Ciudad de Guia (Gran Canaria, Spain)

EL MILAGRO DE LA ROJA

Erasmo Quintana

Lo que no ha sido posible con la clase polÃtica y mÃ¡s de treinta aÃ±os de democracia lo estÃ¡ consiguiendo la magnÃfica selecciÃ³n espaÃ±ola de fÃºtbol, la roja, en los Mundiales de SudÃ¡frica 2010, que es elevar unos cuantos grados la autoestima y el orgullo general, colectivo, de ser espaÃ±oles. Los complejos de un paÃs europeo, sin fundamento y base cientÃfica, por mor del deporte rey, estÃ¡n quedando relegados y arrinconados donde han tenido que estar siempre. A pesar de los agoreros â€“los mejores solemos ser nosotros mismos- criticando y poniendo en solfa los problemas seculares del espaÃ±ol, han ido minando nuestra moral de manera lamentable. Ello nos ha hecho creer que somos el cuarto trastero de Europa, imposible de equipararnos a Alemania, Francia, Reino Unido, etcÃ©tera, cosa que se estÃ¡ demostrando en nada se ajusta a la verdad. A los espaÃ±oles, desde que se nos da cancha, demostramos que no somos inferiores a todos esos paÃses, que forman, junto con el nuestro, la UniÃ³n Europea.

La euforia se ha adueÃ±ado de todas las calles y rincones del paÃs; la gente de toda condiciÃ³n, que abarca el crisol de las edades, estÃ¡ enloquecida con la bandera roja y gualda; los fabricantes textiles no dan abasto a confeccionar la enseÃ±a nacional, asÃ como camisetas de la selecciÃ³n. Vemos cÃ³mo en el frontis de las casas mÃ¡s insospechadas ondea la bandera nacional, y cÃ³mo la vemos sobre los hombros de unos jÃ³venes anÃ³nimos, arropÃ¡ndolos.

Todo este fenÃ³meno coincide con momentos especialmente delicados en los que estÃ¡ en juego la unidad de EspaÃ±a. Cuatro aÃ±os tardÃ³ el Tribunal Constitucional para dar cabida legal del Estatut catalÃ¡n en la Carta Magna. Como era de esperar, para la clase polÃtica de ese paÃs, el resultado no se ajusta a las exigencias diferenciadoras frente al resto, pues exigÃan que el tÃ©rmino NaciÃ³n tuviera plena eficacia jurÃdica. Y hasta ahÃ podÃamos llegar, pues parece que no vamos a un Estado federal a la manera de EEUU o Alemania, en que la NaciÃ³n es intocable y sacrosanta. Van a un independentismo puro y duro, por lo que el presidente Zapatero debÃa despojarse de todo tipo de complejos â€“aunque ello le cueste votos- para defender con toda claridad la indiscutible unidad de EspaÃ±a. Dicha actitud le honrarÃa sin la menor duda.

Nuestro gran Unamuno, que por tener todo esto muy claro no ha sido santo de la devociÃ³n de los polÃticos nacionalistas vascos, sus paisanos, en su â€œMÃ¡s sobre la crisis del patriotismoâ€ y perteneciente a EN TORNO AL CASTICISMO, tratando sobre el problema de los separatismos, lo caricaturizÃ³ con un â€“lo llama dicharacho- como sigue: â€œFrancia, hasta el Ebro; Inglaterra, hasta el Tajo; lo demÃ¡s, al carajoâ€.

Con esta clase polÃtica gallega, pero sobre todo la vasca y catalana, si no fuera por la esperanzadora explosiÃ³n patria conseguida por una impresionante selecciÃ³n nacional de fÃºtbol â€“la roja- podÃamos repetir aquÃ: Pues eso, EspaÃ±a como naciÃ³n, al mismÃsimo carajo.

Julio de 2010.