdalena, Concepción y María de la Cruz y la nuda propiedad a su sobrino y ahijado el también militar Salvador Bethencourt y Clavijo quien, porque también habían fallecido sus tías, a su muerte en 1914 hizo heredera del usufructo vitalicio a su esposa Genoveva Guesala y Mattos y la propiedad a su sobrina María Dolores Bethencourt y Cisneros, hija de su hermano Juan y de Enriqueta Cisneros. En 1917 las tierras fueron arrendadas a Manuel Aguiar Rivero hasta que en 1925 Genoveva y María Dolores venden la casa y las tierras a Manuel Hernández Martín, casado con Carmen Suárez y Suárez, quien en 1948 hace donación de todos sus bienes divididos igualmente en ocho lotes entre sus ocho vástagos, correspondiendo la "Casa de Clavijo" a su hija María Dolores Hernández Suárez, matrimoniada con José de Aguilar Díaz. A la muerte de María Dolores Hernández, en el reparto de sus bienes la casona aquí historiada correspondió a su hijo, nuestro particular amigo, José de Aguilar Hernández, quien en la actualidad la mantiene bien conservada. El contenido documental que conservamos respecto esta casa es voluminoso, pero el espacio que cobija esta croniquilla, ilustrada con una carta firmada por Clavijo y Pló en 1861, no da para más.


Modificado el ( martes, 07 de febrero de 2012 )