Inicio arrow Portada arrow Cronicas del Ayer arrow TREMEARNE Y MISTER LEACOCK. Por Pedro Gonzáez-Sosa Ciudad de Gua, 25 de abril de 2024

PDF Imprimir E-Mail
Calificacin del usuario: / 0
MaloBueno 
domingo, 31 de enero de 2010
TREMEARNE Y MISTER LEACOCK

Por Pedro Gonzáez-Sosa

Newman Ferrers Tremearne -que muchos años después, al convertirse al catolicismo en Las Palmas, se llamó simplemente Vicente Tremearne- fue un curioso personaje nacido en Gran Bretaña que se vinculó a la ciudad y a la isla como consecuencia de la construcción a finales del siglo XIX de la fábrica de azúcar que con el tiempo la voz popular bautizó como "la máquina" levantada en el barrio norteño de Becerril, justo en el límite de los términos municipales de Guía y Gáldar. Llegó a Gran Canaria como apoderado de la empresa inglesa Lathhbury y Cía. que puso en marcha la que sería conocida entonces como Compañía Azucarera de Gran Canaria (que tenía su oficina en una casa de dos plantas de la calle de Triana esquina a la de Domingo J. Navarro, donde luego el Banco de Bilbao levantó su actual edificio), en virtud de la escritura constituida ante el notario Agustín Millares Cubas en 1889 y de la que también formaban parte algunos de los entonces conocidos empresarios canarios, entre otros, los hermanos Francisco y Federico Bethencour Montesdeoca, los también hermanos Juan de Dios y Eugenio Galván González, y Francisco Reyna Pérez. Después de varias vicisitudes, "la máquina" comenzó a moler caña dulce a mediados de 1892 pero funcionó durante un relativamente corto periodo de tiempo pues su actividad fue languideciendo consecuencia de una complicada actividad empresarial llena de conflictos económicos a pesar de los esfuerzos del que en un tiempo fue su administrador general Manuel González Martín que años más tarde llegó a la presidencia del Cabildo insular de Gran Canaria. En 1909 la azucarera fue adquirida por Juan M. Leacod, padre del conocido empresario agrícola David J. Leacod, que siguió moliendo caña hasta 1919 en que éste vende la maquinaria a un portugués residente en Madeira llamado Enrique Figueira da Silva a partir de cuyo momento ignoramos qué fue de aquellos artilugios.

Pero aquí no vamos a referirnos a "la máquina" ni a sus avatares empresariales, sino a Vicente Tremearne que fue uno de los que la pusieron en marcha y que en su ajetreada actividad se convirtió en protagonista de variadas experiencias empresariales, pues también conocemos que con anterioridad había puesto en marcha en la calle Quintana de Puerto de la Cruz, donde se había casado y tenido descendencia, un hotel que llevó su nombre y que fue muy popular en la época pues así aparece publicitado en periódicos y revistas británicos. Tremearne, cuyos actuales descendientes son bisnietos, hijos de su nieto Luis que casó con la agüimense Dominga Domínguez del Río, casó tres veces: la primera en Tenerife con la inglesa Inés Delia Turmbull de cuyo enlace nacieron cinco hijos; fallecida ésta matrimonió en Gáldar con la joven lanzaroteña Inés de Betancurt, en su lecho de muerte a consecuencia de parto, de cuya unión nació una hija, y finalmente en Las Palmas con María Martín Viera.

Pero queremos destacar que Vicente Tremearne fue un hombre de gran imaginación empresarial y emprendedor que planeó negocios antes y después de ejercer su cargo en la azucarera hasta el mismo momento de su fallecimiento, ocurrido en 30 de enero de 1900, en cuya época subsistía dando clases de inglés en el Círculo Mercantil. Negocios referidos a la agricultura unos y otros hasta entonces inéditos en la isla. Por ejemplo, según nos refirió José Miguel Alzola (a quien se lo contó su amigo Jesús Quintana Miranda, que a su vez lo oyó en 1965 por boca de Antonio Tremearne Turmbull, hijo de nuestro personaje), Vicente montó (¿premonitorio de los que luego serían los "coches de hora"?), un negocio de diligencias tiradas por caballos y provistas de asientos, con derecho a desayuno a mitad del camino desde Las Palmas hasta Agaete, negocio que ya había explotado en Puerto de la Cruz, y que por lo visto terminó en bancarrota.

TREMEARNE Y EL PRIMER    COCHE FÚNEBRE
O el que puso en marcha en 1892 sorprendiendo a la ciudad con otra de sus genialidades, pues "inventó" el que se considera primer coche fúnebre de Las Palmas que montado el artilugio a modo de diligencia en la trasera de lo que pudo ser una tartana o quitrín y que tenía forma de gran ataúd, cuya práctica y uso continuó posteriormente, desde luego con otros coches y decoración más moderna, hasta finales de la década de los años cincuenta del pasado siglo y que a diario veíamos desfilar por nuestras calles hasta la plazoletilla de los Reyes donde, como era costumbre, se despedía el duelo, a cuyo invento del inglés no corresponde, porque no existe, la fotografía ilustrativa, que se ha tomado al azar de una vieja publicación.

Pedro Gonzáez-Sosa es Cronista Oficial de Guía de Gran Canaria

FUENTE: PUBLICADO EN  LAPROVINCIA.ES

INFORMACIÓN RELACIONADA
LIBRO "LA MAQUINA",
Pedro Gonzáez-Sosa



Modificado el ( domingo, 31 de enero de 2010 )